“Génesis 3–4; Moisés 4–5”, Antiguo Testamento: Manual del maestro de Instituto, 2026
Adam and Eve [Adán y Eva], por Douglas M. Fryer
Génesis 3–4; Moisés 4–5
En la vida preterrenal, Jesucristo se sometió a la voluntad del Padre Celestial y fue escogido para convertirse en nuestro Salvador. Satanás procuró destruir el albedrío. Tentó a Adán y Eva en el Jardín de Edén, lo que condujo a la Caída. La caída de Adán y Eva trajo al mundo la muerte física y la muerte espiritual. Aunque trajo consigo la adversidad, la tristeza y el pecado, la Caída también hizo posible ejercer el albedrío, aprender, crecer y tener hijos. Podemos superar los efectos de la Caída gracias al sacrificio expiatorio de Jesucristo.
Recursos adicionales
Ayudas para las Escrituras: Antiguo Testamento, “Génesis 3–4; Moisés 4–5”
Nota: La “Introducción al curso” ofrece orientación sobre cómo utilizar los elementos estándar de la lección que se presentan a continuación.
Fomentar el estudio personal
Antes de la clase, considere enviar a los alumnos uno o más de los mensajes siguientes, o bien cree uno usted mismo:
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¿Por qué el albedrío es una parte tan importante del Plan de Salvación del Padre Celestial? Considera esta pregunta al estudiar Moisés 4:1–4.
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¿Alguna vez sientes la tentación de ocultarle tus errores a Dios? Al estudiar Moisés 4:13–19, 27, piensa en cómo te bendecirá el acudir a Jesucristo sin importar lo que hayas hecho.
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Al estudiar Moisés 4:5–32 y 5:1–12, considera las bendiciones que puedes recibir gracias a la caída de Adán y Eva.
Hacer preguntas y compartir
Dé tiempo a los alumnos para que hagan preguntas y expresen las reflexiones y verdades que hayan descubierto en su estudio personal de Génesis 3–4 y Moisés 4–5.
Capacitación en técnicas de estudio
Moisés 4:1–4 podría ser un pasaje útil para utilizar la técnica “Buscar contrastes en las Escrituras”, que se describe en Técnicas para el estudio de las Escrituras. También podrían utilizar la técnica “Comprender los simbolismos de las Escrituras” cuando estudien Moisés 5:4–12.
Opciones de actividades de aprendizaje
Se proporcionan varias opciones de aprendizaje para usted y sus alumnos. Con espíritu de oración, elija qué opción u opciones serán las más significativas para su clase.
Cómo mejorar la enseñanza y el aprendizaje
Aprenda la doctrina de Jesucristo por usted mismo. Hay poder en estudiar, meditar y aprender la doctrina del Salvador por uno mismo al prepararse para enseñar a los alumnos. Para aprender más al respecto, consulte la sección “El Salvador aprendía la doctrina” (Enseñar a la manera del Salvador, págs. 20–21). El hacer preguntas abiertas en clase puede ayudar a los alumnos a meditar, expresar y aprender mejor la doctrina del Salvador por sí mismos.
¿Por qué mi albedrío es tan importante?
Considere mostrar las preguntas siguientes e invitar a los alumnos a que las analicen con un compañero. Si necesitan ayuda, pueden estudiar el tema “Albedrío y responsabilidad” en Temas y preguntas (Biblioteca del Evangelio) antes de comenzar.
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¿Qué es el albedrío?
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¿Por qué el albedrío es importante?
Explique que en Moisés 4 se describe el concilio de los cielos que se llevó a cabo en la vida preterrenal, en el que el Padre Celestial escogió a Jesucristo para que fuera nuestro Salvador. El albedrío fue uno de los temas principales que surgieron en este concilio preterrenal. Invite a los alumnos a buscar, mientras estudian hoy, lo que pueden aprender sobre la importancia de su albedrío y cómo pueden protegerlo.
Podría mostrar la siguiente actividad de estudio e invitar a los alumnos a completarla de a dos o en grupos pequeños.
Estudien Moisés 4:1–4 y luego analicen las preguntas siguientes:
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¿Qué contrastes notaron entre las palabras del Padre Celestial y Jesucristo y las de Satanás?
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¿De qué manera notaron que se respetó o se ignoró el albedrío en estos versículos?
Invite a varios alumnos a compartir con la clase las reflexiones que hayan obtenido de su estudio y análisis. Cuando compartan, podrían reconocer verdades como la siguiente: Jesucristo se somete humildemente a la voluntad de nuestro Padre Celestial. Satanás procura destruir nuestro albedrío y conducirnos al cautiverio.
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¿De qué maneras procura Satanás destruir nuestro albedrío en la actualidad? Como parte del análisis, considere compartir la siguiente cita del élder Paul V. Johnson:
Satanás ahora engaña y ciega a los hombres, y los lleva cautivos a su voluntad. Si se lleva cautivas a las personas, ¿no suena como que está destruyendo el albedrío?
La realidad es que él no pudo destruir el albedrío en la vida preterrenal, y tampoco puede hacerlo ahora. Sin embargo, nos lleva cautivos al incitarnos a pecar. Cuando pecamos, nos sometemos a él; en efecto, le entregamos parte de nuestro albedrío. Él no puede quitárnoslo, pero nosotros sí podemos cederlo (“Free to Choose”, Ensign, febrero de 2019, pág. 64).
Explique que, a diferencia de Satanás, que procura destruir nuestro albedrío, Jesucristo procura preservarlo y protegerlo.
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¿Cómo protegieron su albedrío las acciones del Padre Celestial y Jesucristo en el concilio de los cielos?
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¿De qué manera el Padre Celestial y Jesucristo siguen protegiendo su albedrío en la actualidad? (Podría compartir la siguiente cita del élder Johnson como parte de este análisis).
Cuando obedecemos a Satanás, le damos poder. Cuando obedecemos a Dios, Él nos da poder. Este no es el mensaje que recibimos del mundo, pero es la verdad. El poder real, el poder de llegar a ser semejantes al Salvador, se encuentra únicamente en la obediencia. La verdadera libertad se halla únicamente en la obediencia, en someternos a la voluntad de Dios en lugar de a la voluntad de la carne o la del diablo. La obediencia brinda libertad, poder, gozo, paz y esperanza […].
Al vivir en rectitud podemos ser libres de cualquier poder que el adversario desee ejercer sobre nosotros. Él obtiene poder solo en la medida en que se lo permitimos mediante nuestras decisiones. Si hay algo en nuestra vida que nos molesta y nos ata, arrepintámonos. Deshagámonos de ello y aumentemos la libertad en nuestra vida (“Free to Choose”, pág. 69).
Conceda tiempo a los alumnos para que mediten en las maneras en que sienten que Satanás podría estar tratando de conducirlos al cautiverio. Anímelos a pensar en acciones que pueden realizar para confiar más plenamente en Jesucristo a fin de que puedan experimentar la libertad mayor que proviene de Él. Invítelos a escribir los pensamientos y las impresiones que reciban.
¿Cómo puede ayudarme Jesucristo cuando peco?
Considere presentar la siguiente situación hipotética:
Lucas cometió algunos errores recientemente y se siente avergonzado por ello. Ha dejado de orar porque no está seguro de que Dios quiera escucharlo. Incluso no está seguro de querer que Dios se fije en él en este momento.
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¿Qué piensan sobre la forma en que Lucas actúa frente a su situación?
Explique que las acciones de Adán y Eva después de haber comido del fruto prohibido pueden enseñarnos lecciones importantes respecto a quién debemos acudir cuando hemos transgredido los mandamientos de Dios. (Si fuera necesario, podrían repasar el relato de cuando Adán y Eva comieron del fruto en Moisés 3:15–17; 4:5–12.) Anime a los alumnos a procurar recibir entendimiento del Padre Celestial respecto a cómo pueden aplicarse a sus vidas las verdades que estudien hoy.
Estudien juntos Moisés 4:12–19, 27. Invite a los alumnos a buscar en estos versículos verdades que podrían ayudar a Lucas a replantear la forma en que ve sus errores. Deles la oportunidad de compartir sus reflexiones en grupos pequeños o de a dos. A fin de enriquecer el análisis, podría mostrar preguntas como las siguientes:
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¿Por qué creen que Adán y Eva trataron de esconderse de Dios? ¿De qué manera la gente a veces trata de “esconderse” de Dios en la actualidad?
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¿Qué pueden aprender de la pregunta de Dios “¿A dónde vas?” (versículo 15)?
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¿Cómo ayudó Dios a Adán y Eva en el versículo 27? ¿Cómo puede ayudarnos a nosotros cuando hemos caído en transgresión?
Después de que los alumnos terminen sus análisis, explique que hay un importante significado simbólico en las “túnicas de pieles” que Dios dio a Adán y Eva. Comparta la siguiente cita de la hermana J. Anette Dennis. (O bien, podrían estudiar “Génesis 3:21; Moisés 4:27. ¿Cuál es el significado de que Dios vistiera a Adán y Eva con túnicas de pieles?” en Ayudas para las Escrituras: Antiguo Testamento).
Como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, aquellos de nosotros que hemos elegido hacer convenios con Dios en la Casa del Señor usamos ropa ceremonial exterior sagrada durante la adoración en el templo, la cual simboliza la ropa que se vestía en los antiguos ritos del templo. También vestimos el gárment del santo sacerdocio, tanto durante la adoración en el templo como también en nuestra vida diaria.
El gárment del santo sacerdocio es profundamente simbólico y también señala hacia el Salvador. Cuando Adán y Eva comieron del fruto y tuvieron que abandonar el Jardín de Edén, se les dieron túnicas de pieles para cubrirse. Es probable que se haya sacrificado un animal para hacer dichas túnicas de pieles, como símbolo del sacrificio del Salvador por nosotros. Kaphar es la palabra hebrea básica que significa Expiación y una de sus acepciones es “cubrir”. Nuestro gárment del templo nos recuerda que el Salvador y las bendiciones de Su Expiación nos cubren durante toda la vida. Al vestir el gárment del santo sacerdocio cada día, ese bello símbolo se convierte en parte de nosotros (“Vestíos del Señor Jesucristo”, Liahona, mayo de 2024, pág. 11).
Invite a los alumnos a compartir lo que aprendieron sobre Jesucristo y los gárments del templo a partir de la cita de la hermana Dennis. (Utilizando sus propias palabras, podrían compartir una verdad como la siguiente: Los gárments del templo representan simbólicamente a Jesucristo y las bendiciones de Su Expiación).
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¿De qué manera el comprender esta verdad puede influir en nuestra disposición a recibir las bendiciones del templo y a usar el santo gárment? ¿Cómo puede influir en lo que sienten por el Padre Celestial y Jesucristo?
Considere compartir la siguiente cita del presidente Jeffrey R. Holland e invitar a los alumnos a compartir lo que les llamó la atención:
Cuando nos ponemos el gárment, como ha enseñado la Primera Presidencia, nos vestimos de un sagrado símbolo de Jesucristo. Siendo este el caso, ¿por qué habríamos de buscar alguna excusa para quitarnos dicho símbolo? ¿Por qué habríamos de privarnos de la promesa de poder, protección y misericordia que el gárment representa? Por el contrario, cada vez que tengamos que quitarnos el gárment temporalmente, debemos estar ansiosos por volvérnoslo a poner tan pronto como sea posible, porque recordamos tanto las promesas como los peligros que dan sentido a nuestros convenios. Sobre todo, recordamos la cruz y el sepulcro vacío de Cristo.
Algunas personas podrían decir: “Tengo otras maneras de recordar a Jesús”, y yo respondería: Magnífico; cuant[as] más, mejor. Pensemos en tantas maneras como podamos de mantener nuestro compromiso de “recordarle siempre”, pero, al hacerlo, sería poco sincero desatender intencionalmente el recordatorio que el Señor mismo ha dado a quienes están investidos: el gárment del santo sacerdocio (“El gárment del santo sacerdocio”, Liahona, septiembre de 2024, pág. 7).
Testifique de las verdades que han analizado. Invite a los alumnos a anotar las impresiones espirituales que hayan recibido del Espíritu Santo en cuanto a cómo podrían poner en práctica las verdades que han estado estudiando. Aliéntelos a actuar de acuerdo con sus impresiones espirituales.
¿Cómo influye en mí la caída de Adán y Eva?
Antes de que lleguen los alumnos, considere escribir palabras como paz, crecimiento, satisfacción, gozo y felicidad en un lado de la pizarra y palabras como dolor, ansiedad, pesar, heridas y tristeza en el otro lado.
Pídales que piensen en ocasiones recientes en las que hayan experimentado alguna de esas cosas. También podría preguntar:
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¿Qué función desempeñó la caída de Adán y Eva en que tuviéramos esos sentimientos o experiencias?
En esta actividad de aprendizaje, los alumnos estudiarán las formas en que la Caída influye en ellos, así como la función esencial de Jesucristo para superar sus efectos. Antes de comenzar a estudiar, podría ser útil que algunos de ellos compartan lo que saben acerca de los acontecimientos que condujeron a la caída de Adán y Eva. (Si fuera necesario, podrían estudiar juntos Moisés 3:15–17; 4:5–12).
Muestre la tabla siguiente e invite a los alumnos a crear su propia versión. Deles tiempo para que la completen, ya sea individualmente o con un compañero. (También podría pedirles que estudien las entradas relacionadas con estos versículos en Ayudas para las Escrituras: Antiguo Testamento).
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Por causa de la Caída… |
Gracias a Jesucristo… |
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Por causa de la Caída… Moisés 4:22–25, 28–31; 5:1–4; 6:48–49 (Véanse también 2 Nefi 2:19–25; Mosíah 3:19) | Gracias a Jesucristo… (Véanse también 2 Nefi 2:26; 9:6–13, 21; Alma 7:11–13) |
Después de darles suficiente tiempo, pida a los alumnos que compartan sus respuestas para las dos columnas de la tabla. Algunas podrían incluir verdades como las siguientes: La Caída fue una parte esencial del Plan de Salvación del Padre Celestial. Si Adán y Eva no hubieran caído, no habrían podido tener hijos. Como resultado de la Caída, todas las personas experimentan la muerte física y espiritual. Podemos ser redimidos de la Caída por medio de Jesucristo.
A fin de ayudar a los alumnos a entender mejor y sentir la importancia de estas verdades, considere hacer algunas de las preguntas siguientes:
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¿Por qué la Caída fue una parte esencial del Plan de Salvación del Padre Celestial?
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¿De qué forma el entender la Caída los ayuda a entender mejor la necesidad que tienen de Jesucristo?
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¿Qué revela la Caída acerca del amor y las esperanzas que el Padre Celestial tiene por Sus hijos?
Podría ser útil utilizar algunas de las citas siguientes en diferentes momentos del análisis:
De la misma manera que un hombre realmente no desea comida hasta que tiene hambre, del mismo modo no desea la salvación de Cristo sino hasta que comprende la razón por la que necesita a Cristo. Nadie sabe de manera adecuada y precisa la razón por la que necesita a Cristo hasta que comprenda y acepte la doctrina de la Caída y el efecto que tiene sobre toda la humanidad (Ezra Taft Benson, “El Libro de Mormón y Doctrina y Convenios”, Liahona, enero de 2005, pág. 11).
La vida terrenal, por naturaleza, es injusta […]. En situaciones injustas, una de nuestras tareas es confiar en que “todo lo que es injusto en la vida se puede remediar por medio de la Expiación de Jesucristo” [Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional, 2019, pág. 52]. Jesucristo venció al mundo y “absorbió” toda injusticia. Gracias a Él, podemos tener paz en este mundo y ser de buen ánimo (Dale G. Renlund, “Las injusticias exasperantes”, Liahona, mayo de 2021, págs. 42–43).
Adán y Eva actuaron a favor de todos los que habían elegido participar en el gran plan de felicidad del Padre. Su caída creó las condiciones necesarias para nuestro nacimiento físico, para tener la experiencia terrenal y aprender, mientras estábamos alejados de la presencia de Dios. Con ella vino un reconocimiento de lo bueno y lo malo y del poder para escoger que Dios otorgó. Por último, la Caída trajo la muerte física, que era necesaria para que nuestro tiempo en la Tierra fuese temporal, a fin de que no viviésemos para siempre en nuestros pecados (D. Todd Christofferson, “El porqué del matrimonio, el porqué de la familia”, Liahona, mayo de 2015, pág. 51).
Para concluir, podría invitar a los alumnos a imaginar que están hablando con alguien que piensa que la Caída es algo malo y que es la fuente de todos los males del mundo, y se pregunta por qué los miembros de la Iglesia piensan que es algo positivo. Considere darles tiempo para practicar con un compañero cómo responderían.