Escuela Dominical: Doctrina del Evangelio
‘¿Qué haré para heredar la vida eterna?’


Lección 17

“¿Qué haré para heredar la vida eterna?”

Marcos 10:17–30; 12:41–44; Lucas 12:13–21; 14; 16

Objetivo

Ayudar a los miembros de la clase a comprender que debemos estar dispuestos a sacrificar las cosas de este mundo para obtener un lugar en el reino de los cielos.

Preparación

  1. Lea los siguientes pasajes de las Escrituras, y medite y ore al respecto.

    1. Marcos 10:17–30; 12:41–44. Un joven rico pregunta lo que tiene que hacer para obtener la vida eterna, y Jesús enseña que el depositar la confianza en las riquezas puede impedir que una persona entre en el reino de Dios. Jesús alaba a una pobre viuda por echar dos blancas en el arca.

    2. Lucas 12:13–21. Con la parábola del rico insensato, Jesús enseña acerca de los peligros de la avaricia. Exhorta a Sus seguidores a buscar tesoros celestiales, en lugar de los terrenales.

    3. Lucas 14:15–33. Con la parábola de la gran cena, Jesús enseña que los que le sigan deben estar dispuestos a abandonar todo lo demás.

    4. Lucas 16:1–12. Con la parábola del mayordomo infiel, Jesús enseña a Sus seguidores a buscar la riqueza espiritual con el mismo entusiasmo que tienen los que buscan la riqueza terrenal.

  2. Lectura adicional: Mateo 19:16–30; Lucas 18:18–30; 21:1–4; Jacob 2:18–19.

  3. Si usa la actividad para despertar el interés, elabore una trampa para monos o dibújela en la pizarra (véase la ilustración que se encuentra enseguida). Para hacer la trampa, consiga una caja con tapa. Pegue la tapa con adhesivo de manera que no se pueda quitar, y en un lado de la caja corte un hoyo lo suficientemente grande para meter la mano abierta, pero en el que no quepa el puño cerrado. Coloque dentro de la caja un pedazo de fruta o unas nueces.

    Imagen
  4. Sugerencia didáctica: Nefi dijo: “…apliqué todas las Escrituras a nosotros mismos para nuestro provecho e instrucción” (1 Nefi 19:23). Estudie las páginas 89–90 y 126–128 de La enseñanza: el llamamiento más importante para ver la manera de ayudar a los miembros de la clase a aplicar las Escrituras a su vida.

Desarrollo que se sugiere para la lección

Actividad para despertar el interés

Si lo desea, utilice la siguiente actividad (o una de su preferencia) para comenzar la lección. Escoja la actividad que sea más apropiada para su clase.

Muestre la trampa que elaboró o dibujó (véase la sección “Preparación”). Explique que una trampa similar a ésta se puede usar para atrapar a un mono. La caja se sujeta al suelo y se coloca en ella algo que les guste a los monos (como nueces o fruta). El agujero en la caja es lo suficientemente grande para que el mono meta la mano vacía, pero demasiado pequeño para sacarla si se está aferrando al alimento (si lo desea, puede demostrar esto). El mono ve el alimento y mete la mano para sacarlo, pero una vez que lo toma en la mano, permite que lo atrapen con tal de no soltarlo. No sacrifica ese premio por uno mayor, o sea, la libertad.

Haga notar que a veces cometemos errores similares al del mono. Cuando obtenemos algo que nos satisface, quizás no estemos dispuestos a soltarlo aunque el aferrarnos a él nos haga perder algo mejor. En esta lección hablaremos de algunas cosas que quizás tengamos que sacrificar para recibir la bendición mayor: la vida eterna con nuestro Padre Celestial y Jesucristo.

Análisis y aplicación de las Escrituras

Al enseñar los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación, ayude a los miembros de la clase a comprender que a cada uno se nos puede pedir que sacrifiquemos algo diferente por el reino de Dios. Debemos estar dispuestos a sacrificar cualquier cosa que Dios nos pida.

1. El depositar la confianza en las riquezas puede impedir que una persona entre en el reino de Dios.

Lean y analicen Marcos 10:17–30; 12:41–44.

• ¿Qué le dijo Jesús al joven rico cuando éste le preguntó cómo recibir la vida eterna? (Véase Marcos 10:17–21.) ¿Por qué se puso triste el joven cuando escuchó las instrucciones? (Véase Marcos 10:22.) ¿Por qué piensan que el Señor le pidió que regalara todas sus posesiones? ¿Cómo se aplica a nosotros la instrucción que el Salvador dio al joven rico?

El presidente Joseph F. Smith dijo: “En esto estriba la dificultad… [del] joven. Tenía muchas posesiones, y prefirió confiar en sus riquezas más bien que abandonar todo y seguir a Cristo… Ningún hombre puede obtener el don de vida eterna a menos que esté dispuesto a sacrificar todas las cosas terrenales para obtenerla” (Doctrina del Evangelio, 1978, pág. 255).

• ¿Qué enseñó Jesús en cuanto a la relación entre poseer riquezas y entrar en el reino de Dios? (Véase Marcos 10:23–25.) ¿Cuál es la diferencia que existe entre poseer riquezas y depositar en ellas nuestra confianza? ¿Qué podemos hacer para mantener una actitud correcta hacia las posesiones terrenales? (Véase Mosíah 4:19, 21.)

El presidente Smith también enseñó: “Dios no hace acepción de personas. El rico puede entrar en el reino de los cielos tan libremente como el pobre, si sujeta su corazón e inclinaciones a la ley de Dios y al principio de la verdad; si pone su afecto en Dios, su corazón en la verdad y su alma en el cumplimiento de los propósitos de Dios, y no pone su afición y esperanzas en las cosas del mundo” (Doctrina del Evangelio, pág. 255).

• Establezcan un contraste entre el joven rico y la viuda pobre de Marcos 12:41–44. ¿Qué estaba dispuesta a hacer la viuda que no estaba dispuesto a hacer el joven rico? (Véase Marcos 12:44. Estaba dispuesta a dar todo lo que tenía al reino de Dios.) ¿Qué podemos hacer para desarrollar una actitud como la de la viuda pobre?

2. Busquemos tesoros celestiales en lugar de terrenales.

Lean y analicen Lucas 12:13-21.

• ¿Qué le dijo Jesús al hombre que estaba preocupado por su herencia? (Véase Lucas 12:13–15.) ¿Qué es la avaricia? (Un fuerte deseo de obtener riqueza o las posesiones de otra persona.) ¿Qué cosas codician las personas en nuestros días? ¿Por qué es peligroso codiciar?

• En un mundo que a menudo considera muy valiosas las posesiones materiales, ¿qué podemos hacer para recordar que nuestro valor como personas no se determina por la riqueza que acumulemos? (Véase Lucas 12:15.) ¿Qué bendiciones son más importantes que las posesiones materiales? (En Lucas 12:31–34 y en D. y C. 6:7 se encuentran algunos ejemplos.)

• ¿Cómo había sido bendecido el hombre de la parábola del rico insensato? (Véase Lucas 12:16.) ¿Qué decidió hacer con lo que le sobraba? (Véase Lucas 12:18.) ¿Qué demostraron sus hechos? (Véase Lucas 12:19–21. Tenía el corazón puesto en las riquezas.) ¿Qué podía haber hecho con su abundancia si hubiese estado buscando tesoros celestiales en lugar de terrenales? (Véase Mosíah 4:26; D. y C. 52:40.)

• ¿Por qué muchas personas centran su corazón en la riqueza del mundo aun cuando saben que es sólo temporaria? ¿Cómo podemos determinar si estamos demasiado preocupados con las posesiones materiales? ¿Qué podemos hacer para ser más generosos con nuestra riqueza material y otras bendiciones, como nuestro tiempo y talentos? (Si lo desea, puede instar a los miembros de la clase a pensar más detenidamente en estas preguntas fuera de la clase, ya sea a solas o con los miembros de su familia.)

3. Para ser verdaderos discípulos, los seguidores de Cristo deben estar dispuestos a abandonarlo todo.

Lean y analicen los versículos de Lucas 14:15–33 que usted haya seleccionado.

• Dando una interpretación de la parábola de la gran cena, el élder James E. Talmage enseñó que los convidados representan al pueblo del convenio, o sea, la casa de Israel. Cuando el siervo (Jesús) les pidió que vinieran a la cena (que aceptaran el Evangelio), dieron excusas y no vinieron (Jesús el Cristo, 1964, pág. 477). ¿Por qué no vinieron a la cena los israelitas? ¿Quiénes son “los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos” que sí vinieron a la cena? (Lucas 14:21).

• ¿Cómo se aplica a nosotros la parábola de la gran cena? ¿Qué excusas damos por no alimentarnos en la mesa del Señor; por ejemplo, no leer las Escrituras o no ir al templo? ¿Cómo podemos demostrar que aceptamos la invitación del Señor de asistir a la cena?

• Jesús enseñó que Sus discípulos tienen que estar dispuestos a sacrificar cualquier cosa que Él les pida (Lucas 14:26–33). ¿Cuáles son algunas cosas que se pidió a los discípulos de aquellos días que sacrificaran? ¿Cuáles son algunas que se pide que sacrifiquen los discípulos de nuestros días? ¿Qué les ha pedido el Señor a ustedes que sacrifiquen? ¿De qué manera han sido bendecidos por hacer esos sacrificios?

4. Busquemos la riqueza espiritual con entusiasmo y energía.

Lean y analicen los versículos de Lucas 16:1–12 que usted haya seleccionado. Con el fin de ayudar a los miembros de la clase a entender la parábola del mayordomo infiel, comparta con ellos la información que aparece a continuación:

El élder James E. Talmage explicó que el Señor se valió de esta parábola para “…mostrar el contraste entre el cuidado, consideración y devoción de los hombres que se ocupan en los asuntos económicos de la tierra, y los esfuerzos desganados de muchos que declaran estar buscando las riquezas espirituales”. El Señor no estaba sugiriendo que siguiéramos las prácticas inicuas del siervo injusto, sino que buscáramos la riqueza espiritual con el mismo afán y esfuerzo que el siervo demostró al buscar la riqueza material.

El élder Talmage continuó: “Los hombres de pensamientos mundanos no se olvidan de providenciar para sus años futuros, y frecuentemente los hallamos impíamente ansiosos de acumular bienes en abundancia; por otra parte, los ‘hijos de luz’, o sea aquellos que creen que las riquezas espirituales son superiores a todas las posesiones terrenales, son menos enérgicos, prudentes o sagaces” (Jesús el Cristo, pág. 488).

• Pida a los miembros de la clase que comparen en silencio la cantidad de tiempo, de pensamiento y de energía que dedican a la acumulación de dinero y posesiones con la cantidad que dedican a buscar tesoros espirituales. ¿Cómo podemos volvernos más dedicados y entusiastas para buscar tesoros espirituales?

Conclusión

Testifique que a fin de recibir la vida eterna, debemos estar dispuestos a dejar de lado las cosas del mundo y servir al Señor con todo el corazón, alma, mente y fuerza. Inste a los miembros de la clase a ser agradecidos por sus bendiciones terrenales y a esforzarse por verlas en la perspectiva correcta.

Sugerencias adicionales para la enseñanza

El siguiente material complementa las sugerencias para el desarrollo de la lección. Si lo desea, utilice uno o más de estos conceptos como parte de la lección.

1. La humildad.

Lean y analicen Lucas 14:7–11.

• ¿De qué manera han visto que es verdad la declaración de Jesús en Lucas 14:11?

2. El verdadero amor.

• ¿Qué podemos aprender de Lucas 14:12–14 acerca de la manera de servir a los demás? (Entre las respuestas se podría mencionar que no debemos servir con la meta de recibir algo a cambio, y que no debemos limitarnos a dar servicio a las personas que nos puedan pagar o agradecer.) ¿Cuál debe ser nuestra motivación al servir?

• ¿Cómo nos ayuda el verdadero amor a acercarnos más al Señor?

3. La parábola del rico y Lázaro.

Pida a los miembros de la clase que lean y analicen la parábola contenida en Lucas 16:19–31.

• Después de morir el hombre rico, ¿qué le pidió al Padre Abraham que hiciera por sus hermanos? (Véase Lucas 16:27–28.) ¿Cómo respondió Abraham? (Véase Lucas 16:29–31.) ¿Qué nos enseña esto acerca de escuchar al profeta?

• ¿Qué nos enseña esta parábola acerca de la importancia de velar por los pobres? (Véase D. y C. 104:18.)

A los jóvenes tal vez les agrade hacer una dramatización de esta parábola. Coloque a dos miembros de la clase (representando a Abraham y a Lázaro) de un lado de una barrera, como una fila de sillas (la gran sima), y a otro miembro de la clase (el hombre rico) del otro lado. Pida a un cuarto alumno que sea el narrador. Pida a los miembros de la clase que lean sus líneas directamente de Lucas 16:19–31, y al narrador que lea todo lo que no diga directamente uno de los personajes. (Consulte La enseñanza: el llamamiento más importante, págs. 156–157.)