Relatos de las Escrituras
La familia Yanagida


“La familia Yanagida”, Relatos de Doctrina y Convenios, 2024

“La familia Yanagida”, Relatos de Doctrina y Convenios

1950–1951

2:30

La familia Yanagida

El diezmo y la fe en Jesucristo

Toshiko y Tokichi Yanagida con su familia.

Toshiko y Tokichi Yanagida vivían en Japón. Creían en Jesucristo y se habían unido a Su Iglesia, pero la vida en Japón era difícil en ese tiempo. Una guerra había destruido muchas casas y edificios. Toshiko y Tokichi querían construir una casa para su familia, pero eran muy pobres.

Santos, tomo III, pág. 596

Los Yanagida hablando con misioneras de la Iglesia.

Los Yanagida sabían que el Señor quería que pagaran el diezmo, pero no estaban seguros de poder hacerlo. Toshiko le preguntó a un misionero qué debían hacer. “Pagar el diezmo es muy difícil para nosotros”, dijo ella. Una misionera prometió que, si pagaban el diezmo, el Señor los ayudaría a alcanzar su meta de tener una casa propia.

Doctrina y Convenios 119; Santos, tomo III, págs. 596–597

Toshiko y Tokichi deciden que seguirán pagando el diezmo.

Toshiko y Tokichi no estaban seguros. Apenas tenían suficiente dinero para comprar el almuerzo de su hijo en la escuela, pero decidieron confiar en el Señor y pagar el diezmo.

Santos, tomo III, págs. 596–597

Los Yanagida de pie cerca del sitio de su futuro hogar.

El Señor bendijo a la familia Yanagida. Pronto pudieron comprar un terreno y comenzar a construir una casa.

Santos, tomo III, pág. 597

Un obrero de la construcción diciendo a los Yanagida que no se puede construir su casa.

Un día llegó un inspector. Dijo que había un problema con su terreno y que no podían construir una casa allí. Les dijo a los trabajadores que dejaran de construir.

Santos, tomo III, pág. 597

Una de las misioneras hablando con la familia.

Los Yanagida estaban muy tristes. Le contaron a las misioneras lo que había sucedido. Las misioneras dijeron que ayunarían y orarían con los Yanagida.

Santos, tomo III, pág. 597

Se reanuda la construcción de la casa familiar.

Más tarde, llegó otro inspector. Dijo que el problema con el terreno se podía arreglar. Los Yanagida podrían construir su casa. “Ustedes dos deben haber hecho algo bueno”, dijo el inspector a Toshiko y Tokichi. Ellos sabían que el Señor los había bendecido. Estaban contentos de haber confiado en Él y de haber pagado el diezmo.

Santos, tomo III, pág. 598