“José y Sidney son atacados”, Relatos de Doctrina y Convenios, 2024
“José y Sidney son atacados”, Relatos de Doctrina y Convenios
Febrero de 1832
José y Sidney son atacados
Personas enojadas tratan de detener la obra del profeta de Dios
A algunas personas les encantó lo que José Smith estaba enseñando sobre el Padre Celestial, Jesucristo y el cielo. Pero a otras personas no les gustó lo que enseñaba. Algunas de ellas se enojaron y quisieron impedir que José enseñara.
Doctrina y Convenios 76; Santos, tomo I, pág. 152–53
Una noche, José se quedó despierto hasta tarde ayudando a Emma a cuidar de uno de sus mellizos adoptados. El bebé estaba muy enfermo.
Santos, tomo I, pág. 153
Emma tomó al bebé y le dijo a José que descansara. Él tenía que predicar por la mañana. Finalmente, José y Emma se quedaron dormidos.
Santos, tomo I, pág. 153
De repente, la puerta se abrió y un grupo de hombres furiosos entró corriendo en la habitación. Emma gritaba mientras los hombres sujetaban a José por los brazos, las piernas y el cabello. Lo arrastraron fuera de la casa.
Santos, tomo I, págs. 154–55
José trató de zafarse de los hombres, pero estos lo sujetaron con fuerza. José vio que los hombres también habían sacado a rastras a su amigo Sidney Rigdon de su casa.
Santos, tomo I, pág. 154
Los hombres arrancaron la ropa de José y le echaron brea caliente y pegajosa por toda la piel y el cabello. Luego lo cubrieron con plumas y huyeron.
Santos, tomo I, pág. 155
Después de que los hombres se fueron, José regresó tambaleándose a la casa. Emma se asustó cuando vio a José. Los amigos que vivían cerca se enteraron de lo sucedido y se apresuraron a ir a ayudar. Emma raspó la brea de la piel de José. Durante el resto de la noche, Emma y sus amigos ayudaron a cuidar de José y Sidney.
Doctrina y Convenios 25:5; Santos, tomo I, pág. 156
Al día siguiente, José todavía sentía mucho dolor. Pero se vistió y enseñó a un grupo de personas acerca de Jesucristo. Algunos de los hombres que lo habían atacado lo escucharon enseñar. Más tarde, ese mismo día, José bautizó a tres personas. Siguió haciendo la obra del Señor, aun cuando las personas intentaron detenerlo.