Escuela Dominical: Doctrina del Evangelio
‘¿Y quién es mi prójimo?’


Lección 14

“¿Y quién es mi prójimo?”

Mateo 18; Lucas 10

Objetivo

Ayudar a los miembros de la clase a volverse humildes, a tener la actitud de perdonar a los demás y a demostrar el amor unos por otros.

Preparación

  1. Lea los siguientes pasajes de las Escrituras, y medite y ore al respecto.

    1. Mateo 18:1–6, 10–11, 14. Jesús enseña que debemos convertirnos y volvernos como niños pequeños para entrar en el reino de los cielos.

    2. Mateo 18:15, 21–35. Por medio de la parábola del siervo que no tuvo misericordia, Jesús enseña acerca del perdón.

    3. Lucas 10:25–37. Por medio de la parábola del buen samaritano, Jesús enseña acerca del amor.

  2. Lectura adicional: Marcos 9:33–50; Mosíah 3:17–21; 4:16–19, 26.

  3. Si tiene disponibles las siguientes láminas, utilícelas durante la lección: Jesús y los niños (62467 002; Las bellas artes del Evangelio, 216) y El buen samaritano (62156 002; Las bellas artes del Evangelio, 218).

  4. Si utiliza la actividad para despertar el interés, invite a un padre o a una madre a hablar a la clase, tal como se describe en la actividad.

  5. Sugerencia didáctica: En ocasiones invite a miembros de la clase (o a otros miembros del barrio) a ayudar con la lección. Podrían dar un informe, compartir una historia, dar su testimonio o ayudar de alguna otra manera. Al dar asignaciones, dé las instrucciones con claridad para que la persona sepa lo que quiere que haga y cuánto tiempo debe tomar. (Consulte La enseñanza: el llamamiento más importante, págs. 149–150, 153).

Desarrollo que se sugiere para la lección

Actividad para despertar el interés

Si lo desea, utilice la siguiente actividad (o una de su preferencia) para comenzar la lección. Escoja la actividad que sea más apropiada para su clase.

Invite a un padre o a una madre con un hijo pequeño (de tres a cinco años de edad) a llevar al niño a la clase, a presentarlo y a describir algunas de sus cualidades admirables. Después que termine, pida a los miembros de la clase que piensen en las cualidades de niño que Jesús desea que tengamos. Escriba las respuestas en la pizarra.

Explique que en esta lección se analiza la importancia de desarrollar las cualidades de niño y de tratar a todas las personas con humildad y bondad.

Análisis y aplicación de las Escrituras

Al enseñar los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación, hablen de la manera de seguir las enseñanzas del Salvador en cuanto a la humildad, el perdón y el amor.

1. Jesús enseña que debemos volvernos como niños pequeños.

Lean y analicen Mateo 18:1–6, 10–11, 14.

• ¿Por qué piensan que a los discípulos les preocupaba quién sería el más grande en el reino del Señor? (Mateo 18:1; Marcos 9:33–34.) ¿Cómo podríamos nosotros cometer a veces errores similares? ¿Cómo podemos dejar de lado esas preocupaciones?

• Muestre la lámina de Jesús y los niños. ¿Cuál es el consejo de Jesús para los que deseen alcanzar la verdadera grandeza en Su reino? (Véase Mateo 18:2–4; Marcos 9:35.) ¿Por qué a veces es difícil seguir ese consejo? ¿Cómo se compara ese consejo con lo que enseña el mundo en cuanto a la manera de alcanzar la grandeza?

• ¿Qué significa volverse como niños pequeños? (Véase Mosíah 3:19. Explique que aunque los niños no son perfectos, tienen muchas cualidades que debemos desarrollar para heredar el reino de los cielos. Entre esas cualidades se cuentan la humildad, la mansedumbre y el estar dispuestos a creer.) ¿Qué han aprendido de los niños? ¿Cómo podemos volvernos más similares a los niños y más sumisos a la voluntad de nuestro Padre Celestial?

• ¿Qué significa hacer “tropezar a alguno de estos pequeños”? (Véase Mateo 18:6.) ¿Cuáles son algunas de las formas en que las personas hacen que tropiecen los pequeños? (Entre las respuestas se podría mencionar el ser un mal ejemplo, el criticarles sin bondad, el no enseñarles y el abusar de ellos.) ¿Cómo considera el Señor esas ofensas? (Véase Mateo 18:6.)

El élder M. Russell Ballard dijo: “…escuchamos informes desalentadores de padres o tutores que se encuentran tan apartados del Espíritu de Cristo que maltratan a los niños. Ya sea maltrato físico o verbal —o del menos obvio pero igualmente dañino, el abuso emocional— es una abominación y una seria ofensa a Dios” (Liahona, julio de 1991, pág. 87).

• ¿Cómo podríamos atender mejor a los pequeños si nosotros mismos fuéramos como niños? ¿Qué podemos hacer para llevar a cabo la voluntad de Dios de que “[no] se pierda uno de estos pequeños”? (Mateo 18:14.)

2. Por medio de la parábola del siervo que no tuvo misericordia, Jesús enseña acerca del perdón.

Lean y analicen Mateo 18:15, 21–35.

• En Mateo 18:15, ¿qué dijo el Señor que debemos hacer si alguien nos ha ofendido? ¿Por qué es ésta la mejor manera de resolver los conflictos?

• ¿Cómo respondió Jesús cuando Pedro le preguntó cuántas veces debía perdonar? (Véase Mateo 18:22. Explique que Jesús usó ese número elevado para enseñar que siempre debemos perdonar a los demás.) ¿Por qué a veces es difícil perdonar? ¿Qué bendiciones han recibido al perdonar a otros o al ser perdonados por ellos?

• Con el fin de recalcar la importancia de perdonar a los demás, Jesús dio la parábola del siervo que no tuvo misericordia (Mateo 18:23–35). ¿A quiénes representan el rey y los siervos? (Véase Mateo 18:35. El rey representa a nuestro Padre Celestial, y los siervos nos representan a nosotros.) ¿Por qué somos semejantes al siervo del rey en lo que respecta a la deuda que tenemos con el Señor? (Véase Mateo 18:24–27.) ¿Qué debemos hacer para que se nos perdone nuestra “deuda”?

• ¿Qué podemos aprender del ejemplo del rey en cuanto a perdonar a otros? (Véase Mateo 18:33.) ¿Cuáles son algunos de los peligros de no perdonar a otros? (Véase Mateo 18:34–35.)

3. Por medio de la parábola del buen samaritano, Jesús enseña acerca del amor.

Lean y analicen Lucas 10:25–37. Muestre la lámina del buen samaritano.

• ¿Cómo respondió Jesús cuando el intérprete de la ley le preguntó lo que debía hacer para heredar la vida eterna? (Véase Lucas 10:25–28.) ¿Por qué piensan que los mandamientos de amar a Dios y a nuestros semejantes abarcan todo lo que es el Evangelio? ¿Cómo podemos obedecer más cabalmente estos dos mandamientos?

• ¿Cómo respondió Jesús cuando el intérprete de la ley le preguntó: “¿Y quién es mi prójimo?” (Véase Lucas 10:29–37.) ¿Qué nos enseña esta parábola acerca de quién se considera que sea nuestro prójimo?

El presidente Howard W. Hunter dijo: “Debemos tener presente que si bien nosotros hacemos nuestras amistades, Dios ha hecho a nuestro prójimo — y lo coloca en todas partes. El amor no debe tener límites; nuestras lealtades no deben ser estrechas” (Liahona, enero de 1987, pág. 34).

• ¿Qué hicieron el sacerdote y el levita cuando vieron al hombre que había sido asaltado y herido? (Véase Lucas 10:31–32.) ¿Cuáles son algunas formas en que las personas necesitan ayuda hoy día? ¿Cuáles son algunos pretextos para no ayudar a los necesitados? (En Mosíah 4:16–19 se encuentra un ejemplo.)

• ¿Cómo ayudó el buen samaritano al hombre que había sido asaltado y herido? (Véase Lucas 10:33–35.) ¿Qué características de buen semejante tenía el samaritano? ¿Qué bendiciones han recibido ustedes de “buenos samaritanos”? ¿Cómo podemos nosotros ser buenos samaritanos? (Véase Mosíah 4:26.)

Conclusión

Testifique de la importancia de seguir el ejemplo del Salvador volviéndonos humildes, perdonando a los demás y demostrando amor los unos por los otros. Invite a los miembros de la clase a vivir estas enseñanzas.

Sugerencias adicionales para la enseñanza

El siguiente material complementa las sugerencias para el desarrollo de la lección. Si lo desea, utilice uno o más de estos conceptos como parte de la lección.

1. María y Marta.

Pida a un miembro de la clase que lea Lucas 10:38–42.

• ¿De qué manera estaba Marta sirviendo al Señor? ¿Cuál era “la buena parte” que había escogido María? ¿Cómo es que a veces estamos “[preocupados] con muchos quehaceres” al grado que no recibimos a Jesús como debemos? ¿Qué podemos aprender de estos versículos?

2. “Dejad a los niños venir a mí” (Marcos 10:14).

Al analizar la enseñanza del Salvador de que debemos volvernos como niños pequeños, tal vez deseen hablar también de la ocasión en que Jesús bendijo a los niños, en Marcos 10:13–16.

• ¿Cómo respondieron los discípulos de Jesús cuando le presentaron a los niños? (Véase Marcos 10:13.) ¿Qué dijo Jesús a Sus discípulos? (Véase Marcos 10:14–15.) ¿Qué hizo Jesús por los niños? (Véase Marcos 10:16.) ¿Qué podemos aprender de este relato acerca de Jesús? ¿Qué podemos hacer para seguir mejor el ejemplo que Él nos dio en este relato?

3. Análisis adicional de Mateo 18.

• Analicen Mateo 18:8–9 y Marcos 9:43–48 (véase también Mateo 5:29–30). ¿Qué significan estos versículos? (En la Traducción de José Smith, Marcos 9:40–48, se aclara que los elementos ofensores son las personas que nos apartan del camino. Es mejor terminar nuestra relación con las personas que permitirles que nos conduzcan al pecado. (Véase Guía para el Estudio de las Escrituras, pág. 225.)

• En la Traducción de José Smith, Mateo 18:11, Jesús dice que los niños pequeños no necesitan arrepentirse (Guía para el Estudio de las Escrituras, pág. 224). ¿Por qué es así? (Véase Moroni 8:11–12.) ¿En qué sentido “viven en Cristo” los niños pequeños? (Véase Moroni 8:12; D. y C. 29:46–47.) ¿Qué tenemos que hacer para “[vivir] en Cristo”? (Véase Mateo 18:4; Mosíah 3:19; Moroni 8:10.)

• Lean Mateo 18:11–14. ¿Cómo podemos aplicar a nuestra vida la parábola de la oveja perdida? ¿Cómo han sido bendecidos ustedes o algún conocido suyo porque alguien más siguió el principio que se enseña en esta parábola?

4. “Designó el Señor también a otros setenta” (Lucas 10:1).

• Analicen Lucas 10:1–24. ¿Cómo se comparan las instrucciones del Señor a los Setenta con las que dio a los Doce en Mateo 10? ¿Cuáles son las responsabilidades de los Setenta en la actualidad? (Véase D. y C. 107:25, 34, 38, 93–97.)

5. La santidad de la relación matrimonial.

Explique que en Mateo 19:1–12 se describe una situación en la que los fariseos intentaron atrapar a Jesús preguntándole acerca de la legalidad del divorcio (véase también Marcos 10:1–12). El divorcio era un tema que se discutía mucho entre los eruditos y los líderes judíos, y los fariseos tenían la esperanza de que la respuesta de Jesús a su pregunta les permitiera incitar la ira entre los judíos. Pida a un miembro de la clase que lea en voz alta Mateo 19:3–9.

• ¿Cuál fue la respuesta de Jesús a la pregunta de los fariseos, en el versículo 3? (Véase Mateo 19:4–6. Él les dijo que el divorcio no era ordenado por Dios.) ¿Por qué permitió Moisés el divorcio entre los israelitas? (Véase Mateo 19:7–8.)

Explique que en el Israel antiguo, el hombre podía repudiar, o sea, divorciar a su mujer por motivos insignificantes. Jesús enseñó que en un mundo perfecto, como lo es el reino celestial, el divorcio no existe. Debido a que la tierra aún no es perfecta, el divorcio se permite, pero no debe ocurrir excepto por los motivos más serios. En Mateo 19:9 se indica que un hombre que repudió a su mujer por un motivo frívolo seguía casado con ella a los ojos de Dios, por lo que cometía adulterio si se casaba con otra mujer. (Véase de James E. Talmage, Jesús el Cristo, 1964, págs. 498–500, 509; véase también de Bruce R. McConkie, The Mortal Messiah, 4 tomos, 1979–1981, tomo 2, págs. 138–139.)

• ¿Qué papel desempeñan en el matrimonio la humildad, el perdón y el amor? ¿Cómo puede ayudarnos a fortalecer nuestro matrimonio y otras relaciones el esforzarnos por ser más semejantes a Cristo?

• ¿Cómo podemos ayudar a las personas que hayan sufrido el trauma de un divorcio?

6. Actividad para los jóvenes.

Escriba (o pida a los miembros de la clase que lo hagan) preguntas acerca de la lección en pequeñas hojas de papel. (Para que sirva de repaso, escoja preguntas que aparezcan en cada una de las secciones de esta lección.) Coloque los papeles en una bolsa o caja. Pida a los alumnos que dispongan las sillas en un círculo, y coloque la bolsa o caja en el centro. Permita que por turnos los miembros de la clase tomen una pregunta de la bolsa o caja y la contesten. (Consulte La enseñanza: el llamamiento más importante, págs. 134–136.)