Lección 15 — Material para el maestro

El mandamiento de multiplicarse y henchir la tierra

Los profetas han declarado que el mandamiento del Padre Celestial de multiplicarse y henchir la tierra sigue vigente hoy en día. En esta lección, los alumnos analizarán la importancia y el gozo de tener hijos. Asimismo, analizarán la forma de tomar decisiones basadas en la fe sobre cuándo tener hijos y cuántos hijos tener. Los alumnos tendrán la oportunidad de evaluar su fe en Dios y su conformidad con Su voluntad en cuanto a este mandamiento.

Nota: Antes de la clase, considere invitar a los alumnos a enviar preguntas que tengan sobre el tema de esta lección por mensaje de texto, correo electrónico, una encuesta en línea u otro método. Utilice las preguntas de los alumnos y la guía del Espíritu para determinar en qué centrarse más en esta lección. Considere las formas en que puede incorporar las preguntas de los alumnos a la experiencia de aprendizaje que tengan. Por ejemplo, podría reemplazar algunas de las preguntas que se utilizaron en el análisis de grupo (véase el volante a continuación) con preguntas similares que envíen los alumnos.

Sugerencias para la enseñanza

El mandamiento de multiplicarse y henchir la tierra sigue en vigor

Considere mostrar la fotografía de un bebé. Pida a los alumnos que digan una palabra que alguien podría usar para describir cómo se sienten las personas con respecto a los bebés, y anote en la pizarra las palabras que los alumnos mencionen. (O, para presentar un reto adicional, considere invitar a los alumnos a escribir el mayor número de palabras descriptivas que puedan en 30 segundos y luego pida a algunos que compartan sus listas con la clase). Invite a algunos alumnos a compartir sus ideas con respecto a las palabras que mencionen.

• ¿Qué prioridades ponen algunos matrimonios antes de tener hijos? (Si es necesario, considere invitar a un alumno a leer en voz alta la primera declaración del élder Neil L. Andersen en la sección 1 del material de preparación).

Lean juntos Génesis 1:27–28, e invite a los alumnos a considerar marcar el primer mandamiento que el Padre Celestial dio a Adán y a Eva. Luego lean juntos el cuarto párrafo de “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” (LaIglesiadeJesucristo.org), y destaque la forma en que este primer mandamiento se aplica a nosotros hoy.

• ¿Cómo explicaría los propósitos que se cumplen en el plan del Padre Celestial cuando los esposos y las esposas tienen hijos? (Si es necesario, invite a los alumnos a repasar la segunda declaración del élder Andersen y la declaración del presidente M. Russell Ballard en la sección 1 del material de preparación. Como parte del análisis, recalque la siguiente verdad: Cuando un esposo y una esposa traen un hijo al mundo, están cumpliendo parte del plan de felicidad del Padre Celestial).

Podría recordar a los alumnos la conversación que se les invitó a tener con alguien que tenga hijos (véase la sección 1 del material de preparación). Pida a algunos alumnos que compartan lo que aprendieron. (Si lo desea, puede comunicarse con uno o dos alumnos unos días antes de la clase para invitarlos a venir preparados para dar a conocer sus ideas en clase).

Organice a los alumnos en grupos pequeños y designe un líder en cada grupo. Entregue a cada grupo una copia del siguiente volante e invite a los alumnos a seguir las instrucciones del mismo.

Tomar decisiones basadas en la fe sobre tener hijos

La familia eterna: Material para el maestro, lección 15

Lea las siguientes preocupaciones que han expresado algunos adultos jóvenes:

1. Con nuestro último embarazo, experimenté algunas complicaciones médicas que podrían volver a ocurrir con otro embarazo. Es por eso que mi esposo y yo decidimos dejar de tener hijos. Me siento culpable porque solo tenemos dos hijos, pero todos mis hermanos tienen familias más numerosas.

2. Mi esposa y yo planeamos tener hijos algún día, pero queremos viajar y tener otras experiencias antes de hacerlo. ¿Está bien esperar?

3. Mi esposo y yo queremos comenzar a tener hijos. Simplemente no sabemos si estamos preparados. No nos sentimos económicamente estables en este momento. ¿Cómo sabremos cuándo es el momento adecuado?

Seleccione una de esas inquietudes para concentrarse en ella como grupo, y analicen las preguntas que siguen:

• ¿De qué manera es válida esta preocupación?

• ¿Cómo podrían utilizar lo que aprendieron en la sección 2 del material de preparación para ayudar a alguien con esta inquietud?

• ¿Qué otros relatos de las Escrituras o enseñanzas de los líderes de la Iglesia podrían ser de ayuda para alguien que tenga esa preocupación en sus esfuerzos por avanzar con fe en Dios?

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Tomar decisiones basadas en la fe sobre tener hijos

volante del maestro

Después de concederles suficiente tiempo, invite a uno o a dos alumnos a compartir lo que aprendieron en el análisis de su grupo. Si los alumnos no lo mencionan, recuérdeles el consejo que se da en Alma 37:37 y muestre el siguiente principio: Cuando los esposos y las esposas deliberan en consejo con el Señor y ejercen fe en Él, Él los guiará en sus decisiones acerca de tener hijos.

Considere invitar a los alumnos a hacer preguntas sobre el mandamiento de tener hijos. (Es posible que haya recopilado algunas de las preguntas de los alumnos antes de la clase que puede destacar y analizar aquí). También podría seleccionar cualquiera de las siguientes preguntas que crea que ayudarían a sus alumnos a profundizar su comprensión de este tema y analizarlas como clase:

• ¿Por qué es importante que los esposos y las esposas consulten con el Padre Celestial sobre cuándo tener hijos y cuántos hijos tener?

• ¿De qué manera han visto a personas que conocen avanzar con fe cuando descubrieron que no podían tener hijos (o no tener tantos hijos como deseaban)?

• ¿Por qué es importante que no juzguemos a los demás en sus decisiones sobre cuándo tener hijos y cuántos hijos tener?

Podría mostrar las siguientes preguntas y dar tiempo a los alumnos para que anoten sus ideas sobre una o dos de sus opciones:

• ¿Cuáles son mis creencias y sentimientos personales acerca de tener hijos?

• ¿Qué cambios, si es que tengo que hacer alguno, podría necesitar hacer para alinear mi voluntad más plenamente con la perspectiva del Señor con respecto a tener hijos?

• ¿Cómo puedo defender la importancia de tener hijos?

• ¿Cómo puedo aumentar mi confianza en que el Señor me apoyará a mí y a mi cónyuge en el cumplimiento del mandamiento de tener hijos de acuerdo con Su voluntad?

Considere invitar a algunos alumnos que se sientan cómodos al hacerlo para que compartan lo que anotaron.

El Señor ha afirmado la santidad de la vida

Invite a un alumno a leer en voz alta la declaración de la proclamación sobre la familia al comienzo de la sección 3 del material de preparación.

• ¿Qué nos enseña esta declaración acerca de nuestro Padre Celestial y lo que Él quiere para Sus hijos? (Podría alentar a los alumnos a considerar cómo el conocimiento de estas verdades afecta lo que desean para sus propios hijos).

Recuerde a los alumnos que esta declaración de la proclamación sobre la familia contradice algunas prácticas que hoy día se aceptan ampliamente, como el aborto.

• ¿Cómo podrían hacer uso de lo que saben sobre el plan de Dios para explicar por qué el “aborto voluntario motivado por razones de conveniencia personal o social” va en contra de la voluntad de Dios? (Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, 38.6.1, LaIglesiadeJesucristo.org).

Invite a los alumnos a considerar lo que pueden hacer para promover y proteger el carácter sagrado de la vida humana.

Como repaso y testimonio adicional de lo que los alumnos analizaron en esta lección, considere mostrar el video “Tener hijos con fe” (2:25).

Para terminar, exprese su testimonio de las verdades que los alumnos hallaron en esta lección.

Para la próxima clase

Pida a los alumnos que mediten en la siguiente pregunta: ¿Qué enseñanzas de Jesucristo les han traído el gozo más grande hasta este punto de su vida?

Anime a los alumnos a que estudien el material de preparación para la próxima lección con esa pregunta en mente.