“Telii sirve al Señor”, Relatos de Doctrina y Convenios, 2024
“Telii sirve al Señor”, Relatos de Doctrina y Convenios
Abril de 1844–marzo de 1852
Telii sirve al Señor
La edificación de la Iglesia en Tubuai
Una mujer llamada Telii vivía en una pequeña isla llamada Tubuai. Misioneros de diferentes iglesias a veces visitaban Tubuai, pero por lo general no se quedaban mucho tiempo. Cierto día, en 1844, Telii se emocionó al enterarse de que misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días habían llegado a Tubuai.
Doctrina y Convenios 1:1; 133:8
Los misioneros se dirigían a unas islas más grandes, pero la gente de Tubuai quería que se quedaran y enseñaran el Evangelio. Telii y su esposo, Nabota, dijeron que los misioneros podían quedarse en su casa. Uno de los misioneros, Addison Pratt, aceptó la invitación.
Santos, tomo I, págs. 582–583
Telii y Nabota compartieron todo lo que tenían con Addison. Le enseñaron a hablar el idioma de ellos, y Addison les enseñó acerca de Jesucristo.
El Espíritu Santo les dijo a Telii y a Nabota que el Evangelio del Salvador es verdadero. Fueron las primeras personas de Tubuai en ser bautizadas.
Santos, tomo I, págs. 582–583
Telii, Nabota y Addison llegaron a ser grandes amigos. Viajaron juntos y enseñaron el Evangelio en Tubuai y en otras islas. Cuando las personas intentaron decir a los santos de Tubuai que no deberían haberse unido a la Iglesia, Telii les enseñó con las Escrituras que la Iglesia es verdadera.
Santos, tomo II, págs. 30, 49
Telii quería ayudar a más personas de Tubuai a aprender el Evangelio de Jesucristo. Ponía música a las Escrituras e invitaba a grandes grupos a cantar con ella por las noches. Cantar las canciones de Telii ayudó a muchas personas a aprender de las Escrituras y a recordar lo que aprendían.
Años más tarde, llegaron más misioneros a Tubuai, entre ellos la familia de Addison. Telii les dio la bienvenida a su casa. Trabajó con la esposa de Addison, Louisa, para servir a las mujeres de Tubuai.
Santos, tomo II, págs. 146–147
Después de un tiempo, los misioneros se vieron obligados a abandonar Tubuai y otras islas. Sin embargo, Telii siguió enseñando y dirigiendo a los santos. Gracias al ejemplo y al servicio de Telii, la Iglesia en Tubuai se mantuvo fuerte.
Santos, tomo I, págs. 166–167