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Génesis 24-36: El convenio continúa con Isaac y Jacob


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Génesis 24-36

El convenio continúa con Isaac y Jacob

(7-1) Introducción

¿Por qué el Señor escogió a Isaac y a Jacob? ¿En qué forma fueron elegidos para perpetuar el convenio que el Señor había hecho con Abraham? El propósito de este capítulo es ayudarle a conocer los acontecimientos significativos que ocurrieron cuando el Dios de Abraham llegó a ser el Dios de Isaac y Jacob. Aprenderá que de los ocho hijos de Abraham cuyos nombres se mencionan en las Escrituras, el Señor escogió a Isaac para ser el heredero del convenio. Posteriormente Dios eligió a Jacob sobre Esaú, aunque este último era el primogénito y parecía ser el favorito de Isaac, su padre.

Isaac y Jacob fueron preordinados para llevar a cabo sus responsabilidades, pero fue por su dignidad personal que justificaron su llamamiento para perpetuar el convenio. Desde la época de estos grandes patriarcas, todos los elegidos del Señor han venido a la tierra a través de su descendencia o han sido adoptados en su linaje. En el Antiguo Testamento Jehová es llamado, repetidamente, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Por lo tanto, es importante que comprenda no sólo quién fue Abraham, sino además por qué el Señor eligió a Isaac y a Jacob para ser los primeros de la casa de Israel.

Al comenzar a estudiar la prolongación de la línea del convenio, recuerde lo siguiente: A veces nos inclinamos a simplificar demasiado el concepto de un pueblo que ha hecho convenio y la herencia de ciertos grupos humanos. Por ejemplo, nos inclinamos a pensar en los árabes como descendientes de Ismael o Esaú, en los judíos como descendientes de Judá, en los aborígenes americanos y en los habitantes de las islas del Pacífico Sur como descendientes de Lamán, etc. A grandes rasgos esto es verdad, naturalmente, pero a través de siglos de casamientos y conversiones, las “líneas de sangre pura” (expresión imposible en la realidad) de los distintos antepasados se han visto ampliamente mezcladas. Podemos asegurar que durante casi cuatro mil años los descendientes de Isaac se han mezclado con los descendientes de Ismael y de los otros hijos de Abraham. Sabemos que después que las diez tribus fueron llevadas al cautiverio, el término judío fue usado en un sentido nacionalista (refiriéndose a un miembro del reino de Judá) y no solamente cuando se habla de los descendientes de Judá, hijo de Jacob. Así tenemos que Lehi, que era descendiente de Manasés (véase Alma 10:3), e Ismael y sus hijas, que eran del linaje de Efraín (véase Erastus Snow, en Journal of Discourses, 23:184-85), eran judíos porque vivían en Judá.

En el Libro de Mormón se usa el vocablo lamanita en un sentido espiritual (para señalar al que había apostatado de la verdad), así como también para señalar a la descendencia de Lamán (véase 4 Nefi 1:38). Un ejemplo posterior de cómo las líneas de sangre se mezclan se encuentra en la conversión de toda una nación al judaismo en el siglo VIII a. C. La mayoría de los habitantes del pueblo de los Kha-zars, en la región que hoy en día es Rusia, se convirtieron al judaismo (véase Encyclopedia Judaica, “Khazars”, 10:944-47). Muchos judíos modernos de Europa pueden trazar su linaje hasta los miembros de aquel grupo, quienes fueron gentiles hasta el año 740 a. C.

Los negros africanos de Etiopía dicen ser descendientes del rey David a través del casamiento de Salomón con la reina de Saba (véase 1 Reyes 10:1-13; Encyclopedia Judaica, “Etiopía”, 6:943). De manera que es posible que la sangre de Israel se haya esparcido también por Africa.

Aunque hoy en día hay grupos que podrían ser considerados predominantes de Israel o predominantemente gentiles, es casi seguro que se puede encontrar sangre de ambos linajes en la mayoría de los pueblos de la tierra. Lo importante es que ser de Israel, o integrantes del pueblo del convenio, requiere fidelidad así como también linaje de sangre. Así tenemos, tal como lo dijo Nefi, que el arrepentimiento y la fe en el Santo de Israel es lo que determina si una persona es del convenio o no (véase 2 Nefi 30:2), concepto enseñado también por Pablo (véase Romanos 2:28-29). En otras palabras, aunque el linaje de sangre es significativo, es más importante la fidelidad o infidelidad del individuo. A medida que lea la historia del pueblo del convenio, verá que este concepto fue enseñado desde el principio.

Instrucciones al alumno

  1. Use los comentarios que aparecen a continuación, pues le ayudarán en la lectura y estudio de Génesis 24:36.

  2. Lleve a cabo las asignaciones del Resumen Analítico según lo indique su maestro. (Los alumnos del Curso de estudio individual supervisado deben completar toda esta sección.)

COMENTARIOS SOBRE GENESIS 24-36

(7-2) Génesis 24-28. ¿Cuándo y dónde ocurrieron los acontecimientos sucedidos en la vida de Isaac y Jacob?

Por la información cronológica dada en Génesis y en el libro de Moisés, se calcula que Isaac nació aproximadamente 1900 años a. C. y que tenía cuarenta años de edad cuando se casó con Rebeca. Esaú y Jacob nacieron veinte años después, o sea, unos 1840 años a. C. La huida de Jacob a Padam-aram, o Harán, probablemente ocurrió unos 1800 años a. C., lo que significa que los doce hijos nacieron entre 1800 y 1780 a. C. En la genealogía real de Adán, Abraham ocupaba el vigésimo lugar, Isaac el vigésimo primero y Jacob el vigésimo segundo.

De acuerdo con la información que ha prevalecido hasta los tiempos modernos, Isaac vivió toda su vida en una zona que puede ser encerrada en un círculo de ciento sesenta kilómetros de diámetro. En la parte norte de este círculo estaría Jerusalén, donde Abraham llevó a su hijo, y la parte sur de Israel, conocida como el Neguev, ocuparía la mayor parte del círculo. Por otra parte, Jacob viajó mucho más lejos, yendo hasta Harán, en las regiones norteñas del Eufrates y posteriormente hasta Egipto donde José, su hijo, lo protegió durante su vejez.

En el Neguev se realizaban actividades agrícolas propias de un terreno árido. Parece que Isaac, que era pastor, y su gran familia encontraron allí suficientes pasturas y otros medios de subsistencia. Tenían que emigrar de un lugar a otro, sin embargo, por causa de los períodos de hambre que ocasionalmente se producían. Muchos siglos de conflictos, el abandono y algunas causas naturales han tornado al Neguev, desde aquel entonces hasta el presente, en una zona estéril que cubre casi la mitad de lo que es hoy día Israel. En años recientes los israelíes han estado convirtiendo al Neguev en una zona otra vez productiva.

Isaac vivió en estas tres zonas del Neguev: Beer-lahai-roi, Gerar y Beerseba. Al igual que su padre, Isaac hizo cavar muchos pozos y a menudo llevaba a su tribu y a sus rebaños a donde se podía encontrar agua. Isaac era un hombre pacífico, según nos dice la historia, y prefería emigrar a otras tierras y cavar nuevos pozos antes que luchar por los que ya había abierto. El Señor lo hizo prosperar enormemente.

Gerar está al sudoeste de Jerusalén, Beerseba al sudeste de Gerar y a unos sesenta kilómetros del extremo sur del Mar Muerto. El clan de Isaac se estableció en Beerseba y se ha asociado dicha comunidad con su nombre desde entonces. Beerseba está a ochenta y cinco kilómetros al sur de Jerusalén y en el Antiguo Testamento marcaba la frontera sur del reino de Judá.

Al huir hacia Padam-aram (Harán), Jacob tuvo una visión excepcional en Betel, en el lugar donde su abuelo, Abraham, había levantado un altar muchos años antes.

A unos diecisiete kilómetros al norte de Jerusalén, Betel posteriormente se convirtió en el centro religioso del reino del norte.

Imagen
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Ruta seguida por Jacob hasta Harán, en Padan-aram

(7-3) Génesis 24. En busca de una esposa para Isaac

Este capítulo del Antiguo Testamento contiene uno de los relatos de las Escrituras más particulares acerca del cumplimiento de una promesa y de la fe. Son de interés los puntos siguientes:

Versículos 12-14. Estos versículos muestran que el siervo de Abraham, al igual que su señor, era un hombre de gran fe. Abraham le había dicho que la tarea que le estaba encargando era un mandamiento del Señor (vers. 7); de manera que al enfrentarse a una responsabilidad tan grande, el siervo se dirigió al Señor en busca de ayuda. En lugar de limitarse a pedirle que le resolviera el problema, le presentó un plan, buscando Su confirmación.

Versículo 16. La Biblia establece que Rebeca era muy hermosa, pero la traducción hecha por José Smith dice que era la mujer más hermosa que el siervo había visto en toda su vida.

Versículo 19. Considerando la cantidad de agua que puede beber un camello sediento, bien podemos imaginarnos cuánto esfuerzo tuvo que hacer Rebeca para sacar a mano agua para diez camellos. Ella no solamente era hermosa sino bien dispuesta para el trabajo y muy servicial.

Versículo 58. Este versículo demuestra claramente la fe de Rebeca. Dejar su hogar y viajar a un país completamente desconocido para casarse con un hombre al que nunca había visto antes debe haber representado una enorme decisión para cualquier joven. Es lógico pensar que ella hubiera preferido quedarse con su familia todo el tiempo que le fuera posible, pero al presentársele la opción, dijo sencillamente: “Sí, iré”.

Versículo 67. Al considerar la fe y la belleza de Rebeca, y la forma en la que el siervo de Abraham fue conducido hasta ella por la mano del Señor, no nos sorprende el comentario que aparece en este versículo: “y la amó”.

(7-4) Génesis 25:8. ¿Cuál es el significado de que Abraham “fue unido a su pueblo”?

Los primeros patriarcas tenían un claro conocimiento de los principios del evangelio que les fueron enseñados desde Adán hasta Abraham. La frase “fue unido a su pueblo” es una evidencia adicional de ese conocimiento. Dos estudiosos de la Biblia comentaron en cuanto al significado de esa frase: “Esta expresión…se refiere a la reunión en el Seol con amigos que partieron antes, y, por lo tanto, presupone fe en la continuidad del hombre después de la muerte; es un presentimiento convertido para los patriarcas en una firme seguridad de fe por las promesas de Dios” (véase Hebreos 11:13). (Keil y Delitzsch, Commentary, 1:1:263.) Seol es el vocablo hebreo para designar al mundo de los espíritus a donde vamos al morir. Los hebreos no solamente tenían el concepto de la vida después de la muerte sino también un concepto correcto del lugar intermedio entre la muerte y la resurrección.

(7-5) Génesis 25:16. Las doce tribus de Ismael

Las doce tribus que descendieron de Jacob son muy estudiadas, pero debemos tener presente que de Ismael también descendieron otras doce tribus.

(7-6) Génesis 25:21. “…era estéril”

La brevedad de este relato histórico del libro de Génesis tiende a hacer que nos parezca corto el tiempo que realmente transcurrió antes de que Isaac y Rebeca pudieran tener hijos. Esa sencilla declaración en cuanto a la esterilidad de Rebeca es más severa si tenemos en cuenta el gran valor que se daba a la capacidad de tener hijos en aquella época, y que Isaac y Rebeca no tuvieron hijos durante veinte años. (Véase los vers. 20, 26.)

(7-7) Génesis 25:27-28. Jacob era un hombre “quieto”

En contraste con Esaú, a quien se describe como “diestro en la caza” (vers. 27), a Jacob se le describe como “varón quieto”. El vocablo hebreo usado en este pasaje significa “entero, completo, o perfecto”, de manera que es un adjetivo muy positivo.

La palabra amó del versículo 28 significa “favoreció” o “prefirió’,. De manera que Isaac favoreció a Esaú, y Rebeca a Jacob.

(7-8) Génesis 25:30

Edom significa “rojo”. Los edomitas (descendientes de Esaú) tuvieron un papel muy importante en el Antiguo Testamento, usualmente como antagonistas de los israelitas. Habitaban el territorio que comprendía el Monte Seir y sus alrededores, situado entre el Mar Muerto y el Mar Rojo (véase Génesis 36). Los descendientes de Esaú en la actualidad también se encuentran entre las naciones árabes.

(7-9) Génesis 25:32

La forma en que Esaú actuó con respecto a su primogenitura parece reflejar más burla que hambre. Jacob ciertamente habría socorrido a Esaú, de corazón, si su vida hubiera estado en peligro. El propósito de este relato parece ser principalmente demostrar cuán poco valoraba Esaú la primogenitura. Sus necesidades físicas inmediatas eran más importantes para él que el convenio. Una evidencia adicional de esta actitud es el hecho de que Esaú se casó con mujeres cananeas, lo cual interrumpía la línea del convenio (véase Génesis 26:34-35).

La primogenitura en sí debe haber sido algo digno de atesorar. Esta bendición, sumamente deseable, comprende el derecho de presidir, o las llaves del sacerdocio. El élder Bruce R. McConkie escribió lo siguiente:

“Parece ser que antiguamente, bajo el Orden Patriarcal, ciertos derechos, bendiciones, poderes y privilegios especiales —llamados colectivamente la primogenitura— pasaban del padre al primer hijo varón (Génesis 43:33). En épocas posteriores han sido dadas bendiciones y privilegios especiales a todos los descendientes dignos de algunos que antiguamente alcanzaron bendiciones especiales y primoge-nituras (3 Nefi 20:25-27). La justificación de este sistema estriba, en gran parte, en la capacitación recibida en la preexistencia y en la capacitación de aquellos nacidos en los linajes destinados a heredar investiduras preferenciales.” (Mormon Doctrine, pág. 87.)

En el orden patriarcal esta primogenitura pasaba de padre a hijo, el cual a menudo era, aunque no siempre, el hijo mayor. La rectitud era un factor más importante que el hecho físico de ser el primogénito.

(7-10) Génesis 27:1-40. Jacob obtiene de Esaú la primogenitura

El relato de cómo Jacob obtuvo la bendición de primogenitura de manos de Isaac con ayuda de su madre presenta dificultad en muchos aspectos. Por lo general, los estudiosos de la Biblia que no tienen acceso a las Escrituras modernas llegan a una de las dos conclusiones siguientes: o recalcan la indignidad de Esaú para recibir la primogenitura y así justifican el engaño, o critican la naturaleza engañosa y astuta de Jacob.

Un conocimiento más completo de los principios del evangelio, sin embargo, puede hacernos ver otros aspectos que deben considerarse. ¿Puede una persona engañar a un patriarca y obtener una bendición que corresponde a otro? ¿Era Jacob realmente engañoso y astuto? ¿Favorecía Isaac ciegamente a algunos de sus hijos? ¿Puede una persona actuar en forma fraudulenta y al mismo tiempo obtener una bendición patriarcal válida? Deben considerarse detenidamente los siguientes puntos:

  1. Rebeca supo, mediante revelación personal, que Jacob iba a ser el hijo del convenio (véase Génesis 25:22-23). Jacob aceptó de mala gana cumplir con los deseos de su madre después que ella le dijo que tomaría la responsabilidad por lo que iban a hacer.

  2. Aunque los primeros patriarcas y sus esposas eran personas rectas y llenas de grandeza, y finalmente fueron glorificados y lograron la perfección (véase D. y C. 132:37), este hecho no significa que fueran perfectos en todo aspecto mientras estuvieron en la tierra. Si la historia es correcta tal como se encuentra en Génesis, Isaac tal vez fue falto de perspicacia al favorecer a Esaú, o tal vez Rebeca haya tenido poca fe en que el Señor le haría saber a su esposo la voluntad divina, y, por lo tanto, emprendió un plan propio para asegurar que las bendiciones prometidas fueran dadas al hijo correspondiente. Estas debilidades no desmerecen en nada la grandeza de Isaac y Rebeca ni su perfección final.

  3. Cualquiera que sea la explicación de las circunstancias que rodearon esta bendición, hay una cosa bien clara: los poseedores del sacerdocio reciben las llaves para atar y desatar en la tierra, y esa acción es revalidada en los cielos (véase Mateo 16:19). Cuando Isaac se enteró del engaño, pudo haber revocado la bendición y pudo habérsela dado a Esaú. En cambio le dijo a Esaú: “Y serás bendito” (Génesis 27:33). Luego, cuando Jacob se estaba preparando para irse a Padam-aram a fin de escapar de la ira de Esaú, Isaac claramente le dio la bendición de Abraham (véase Génesis 28:3-4), prueba adicional de que Jacob recibió la bendición reservada para él y que Isaac la confirmó. Por lo tanto, si el relato de Génesis es correcto tal como ahora lo tenemos, Jacob, como otros patriarcas, recibió un llamamiento y una promesa de que obtendría bendiciones por motivo de su potencial y a pesar de sus debilidades. Como cualquier otra persona, tuvo que vivir dignamente a fin de obtener las bendiciones prometidas.

(7-11) Génesis 27:34-46. Consecuencias de la bendición de Jacob

“Esaú también fue bendecido con la abundancia de la tierra y con el potencial de quitar el yugo de la opresión; pero, como la mayoría de nosotros, valoró más lo que había perdido cuando ya no lo poseía y lamentó el día en que había dado a Jacob su primogenitura. Amargamente resolvió vengarse y matar a su hermano, y tomó esta resolución al ver que la bendición de la transferencia de la primogenitura fue confirmada sobre la cabeza de aquel con quien él había trocado el derecho a la misma. Rebeca, alerta y siempre con recursos a mano, previno una doble tragedia (la pérdida de ambos hijos —uno por asesinato y el otro por ejecución— tal como lo dictaba la ley establecida en Génesis 9:6), y propuso a Isaac que enviaran a Jacob a la tierra natal de ella a fin de encontrar una esposa apropiada. Así lo alejaría del posible daño que Esaú se había propuesto hacerle, hasta que los ánimos se enfriaran. La propuesta de viajar a la tierra de su madre con el propósito de encontrar esposa aparentemente fue aceptada sin demora por Isaac, pues sin duda vio que era verdad, tal como lo había dicho Rebeca, que la misión de su vida quedaría frustrada si Jacob se casaba tal como lo había hecho Esaú.” (Rasmussen, Introduction to the Old Testament, 1:47.)

(7-12) Génesis 28:10-19. La visión de la escalera, en Betel

Dos comentarios hechos por profetas modernos dan mayor claridad en cuanto al significado y sentido de la experiencia vivida por Jacob en Betel. José Smith, el Profeta, hablando del comentario hecho por Pablo acerca de uno que fue llevado al tercer cielo (véase 2 Corintios 12:2), dijo: “Pablo ascendió al tercer cielo, y pudo entender los tres escalones principales de la escala de Jacob: Las glorias o reinos teles-tial, terrestre y celestial.” (Enseñanzas, pág. 371.)

El presidente Marión G. Romney explicó por qué esta visión del cielo fue mostrada en la forma de una escalera y por qué el nombre del lugar donde ocurrió es Betel.

“Cuando Jacob viajó desde Beerseba hacia Harán, tuvo un sueño en el cual se vio a sí mismo en la tierra, al pie de una escalera que llegaba a los cielos, y el Señor se encontraba en la parte superior de la misma. Vio que los ángeles ascendían y descendían por ella, y Jacob comprendió que los convenios que había hecho con el Señor eran los peldaños de la escalera que él mismo tenía que ascender a fin de alcanzar las bendiciones prometidas, bendiciones que le darían el derecho de entrar en el cielo y morar con el Señor.

“Por motivo de que había visto al Señor y había hecho convenios con El allí, Jacob consideró que el lugar era tan sagrado que le puso por nombre Betel, contracción de Beth-Elohim, que literalmente significa ‘La casa del Señor’. Dijo: ‘…no es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo’. (Génesis 28:17.)

“Jacob no solamente atravesó las puertas del cielo, sino que, viviendo de acuerdo con todos los convenios hechos, también tuvo el privilegio de recibir todo el conocimiento y de visitar toda la morada celestial de él y de sus antecesores, Isaac y Abraham. El Señor ha dicho: ‘…porque no hicieron sino lo que se les mandó, han entrado en su exaltación, de acuerdo con las promesas, y se sientan sobre tronos, y no son ángeles sino dioses’. (D. y C. 132:37.)

Los templos son para nosotros todo lo que Betel fue para Jacob. Es más, también ellos son las puertas del cielo para todos nuestros antepasados fallecidos que no han recibido sus investiduras. Debemos cumplir con nuestra responsabiliad de ayudar a nuestros seres queridos a pasar por ellas.” (”Temples: The Gates to Heaven”, Ensign, marzo de 1971, pag. 16; cursiva agregada.)

(7-13) Génesis 29:12. ¿Cuál era el parentesco entre Jacob y sus esposas?

El siguiente cuadro genealógico muestra claramente que cada uno de los tres patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob) se casaron con familiares suyos. (Las líneas de guiones indican los casamientos, y las punteadas muestran quiénes eran una misma persona.)

Abraham se casó con Sara, que era su sobrina; Isaac se casó con Rebeca, que era su prima; y Jacob se casó con Lea y Raquel, que eran sus primas.

Imagen
Jacob’s lineage

Taré

Nacor

Milca

Abraham

Sara

Harán

Betuel

Lot

Milca

Saraí

Isca

Labán

?

Rebeca

Isaac

Lea

Raquel

Jacob

Esaú

(7-14) Génesis 29:17. Lea era “de ojos delicados”

El vocablo hebreo traducido por “ojos delicados” significa “suaves, delicados, o encantadores”. El hecho de que se recalca este rasgo en Lea, mientras que se describe a Raquel como de “lindo semblante y de hermoso parecer”, es decir, hermosa en todo sentido, parece sugerir que los ojos de Lea eran su rasgo más atrayente.

(7-15) Génesis 29:20-30. El casamiento de Jacob con Lea y Raquel

Aquí aparece el primer indicio de la astucia de Labán. Después de prometer a Jacob que le daría a Raquel a cambio de siete años de servicio, Labán envió a Lea a la tienda de Jacob para consumar el casamiento. El lector moderno tal vez encuentre difícil creer que Jacob no descubrió el engaño sino hasta la mañana siguiente; sin embargo, las posibilidades que se mencionan a continuación podrían explicar el éxito del ardid de Labán. Como hermanas, Raquel y Lea pueden haberse parecido mucho en estatura, peso y aspecto general. En segundo lugar, las mujeres de Harán algunas veces usaban un velo para cubrir su rostro (véase Génesis 24:65). En tercer lugar, Labán era un pastor. Si era un pastor típico de los tiempos antiguos, moraba en tiendas en lugar de una casa permanente. El interior de las tiendas solía ser muy obscuro durante la noche. Y finalmente, conociendo cuál sería la reacción de Jacob si descubría el cambio antes de la consumación, es posible que Labán le haya dicho a Lea que hablara lo menos posible a fin de no dar a conocer el engaño antes que fuera demasiado tarde para cambiar la situación.

Aunque Labán pidió otros siete años de trabajo por la mano de Raquel, permitió que Jacob se casara con ella al finalizar los siete días de fiesta por la boda de Lea y cumpliera con los otros siete años de trabajo después de la boda. El regalo de las siervas dadas por Labán a cada una de sus hijas hizo de las siervas propiedad directa de cada esposa y no de Jacob. Por lo tanto, más adelante, cuando las siervas tuvieron hijos, los mismos fueron considerados legalmente como hijos de Raquel y de Lea.

(7-16) Génesis 29:31. ¿Menospreció Jacob a Lea?

El vocablo hebreo sahnay no significa menospreciar, de la manera como este vocablo se entiende hoy día, sino más bien transmite la idea de “amar menos”. Una traducción mejor sería: “Y vio Jehová que Jacob amaba menos a Lea o que no era tan favorecida”, y le dio hijos.

(7-17) Génesis 29:31 a 30:24. Los hijos de Israel

Los pasajes de estos capítulos indican que cada hijo nacido a Jacob recibió un nombre que reflejaba los sentimientos de sus padres. Entre las esposas existía un gran espíritu competitivo, pues poder dar a luz un hijo varón era un gran honor. Raquel, aparentemente, estaba muy triste por no haber tenido hijos hasta varios años después de haberse casado. Cuando finalmente dio a luz un hijo, el nombre que le dio indicó sus sentimientos hacia él y la esperanza que ella tenía en el futuro. Los doce hijos de Jacob aparecen a continuación en el orden de su nacimiento:

Madre

Nombre

Significado

Razón del nombre

Lea

Rubén

Ved, un hijo

El gozo de tener un hijo (véase Génesis 29:32).

Lea

Simeón

Escucha

Porque el Señor escuchó que ella era menospreciada (Génesis 29:33).

Lea

Leví

Se unirá

“Esta vez se unirá mi marido conmigo” (Génesis 29:34).

“Esta vez se unirá mi marido conmigo” (Génesis 29:34).

Lea

Judá

Alabanza

“Alabaré a Jehová” (Génesis 29:35).

Bilha

Dan

Juzgó

“Me juzgó Dios” (Génesis 30:6).

Bilha

Neftalí

He contendido

“Con luchas de Dios he contendido con mi hermana” (Génesis 30:8).

Zilpa

Gad

Ventura

“Vino la ventura” (Génesis 30:11).

Zilpa

Aser

Dicha mía

“Y dijo Lea: Para dicha mía” (Génesis 30:13).

Lea

Izacar

Recompensa

Dios me ha dado mi recompensa (véase Génesis 30:18).

Lea

Zabulón

Morada

“Ahora morará conmigo mi marido” (Génesis 30:20).

Raquel

José

El añade

“Añádeme Jehová otro hijo” (Génesis 30:24).

Raquel

Benjamín

Hijo de la mano derecha

“Mas su padre lo llamó Benjamín” (Génesis 35:18).

(7-18) Génesis 30:14-22. ¿Qué son las mandrágoras y por qué las quería Raquel?

Aunque los estudiosos de la Biblia no están seguros a qué planta se refiere el vocablo mandragora, el significado de esta planta para Raquel y Lea es bien claro. “El nombre hebreo significa fruto del amor. El fruto tenía un gusto agradable y aroma de la misma naturaleza. Se creía que aseguraba la concepción.” (Bible Dictionary, “mandrakes”.) En otras palabras, las mandrágoras eran consideradas buenas para acrecentar la fertilidad de la mujer y su capacidad de tener hijos. El conocer esta creencia ayuda a explicar el intercambio que tuvo lugar entre Raquel y Lea. Raquel deseaba las mandrágoras a fin de poder tener hijos propios. Como se ha visto, había una gran competencia entre las hermanas en este sentido. La reacción de Lea, por lo tanto, fue lógica. Ella le hizo notar a Raquel que ya le había quitado a su esposo, lo que tal vez significaba solamente que Jacob sentía más afecto por Raquel y que ella ocupaba el primer lugar en su vida. (Algunos eruditos, sin embargo, creen que este pasaje indica que Jacob vivía en la tienda de Raquel y no en la de Lea.) La única ventaja que Lea tenía era la de concebir y dar a luz hijos, mientras que Raquel no podía. En esencia, ella le dijo a Raquel que sería tonto de su parte darle las mandrágoras y ayudarla a tener hijos, pues esto disminuiría la ventaja suya (vers. 15). De manera que Raquel prometió que animaría a Jacob a ir con Lea esa noche si es que ella le daba las mandrágoras (vers. 15). Lea estuvo de acuerdo y se lo dijo a Jacob. Gracias a este acuerdo, Lea concibió y dio a Jacob un quinto hijo (vers. 17-18). Posteriormente tuvo otro hijo y después la primera hija de Jacob (vers. 19-21).

Aunque no está dicho específicamente, la historia implica que las mandrágoras no hicieron nada en bien de Raquel. Finalmente, Raquel concibió, pero no fue por las mandrágoras. En cambio: “Y la oyó Dios, y le concedió hijos” (vers. 22).

Imagen
sheep

Ovejas típicas del Medio Oriente

(7-19) Génesis 30:37-43. ¿Influyeron las varas descortezadas en la concepción de los rebaños de Jacob?

El hecho de descortezar las varas y colocarlas delante de los animales a fin de que al procrear produje ran crías listadas y pintas (manchadas) parece ser un reflejo de una superstición común de que lo que la madre experimenta o ve en el momento de producirse la concepción influye en la cría. Nada conoce la ciencia moderna para explicar una posible relación entre lo que Jacob hizo y lo que sucedió en el patrón hereditario de los animales. Es posible que falte cierta información en el texto. Posiblemente el Señor estaba aprovechando la fertilidad de animales híbridos. En cualquier caso, la intervención divina ciertamente tuvo parte en el asunto, y los rebaños de Jacob aumentaron y el Señor lo bendijo. Además, la división hecha a los resultados de la reproducción de los animales aumentó las probabilidades de obtener así más animales listados y pintados.

(7-20) Génesis 31:4

Es significativo notar que Jacob consultó con sus esposas en cuanto a la migración tan importante que estaba pensando hacer. A menudo los eruditos modernos dicen que en la época del Antiguo Testamento la mujer ocupaba una posición muy baja y que era tratada como propiedad del esposo. Pero este ejemplo, y otros semejantes, muestran que ése no era el caso.

(7-21) Génesis 31:7

La declaración de Jacob de que Labán cambió su salario diez veces no puede ser confirmada en estos capítulos, es decir, que las diez veces no pueden ser contadas. Pero por la naturaleza de Labán no es difícil pensar que una vez que Jacob empezó a prosperar, Labán empezó también a cambiar los términos del acuerdo que habían hecho. Sin embargo, el Señor continuó bendiciendo a Jacob con bienes materiales.

(7-22) Génesis 31:14-16. “Nos vendió, y aun se ha comido del todo nuestro precio”

Resulta interesante que tanto Raquel como Lea estuvieron de acuerdo en que Jacob tenía razón en dejar a Labán. Ellas también indicaron que no habían recibido nada de su padre, a causa de que era codicioso. Un comentarista explicó la amargura de ellas:

“La dote era parte importante en el matrimonio. Lo vemos primeramente en el hecho de que Jacob trabajó siete años para Labán a fin de ganar una dote por Raquel (Gn. 29:18). La paga por este servicio correspondía a la novia como dote de ella, y Raquel y Lea podían hablar con indignación al decir que habían sido ‘vendidas’ por su padre porque él se había quedado con esta dote (Gn. 31:14, 15). La dote era el capital de la familia; representaba la seguridad económica de la esposa en caso de divorcio, si el esposo era el que cometía la falta. Si ella estaba en falta, perdía legalmente. No la podía traspasar a sus hijos. Se cree que una dote normal equivalía al salario de tres años de trabajo. La dote representaba fondos provistos por el padre del novio, o por el novio por medio de su trabajo, y era usada para asegurar la vida económica de la nueva familia. Si el padre de la novia añadía de lo propio a esto, era privilegio suyo hacerlo y también era la costumbre, pero la dote básica provenía del novio o de su familia. La dote era en esa forma la bendición del padre sobre el casamiento de su hijo, o una prueba del carácter del joven al trabajar por la misma.” (Rushdoony, Institutes of Biblical Law, págs. 176-77.)

(7-23) Génesis 31:19. ¿En qué consistían los ídolos de Labán?

Ha habido mucha discusión entre los eruditos en cuanto a los ídolos que Raquel robó a su padre y qué es lo que representaban. El vocablo hebreo teraphim a veces es usado para indicar ídolos pequeños o dioses falsos. Algunos traductores dan la versión de que eran “dioses domésticos”. ¿Era Labán un idólatra? Si es así, ¿por qué Jacob fue hasta Harán para buscar esposa si allí también eran idólatras como los cananeos? Otros creen que eran utensilios astrológicos usados para predecir el futuro. Pero esta sugerencia nos lleva a las mismas interrogantes. Un estudioso presentó la teoría de que estas imágenes tenían relación con los derechos legales de herencia (véase Guthrie, New Bible Commentary, pág. 104). Si esta teoría es correcta, el poseedor del ídolo tenía el derecho de heredar los bienes del padre. Esta circunstancia explicaría por qué Raquel robó las imágenes, siendo que su padre le había ‘robado’ a ella su herencia (véase Génesis 31:14-16). También explicaría la extrema alarma de Labán por lo robado y el severo castigo que ofreció Jacob contra quien fuera culpable (véase Génesis 31:32).

(7-24) Génesis 32:24-32. ¿En qué consistió la lucha de Jacob?

La mayoría de los estudiosos creen que Jacob luchó con un ángel, pero el presidente Joseph Fielding Smith explicó la razón por la que esa explicación no resulta verídica:

“¿Quién luchó con Jacob en el Monte Peniel? Las Escrituras dicen que fue un hombre. Los intérpretes de la Biblia dicen que fue un ángel. Seguramente fue un mensajero enviado a Jacob para darle la bendición. Pensar que luchó y sujetó a un ángel que no pudo escapar queda fuera de discusión. El término ángel tal como es usado en las Escrituras, de vez en cuando se refiere a mensajeros que son enviados con instrucciones importantes. Posteriormente en ese capítulo cuando Jacob dice que contempló al Señor, eso no era una referencia a su lucha.” (Smith, Doctrina de Salvación, tomo I, pág. 16.)

(7-25) Génesis 33:1-2

Algunos han criticado la disposición del campamento hecha por Jacob porque parece que estaba poniendo a las siervas y a los hijos de ellas en los lugares más peligrosos. Sin embargo, era natural en el Medio Oriente que el caudillo mostrara a su familia y a sus posesiones de tal forma que lo mejor y más preciado se salvara hasta el final (véase Clarke, Bible Commentary 1:205).

(7-26) Génesis 34:1-31. La deshonra de Dina

El vocablo hebreo que es traducido como “tomó” en el versículo 2 puede significar “arrebatar, a veces con violencia y fuerza; tomar posesión, capturar, prender” (Wilson, Old Testament Word Studies, “take”, pag. 435). Comentando en cuanto a la frase que dice que Siquem “habló al corazón de ella” (Génesis 34:3), un erudito dijo lo siguiente:

“Literalmente, habló al corazón de ella quiere decir que se esforzó por ganar su afecto y reconciliarla por la desgracia que le había causado. Parece más que evidente en este versículo y en el anterior, que no había habido consentimiento por parte de Dina, sino que todo fue un acto de violencia y que en ese momento ella se encontraba detenida por la fuerza en casa de Siquem. Allí se encontraba cuando Simeón y Leví saquearon la ciudad, versículo 26.” (Clarke, Bible Commentary, 1:207.)

Imagen
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Mte. Carmelo

GALAAD

Mte. Tabor

Mte. Gilboa

Sucot

Peniel

Siquem

Mahanaim

Río Jaboc

Betel

Efrata (Belén)

Hebrón/Arba

Mte. Nebo

Esaú sube de SEIR

Jacob vuelve de Harán a Hebrón

La afrenta de Simeón y Leví estaba justificada, pero tomar una ciudad con engaño para matar a sus hahitantes con el pretexto de llevarlos al convenio fue un acto malvado. Las bendiciones de Jacob sobre estos dos hijos, antes de su muerte (véase Génesis 49:5-7), muestran que ni él ni el Señor aprobaron este acto.

(7-27) Génesis 35:1-6

Antes de retornar a Betel, que era el equivalente a un templo moderno (véase el encabezamiento 7-12), Jacob hizo que su familia y sus siervos —toda su casa— se preparara para la experiencia de la misma manera que un miembro de la Iglesia se prepara hoy día para ir a la casa del Señor. Los zarcillos (o aretes) que se mencionan probablemente eran algo más que sólo joyas; es posible que fueran amuletos con inscripciones a dioses falsos (véase Keil y Delitzsch, Commentary, 1:1:316).

(7-28) Génesis 35:20-22. Rubén pierde la primogenitura

La inclusión de un breve relato de la inmoralidad de Rubén en el registro bíblico puede parecer fuera de lo común, pero explica la razón por la que Rubén, el primogénito de Lea, perdió legalmente la primogenitura. Puesto que Raquel era la segunda esposa, su primer hijo, por derecho, heredaría aquella bendición. Así tenemos que José era el siguiente heredero legal en la línea sucesoria aunque había sido el undécimo hijo. (1 Crónicas 5:1-3 específicamente relaciona la pérdida de la primogenitura de Rubén con su transgresión, y muestra cómo dicha primogenitura pasó a José.) Los primogénitos de las siervas Bilha y Zilpa no fueron considerados, pues ellas eran propiedad de las amas y técnicamente los hijos que tenían también eran considerados propiedad de Raquel y de Lea.

RESUMEN ANALITICO

(7-29)Hasta aquí hemos estudiado el principio de la casa de Israel, el “pueblo escogido”. ¿Se siente algo desilusionado porque algunos de nuestros antepasados no vivieron en la forma que usted lo esperaba? Al considerar lo que ha leído, tenga presente las siguientes preguntas:

  1. ¿Hay en estos capítulos alguna evidencia de que la conducta errónea de las diferentes personas fue pasada por alto, disculpada o justificada de alguna manera por el Señor?

  2. ¿Podemos aprender algo de las faltas y debilidades de nuestros antepasados así como aprendemos de su fortaleza y éxito?

  3. ¿Ve alguna evidencia de desarrollo, arrepentimiento y dedicación en la historia del principio del pueblo del convenio?

  4. Los detalles de interés humano, tales como la rivalidad entre Raquel y Lea, ¿facilitan o dificultan que uno crea que Dios es un Padre amoroso y paciente? ¿Le ayudan a entender que usted también, a pesar de sus propias debilidades, puede llegar a ser parte del pueblo del convenio?

(7-30)Algo que se ve repetida y claramente en estos capítulos es la importancia que para Abraham, Isaac y Jacob tenía el casamiento en el convenio. Escriba una composición de una página sobre el tema: “¿Qué puedo aprender de Abraham, Isaac y Jacob acerca del matrimonio?” Antes de empezar, considere las declaraciones siguientes hechas por nuestras Autoridades Generales.

Brigham Young: “Tened cuidado, oh vosotras las madres de Israel, y no enseñéis a vuestras hijas en el futuro, como muchas han sido enseñadas, a casarse fuera de Israel. ¡Ay de vosotras si lo hacéis! Perderéis vuestras coronas tan ciertamente como Dios vive.” (Discourses of Brigham Young, pág. 196.)

Joseph F. Smith: “Algunos piensan que es poca la diferencia que hay en que una señorita se case con un hombre en la Iglesia, lleno de la fe del evangelio, o con un incrédulo. Algunos de nuestros jóvenes se han casado fuera de la Iglesia, pero son bien pocos los que han hecho esto que no han llegado al fracaso…No viene a mi pensamiento otra cosa, en el sentimiento religioso, que pudiera afligirme más intensamente que ver a uno de mis hijos casarse con una joven incrédula, o a una de mis hijas casarse con un hombre incrédulo.” (Doctrina del Evangelio, pág. 273.)

Spencer W. Kimball: “En muchas ocasiones he recibido a mujeres con los ojos llenos de lágrimas. ¡Cómo les gustaría poder criar a sus hijos en el evangelio de Jesucristo! Sin embargo, no pueden hacerlo por motivo de la incompatibilidad religiosa que viene de tener un marido que no es miembro. ¡Cómo les gustaría a ellas mismas aceptar responsabilidades en la Iglesia! ¡Cómo les gustaría pagar sus diezmos! ¡Cómo estimarían poder ir al templo para recibir sus propias investiduras y hacer la obra por los muertos! ¡Cómo desean poder ser selladas por la eternidad y recibir la promesa de que sus hijos, su propia carne y sangre, les sean sellados por la eternidad! A veces son hombres los que se encuentran en este aprieto. Sin embargo, han cerrado las puertas con llave, y a menudo se han enmohecido las bisagras de esas puertas.” (El milagro del perdón, pág. 246.)