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Exodo 1-10: ‘Deja ir a mi pueblo’


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Exodo 1-10

“Deja ir a mi pueblo”

(9-1) Introducción

El interés del Señor por su pueblo escogido puede verse en el llamamiento de Moisés. Fue tal la grandeza de Moisés que el Señor y su pueblo siempre lo han usado como un modelo de lo que debe ser un profeta. Aun Jesucristo fue llamado profeta semejante a Moisés (véase Hechos 3:22; 7:37; Deuteronomio 18:15, 18-19; 1 Nefi 22:20-21; 3 Nefi 20:23-24). Ciertamente Moisés fue un símbolo viviente de Jesucristo (véase Moisés 1:6).

Moisés fue un hombre que, como usted, tenía debilidades y virtudes. La grandeza del carácter de Moisés estaba en su mansedumbre, en la capacidad que tenía de ser moldeado por el Señor y su Espíritu. “Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.” (Números 12:3.)

En este capítulo aprenderemos acerca de la preordinación de Moisés, de la preparación en su juventud, de la maduración de su carácter en el desierto, de su llamamiento por Dios, y de su lugar como líder y profeta. Es posible que lo que aprenderá lo anime a analizar su vida a fin de que, como Moisés, pueda identificar sus propias debilidades, superarlas y llevar a cabo la misión que el Señor tiene para usted en esta vida. Como Nefi, tal vez sea impelido a decir: “seamos fuertes como Moisés” (1 Nefi 4:2). El élder Mark E. Petersen testificó así: “El verdadero Moisés fue uno de los hombres de Dios más fuertes de todos los tiempos…

“Anduvo y habló con Dios, recibió de la gloria divina estando en la mortalidad, fue llamado hijo de Dios y era semejante al Unigénito.

“Vio los misterios de los cielos y mucho de la Creación, y recibió más leyes de Dios que cualquier otro hombre antiguo del que tengamos conocimiento.” {Moses, pág. 49.)

Instrucciones al alumno:

  1. Use los comentarios que aparecen a continuación. Ellos le ayudarán en la lectura y estudio de Exodo 1-10.

  2. Complete el Resumen analítico, tal como lo indique el maestro. (Los alumnos del Curso de estudio individual supervisado deben completar toda esta sección.)

COMENTARIOS SOBRE EXODO 1-10

(9-2) Exodo 1:7. “Los hijos de Israel fueron fieles y progresaron notablemente”

“Para que se cumplieran las promesas que el Señor había hecho a Abraham, era necesario que el pueblo de Israel fuera más numeroso. Para lograrlo, la pequeña familia, que llegaba a un total de sólo 70 personas (Génesis 46:26-27), necesitaba suficiente tiempo y un lugar pacífico donde crecer, y Egipto era ese lugar…

“…Palestina era el campo de batalla para las naciones que estaban en guerra y se mudaban de un lugar a otro en sus conquistas entre el Nilo y el Eufrates, por lo que Israel no habría encontrado paz allí, ya que necesitaban estar en un medio ambiente estable para su futuro crecimiento y desarrollo…

“El cautivero que sufrieron no fue totalmente negativo, ya que les sirvió para un buen propósito. La crueldad de los capataces, los altos impuestos que debían pagar, el odio que existía entre los hebreos y los egipcios y el período de tiempo que duró su servidumbre obligó a los hijos de Jacob a ser un pueblo unido…

“El odio que tenían por los egipcios evitó que hubiera matrimonios entre los hebreos y sus vecinos. Para recibir los beneficios de las promesas hechas a Abraham, el pueblo israelita no debía mezclarse con otras razas para mantener su raza pura; y el Señor se valió de esas circunstancias para lograr ese propósito…

“Sí, Egipto ocupó un papel muy importante en los propósitos del Señor, y lo hizo muy bien.

“Después de 430 años, el Señor decretó que era el momento de que Israel habitara en su propia tierra para llegar a ser ese ‘pueblo peculiar’ que esperaría la llegada del Mesías.” (Petersen, Moses, págs. 27-30.)

(9-3) Exodo 1:8. Un faraón que no conocía a José

Muchos eruditos especulan con la idea de que José llegó a gobernar a Egipto mientras la nación estaba bajo el dominio de los hyksos. El historiador Manetho llamó a los hyksos los pastores-reyes y dijo que los egipcios los odiaban mucho por sus conquistas y dominios. Los hyksos eran pueblos semitas de las tierras del norte y del este de Egipto. Como Jacob y su familia eran también semitas, es fácil comprender la razón por la cual los hyksos vieran con buenos ojos a José, y que cuando aquéllos finalmente fueron arrojados de Egipto, repentinamente, los egipcios no quisieron saber más nada con los israelitas.

Muchos se han preguntado cómo es que José pudo ser gobernador durante tantos años sin que su nombre aparezca en las inscripciones de los monumentos de Egipto. Si la teoría de la dominación de los hyksos es correcta, entonces el nombre de José habría sido quitado de los anales y monumentos junto con el de los otros mandatarios hyksos. Sin embargo, un estudioso dice que encontró el nombre egipcio Yufni, que sería el equivalente al hebreo Josef (véase de Donavan Courville, “My Search for Joseph”, Signs of the Times, octubre de 1977, pág. 5). Aunque la evidencia no es suficiente para llegar a una conclusión definitiva, al menos podemos decir que puede haber evidencia de la existencia de José en fuentes distintas a la Biblia.

(9-4) Exodo 1:15-22

Las medidas opresivas de Faraón no pudieron desviar los propositos de Dios de crear una gran nacion. Mediante la fe de las comadronas y su negativa de llevar a efecto las órdenes de Faraón de ejecutar a todos los varones que nacían en esa época, Israel continuó prosperando. La vida de Moisés, que fue una semejanza de la del Salvador (véase Moisés 1:6), fue amenazada por el mandatario de la tierra, tal como lo fue la vida de Cristo por Herodes, el cual decretó la muerte de todos los pequeños varones nacidos en Belén.

Tanto Josefo como Jonatán ben Uzziel, otro antiguo escritor judío, relataron que Faraón tuvo un sueño en el que vio que pronto iba a nacer un hombre que liberaría del cautiverio a Israel, y este sueño fue el que motivó el decreto real de arrojar al río a los pequeñitos de origen israelita (véase Flavio Josefo Antigüedades de los judíos, tomo 2, cap. 9, párr. 2; Clarke, Bible Commentary, 1:294).

(9-5) Exodo 2:1-2. La genealogía de Moisés

Moisés era un descendiente puro de Leví por la línea de su padre, Amram (véase Exodo 6:16-20) y de su madre, Jocabed (véase Exodo 2:1; 6:20).

Imagen
Moses’s lineage

Leví

Coat

Otros

Amram se casó con - - - - Jocabed

Miriam

Aarón

4 hijos: Nadab Abiú Eleazar Itamar

Moisés

2 hijos: Gersón Eliezer

(9-6) Exodo 2:1-10

Tanto la traducción de la Biblia hecha por José Smith (véase Génesis 50) como el Libro de Mormón (véase 2 Nefi 3) demuestran que ya en la época de Jose, hijo de Jacob, la misión futura de este libertador, Moisés, había sido profetizada. Tan detallada había sido la profecía dada a José que en ella se dio a conocer el nombre de Moisés, así como algunos incidentes de su ministerio (véase el encabezamiento 8-27, donde se encuentra la explicación de la traducción hecha por José Smith).

(9-7) Exodo 2:10. ¿Qué capacitación y educación recibió Moisés en Egipto durante su juventud?

En el Nuevo Testamento encontramos un largo discurso de Esteban en cuanto a las relaciones del Señor con la casa de Israel. Concerniente a la juventud de Moisés, Esteban relató lo siguiente: “Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras”. (Hechos 7:22.)

Josefo, el historiador judío, dijo que Moisés era un príncipe de muy buena apariencia y muy educado, y un guerrero poderoso en la causa de los egipcios (Vease Flavio Josefo, Antigüedades de los judíos, libro 2, cap. 9, párr. 7; cap. 10, párrs. 1-2.)

En su condición de príncipe, Moisés pudo haber tenido acceso a las bibliotecas reales de los egipcios, así como a la historia escrita de los israelitas que le enseñó su madre. Es posible que haya leído las profecías de José y que haya sido guiado por el Espíritu para entender su llamamiento divino de liberar a sus hermanos, los israelitas. El discurso de Esteban implica que Moisés entendía esta responsabilidad: “Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos’ de Israel…Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido así”. (Hechos 7:23, 25.)

Pablo, en Hebreos, amplió el mismo concepto: “Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón…teniendo por mayores rique zas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios…” (Hebreos 11:24, 26.)

La madre de Moisés, Jocabed, probablemente le enseñó los principios y las tradiciones de los hebreos cuando le sirvió de nodriza (véase Exodo 2:7-9).

(9-8) Exodo 2:11-15. ¿Por qué mató Moisés a un egipcio?

“El vocablo ‘mató’ es la traducción dada al hebreo nakhah, que quiere decir ‘hacer caer’; es la palabra usada para describir la acción realizada por los soldados cuando combaten unos contra otros. Sería correcto decir que Moisés mató a un hombre que estaba matando a otro, o que tomó una vida para salvar otra. El hecho de que haya mirado a todas partes antes de hacerlo simplemente indica que comprendía que los egipcios no aprobarían que defendiera a un esclavo.” (Rasmussen, Introduction to the Old Testament, 1:74.)

“Sin embargo, el historiador Eusebio dice que la muerte fue el resultado de una intriga de la corte en la cual algunos hombres conspiraron para asesinar a Moisés. Se dice que en el encuentro Moisés luchó con el atacante y lo mató. (Eusebio, IX:27.)

“En el Midrash Rabbah, comentario tradicional judío del Antiguo Testamento, se asegura que Moisés, a puño limpio, mató a un egipcio que intentaba seducir a una mujer hebrea. Esto es confirmado por el Corán.

“Ciertamente debe haber habido una buena razón para que Moisés lo hiciera, y debemos tener por seguro que el Señor no habría llamado a un asesino al alto oficio de profeta y libertador de su pueblo, Israel.” (Petersen, Moses, pág. 42.)

(9-9) Exodo 2:18. ¿Quién era Reuel?

El nombre más común de Reuel es Jetro (véase Exodo 3:1; Números 10:29). Jetro era descendiente de Madián, que era hijo de Abraham y Cetura (véase Génesis 25:1-6). Fue por medio de este linaje que Moisés recibió el sacerdocio (véase D. y C. 84:6-13).

(9-10) Exodo 2:23

Hechos 7:30 indica que los “muchos días” mencionados en este versículo comprenden otros cuarenta años.

(9-11) Exodo 3:1

Horeb es el mismo Monte Sinaí, donde el Señor dio la ley a Moisés. Elias el Profeta también, más adelante, buscó refugio en Horeb (véase 1 Reyes 19:8).

(9-12) Exodo 3:1-10

“Un mensajero de luz dio una manifestación a Moisés, haciendo que una zarza pareciera arder; en realidad no estaba encendida y no fue consumida. La palabra ‘ángel’ se podría cambiar adecuadamente por ‘mensajero’, que es el significado básico de la palabra hebrea malakh. Una llama en una zarza, un viento poderoso, una voz apacible, un gran trueno u otro fenómeno pueden anunciar un mensaje de Dios, o sea, como un malakh de Dios. Y una vez que Moisés puso su atención en la zarza, la voz del SEÑOR mismo le habló; Moisés respondió sorprendido y reverente.” (Rasmussen, Introduction to the Old Testament, 1:74.)

La traducción hecha por José Smith, de Exodo 3:2, dice que la “presencia” del Señor se manifestó a Moisés.

(9-13) Exodo 3:11-18. ¿Qué significado tiene el título Yo Soy?

Cuando el Señor se mostró a Moisés en la zarza ardiente, usó el nombre YO SOY para darse a conocer como el Dios de Israel, el mismo Dios que había aparecido a Abraham, Isaac y Jacob. Aunque ésta es la primera vez que en la Biblia aparece este nombre, es obvio que si el nombre no hubiera sido conocido por los israelitas, su valor para identificar al Señor habría sido nulo. La identificación correcta era crucial para Moisés a fin de dar autenticidad al llamamiento que recibía para liberar a los israelitas. Este nombre no aparece frecuentemente en la Biblia; sin embargo, Jesucristo (el Jehová del Antiguo Testamento) lo usó en otras ocasiones para identificarse ante Abraham (véase Abraham 1:16), ante los judíos (véase Juan 8:58) y ante Israel moderno (véase D. y C. 29:1).

Etimológicamente, el título YO SOY está relacionado directamente con el nombre usado más frecuentemente en el Antiguo Testamento para designar a Dios: YHWH. Es posible que no siempre sea evidente la cantidad de veces que este nombre aparece en las versiones actuales de la Biblia, por motivo de que los traductores a menudo lo substituyeron por SEÑOR o DIOS. Esta práctica muestra deferencia por los sentimientos de reverencia de los judíos, que nunca pronunciaban el nombre, substituyéndolo por Señor — Adonai. (Véase el encabezamiento A-2 que versa más extensamente sobre este tema.)

YO SOY es la conjugación del verbo ser en la primera persona, singular, del presente. Por lo tanto, YHWH (que también puede ser la tercera persona del singular) significaría “EL ES” o “EL EXISTE”. El Señor usó la primera o tercera persona del mismo verbo en el texto hebreo del Antiguo Testamento, dependiendo del caso, es decir, ya sea que quisiera recalcar su nombre desde su propio punto de vista o desde nuestro punto de vista.

(9-14) Exodo 4:10-17. ¿Por qué no quería Moisés ser portavoz de Dios?

Hay algunos indicios de que Moisés pudiera haber tenido un leve impedimento en el habla (véase el encabezamiento 9-22), aunque algunos eruditos piensan que Moisés tal vez solamente haya estado sugiriendo que su habilidad para hablar hebreo y egipcio era deficiente después de haber vivido cuarenta años entre los madianitas. Cualquiera que haya sido la causa, el Señor le respondió con un razonamiento tan sencillo y a la vez tan profundo que a Moisés le resultó difícil de rechazar. Moisés se sintió tan inseguro de su capacidad que insistió en que necesitaba ayuda. El Señor se enojó por su continua falta de confianza y mandó a Aarón que fuera portavoz de Moisés. Cualquier persona que se haya sentido indigna de llevar a cabo alguna asignación puede entender a Moisés, mas todos debemos aprender a confiar en el poder del Señor. Moroni enseñó que el Señor da determinadas debilidades a los hombres para que sean humildes. Pero si tienen suficiente fe en Dios, su gracia es suficiente para “que las cosas débiles sean fuertes para ellos” (Eter 12:27). Enoc tuvo una reacción similar ante sus sentimientos de ineptitud, y, a pesar de ello, grandes cosas surgieron de sus debilidades una vez que él se aferró al Señor (véase Moisés 6:31-32, 47; 7:13).

(9-15) Exodo 4:18

La gran visión que Moisés recibió, tal como aparece en Moisés 1, ocurrió después del llamamiento original que había recibido en el Monte Horeb y antes de su llegada a Egipto. Moisés 1:17 se refiere a la experiencia de la zarza ardiente, en retrospectiva. Moisés 1:24-25 habla de la liberación de Israel de su cautiverio como un suceso futuro.

(9-16) Exodo 4:19-21. ¿Endureció el Señor el corazón de Faraón?

La traducción hecha por José Smith, de Exodo 4:21, dice que el Señor haría prosperar a Moisés, pero que Faraón había endurecido su corazón y no dejaría que los israelitas se marcharan. Esta verdad debe ser recordada en todas las referencias subsiguientes con relación al corazón endurecido de Faraón.

(9-17) Exodo 4:18-28. ¿Por qué estaba el Señor enojado con Moisés cuando éste se dirigía a Egipto?

La Biblia carece de detalles en este episodio. La traducción hecha por José Smith indica que el Señor estaba enojado con Moisés porque no había circuncidado a su hijo. Parece que Séfora no había querido cincuncidar a Gersón, pero cedió cuando el Señor expresó su ira a Moisés.

(9-18) Exodo 4:29-31

¿Qué podemos decir de los que tuvieron que ser convertidos mediante señales? (Véase Mateo 12:38-39; D. y C. 63:7-12.) Aunque su reacción inicial al ver las señales exhibidas fue muy positiva, ante el primer indicio de desafío y adversidad su intención de seguir adelante comenzó a debilitarse (véase Exodo 5:20-23).

(9-19) Exodo 5:1-23; 6:1

Dios dio a Faraón la oportunidad de que, por su propia voluntad, dejara ir a Israel para adorar a Dios. Por causa de su negativa, Faraón no podía culpar a nadie sino a sí mismo de las consecuencias.

(9-20) Exodo 6:1-8

El convenio eterno del evangelio, el cual el Señor Dios estableció con Adán y todos los patriarcas, incluyendo a Noé, Abraham, Isaac y Jacob, fue establecido con toda la casa de Israel en la época de Moisés.

(9-21) Exodo 6:3. ¿Se conocía el nombre Jehová antes de Moisés?

La Biblia sugiere, en Exodo 6:3, que el nombre Jehová no era conocido por Abraham, Isaac y Jacob. Esta sugerencia, sin embargo, obviamente no puede ser cierta (véase Génesis 4:26 en donde el nombre Jehová aparece por primera vez). Además, el Señor (Jehová) apareció varias veces a Abraham, Isaac y Jacob, así como a otros. Es obvio que hay algo que no está claro en la traducción de este pasaje. El problema se resuelve si uno tiene presente que el texto puede ser leído como pregunta en hebreo así como en otras lenguas, con sólo levantar la inflexión de la voz al final de la oración. (Al traducir un texto, si en éste no aparecen signos de entonación, por ejemplo, interrogación, admiración, etc., y si no se puede leer en voz alta, tal vez no se capta la inflexión de la voz, la cual el texto requiriría, perdiéndose en esa forma la intención perseguida por el escribiente.) El profeta José Smith nos explica este versículo en el que el Señor dice que se mostró a Abraham, a Isaac y a Jacob, que El es el Señor Dios Omnipotente, el Señor JEHOVA; y en la última parte pregunta si su nombre no era conocido. Nuestra respuesta es: ¡Sí!

(9-22) Exodo 6:12, 30

Moisés declara ser de labios torpes. Esta característica puede explicar su vacilación cuando se le pidió ser portavoz de Dios (véase Exodo 6:30; véase también el encabezamiento 9-14).

(9-23) Exodo 7:1

José Smith, el Profeta, corrigió este versículo de manera que dice que Moisés sería un profeta para Faraón y no un dios.

(9-24) Exodo 7:11-12. ¿Ejercieron los magos de la corte de Faraón el poder del Señor?

“A través de los tiempos y en casi todos los países, los hombres han ejercido grandes poderes ocultos y místicos, aun sanando enfermos y efectuando milagros. Agoreros, magos y astrólogos vivían en las cortes de los reyes antiguos y tenían ciertos poderes mediante los cuales adivinaban y resolvían los problemas, sueños y dificultades del monarca. Uno de los ejemplos más claros de esto se encuentra en Exodo, donde Faraón llama ‘a los sabios y hechiceros’, quienes hicieron algunos de los milagros que el Señor había mandado efectuar a Moisés y Aarón. Cuando arrojó su vara, ella se convirtió en serpiente. Los magos egipcios arrojaron sus varas y se convirtieron en serpientes…

“…El Salvador declaró que Satanás tenía el poder de someter los cuerpos de los hombres y afligirlos sobremanera, [véase Mateo 7:22-23; Lucas 13:16]. Si Satanás tiene poder para someter los cuerpos, ciertamente debe tener poder para dejarlos libres. Se debe tener presente que Satanás tiene gran conocimiento y, por lo tanto, puede ejercer autoridad y, hasta cierto punto, controlar los elementos, siempre que un poder mayor no interfiera.” (Smith, Answers to Gospel Questions, 1:176, 178.)

(9-25) Exodo 7-10. Las plagas de Egipto

Ha habido numerosos intentos, a través de los tiempos, de explicar las plagas descritas en estos capítulos de Exodo. Algunos han tratado de demostrar que las diferentes plagas eran el resultado de algún fenómeno natural, tal como el pasaje de meteoritos o la explosión de una isla volcánica en el Mediterráneo. Aunque hay cierto grado de progreso lógico en la manera en que las plagas atacaron a la población (la contaminación del río podría haber hecho salir a las ranas de los pantanos para morir en tierra seca, y esta situación habría producido piojos, moscas y peste), no es posible explicar en el presente cómo el Señor hizo ocurrir estos acontecimientos. El hecho de que las plagas fueron enviadas solamente sobre los egipcios y no sobre los israelitas añade más misterio a su naturaleza milagrosa.

A menudo Dios obra por medios naturales para efectuar sus propósitos, pero eso no desmerece la naturaleza milagrosa de su obra. En las plagas y en la liberación final de Israel de la esclavitud en Egipto, se encuentra una historia maravillosa y milagrosa de la intervención de Dios en bien de sus hijos. Cómo intervino en realidad no es tan importante como el hecho de que sí intervino.

RESUMEN ANALITICO

(9-26) Los dos personajes principales de este capítulo son Moisés y Faraón. Hemos aprendido que el Señor conocía a ambos hombres antes de que nacieran. Ambos fueron traídos a la prueba de la vida terrenal en ese momento, y el Señor sabía que realizarían su parte respectiva.

Moisés era manso y daba lugar a ser guiado por la mano de Dios. Consecuentemente, por su medio se realizaron grandes y poderosos milagros para libertar al pueblo escogido de Dios, Israel, de su cautiverio en Egipto.

Faraón, por otra parte, era egoísta, sediento de poder, cruel y de corazón duro. Nunca se inmutó ante el poder del Señor, sino que prefirió seguir el poder opuesto, el de Satanás, el cual le permitía tener la falsa creencia de que él era un dios en la tierra.

Supongamos que usted tiene que dar un discurso en la reunión sacramental con el tema “¿Qué podemos aprender en Exodo 1-10 que nos ayudará en nuestro progreso personal?” ¿Qué aspectos de la vida de Moisés y de Faraón anotaría que podríamos imitar o evitar a fin de llegar a ser semejantes a Cristo en nuestro carácter? Sea concreto, indicando referencias de las Escrituras en cada caso.