Relatos de las Escrituras
La edificación de Nauvoo


“La edificación de Nauvoo”, Relatos de Doctrina y Convenios, 2024

“La edificación de Nauvoo”, Relatos de Doctrina y Convenios

1840–1842

2:18

La edificación de Nauvoo

Los planes del Señor para una ciudad hermosa

Los santos viviendo en tiendas cerca del río Misisipí.

El Señor dijo a los santos que se congregaran en un nuevo lugar que estaba cerca de un gran río llamado Misisipí. La tierra era húmeda y fangosa. A algunas personas no les parecía un buen lugar para construir una ciudad, pero el profeta José Smith sabía que con la ayuda del Señor podían hacerla hermosa.

Doctrina y Convenios 124:25; Santos, tomo I, pág. 425

Los santos edificando Nauvoo.

Los santos comenzaron a trabajar arduamente para hacer de este un buen lugar para vivir. El profeta José llamó a la ciudad Nauvoo, que significa “lugar hermoso”.

Santos, tomo I, pág. 426

José Smith y otras personas trabajando en una casa.

El Señor dijo a los santos que construyeran una casa en Nauvoo donde los viajeros pudieran descansar. Quería que Nauvoo fuera un lugar donde todos se sintieran bienvenidos.

Doctrina y Convenios 124:22–24, 60; Santos, tomo I, pág. 435

José señalando el lugar para el futuro templo.

El Señor le dijo al profeta José que Él tenía grandes planes para Nauvoo. Él quería que Sus santos se congregaran allí para que pudieran construir un templo. Les pidió que trabajaran tan arduamente como pudieran para edificar Su Casa. Los santos rápidamente comenzaron a trabajar.

Doctrina y Convenios 124:25–28, 44, 55; Santos, tomo I, págs. 428–429, 435–436

José enseñando acerca del templo.

El Señor quería que los santos construyeran un templo porque Él tenía grandes bendiciones que darles. En el templo, harían convenios, o promesas especiales, con el Señor. También aprenderían sobre el plan de felicidad del Padre Celestial para todos Sus hijos.

Doctrina y Convenios 124:29–41; Santos, tomo I, págs. 462–464

El templo terminado.

Los santos trabajaron arduamente para construir el templo, tal como el Señor había mandado. Tomó mucho tiempo, pero estaban entusiasmados por el día en que cada uno podría aprender sobre las promesas especiales que el Señor tenía para ellos en Su templo.

Santos, tomo I, págs. 462–464