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LECCIÓN 9: CÓMO EMPRENDER EL LIDERAZGO CON BUEN ÁNIMO


LECCIÓN 9

CÓMO EMPRENDER EL LIDERAZGO CON BUEN ÁNIMO

“Por tanto, muy queridos hermanos, hagamos con buen ánimo cuanta cosa esté a nuestro alcance” (D. y C. 123:17).

PRINCIPIO DE LIDERAZGO

Debemos emprender con buen ánimo el liderazgo.

CONCEPTO DE LA LECCIÓN

  1. Los líderes de la Iglesia y de la familia deben dirigir con “ánimo, optimismo y resolución”.

CONCEPTO 1: LOS LÍDERES DE LA IGLESIA Y DE LA FAMILIA DEBEN DIRIGIR CON “ÁNIMO, OPTIMISMO Y RESOLUCIÓN”.

COMENTARIOS

Ser de buen ánimo quiere decir tener capacidad para arrostrar o emprender algo con entusiasmo y de buena voluntad, tener valor, brío. Esa frase aparece varias veces en las Escrituras. Por ejemplo, en la víspera de Su nacimiento, el Señor le dijo al afligido Nefi: “Alza la cabeza y sé de buen ánimo, pues he aquí, ha llegado el momento; y esta noche se dará la señal, y mañana vengo al mundo para mostrar al mundo que he de cumplir todas las cosas que he hecho declarar por boca de mis santos profetas” (3 Nefi 1:13; cursiva agregada).

Jesús utilizó las palabras “Ten ánimo” para alentar a un hombre paralítico, y luego le dijo: “…tus pecados te son perdonados” (Mateo 9:2). Más adelante, el Señor empleó esas palabras para calmar a Sus discípulos que se habían asustado al verlo caminar sobre el agua, y después agregó: “…yo soy, no temáis” (Mateo 14:27).

El presidente Harold B. Lee, cuando era miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo: “El Maestro dio fin al último de Sus sermones que quedó registrado antes de Su crucifixión con estas palabras: ‘Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad [tened ánimo], yo he vencido al mundo’ (Juan 16:33)” (en “Conference Report”, abril de 1966, pág. 68).

En 1831, el Señor tranquilizó a los santos de esta manera: “…Sed de buen ánimo, hijitos, porque estoy en medio de vosotros, y no os he abandonado;

“y por cuanto os habéis humillado ante mí, vuestras son las bendiciones del reino” (D. y C. 61:36-37; véase D. y C. 68:6; 78:18; 112:4).

El élder Marvin J. Ashton, que fue en vida miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo: “Si queremos ir progresando y elevándonos, es preciso que dirijamos con ánimo, optimismo y resolución” (en “Conference Report”, oct. de 1974, pág. 56). Y el presidente Gordon B. Hinckley escribió: “Propongo que, al avanzar por la vida, ‘realcemos lo positivo’. Pido que sondeemos más profundamente en busca de lo bueno, que silenciemos nuestras voces de insulto y de sarcasmo, que seamos más generosos para elogiar y para fomentar la virtud y el esfuerzo” (Standing for Something: Ten Neglected Virtues That Will Heal Our Hearts and Homes, 2000, pág. 101).

IDEAS PARA LA ENSEÑANZA

Pida a varios alumnos que describan la manera de ser de un líder de la Iglesia o de la familia que los haya afectado para bien. Señale que los líderes eficaces casi siempre son positivos y alegres cuando están con otras personas. Pida a esos alumnos que digan cómo demostraron su enfoque positivo y animoso los líderes que hayan tenido influencia en ellos.

Lean Doctrina y Convenios 61:36 y ayude a los alumnos a entender que el Señor quiere que todos seamos “de buen ánimo”.

Pida a los alumnos que lean 2 Nefi 4:17-35. Analicen preguntas como éstas:

  • ¿Qué razones tenía Nefi para no ser de buen ánimo?

  • ¿Qué razones tenía para ser de buen ánimo?

  • De esas razones, ¿cuáles son las de más peso? ¿Por qué?

  • El estado de ánimo que Nefi expresa en esos versículos, ¿de qué modo habrá afectado su liderazgo?

  • ¿Cómo podemos seguir el ejemplo de Nefi en nuestras responsabilidades de liderazgo?

Escriba en la pizarra las palabras De buen ánimo y Temeroso. Analicen los motivos por los cuales los líderes actuales puedan no ser de buen ánimo (como el temor, las tensiones, problemas de salud, fracasos, guerras, desastres naturales, dificultades con los estudios o el trabajo, la inactividad de seres queridos o amigos, etc.). Analicen los motivos por los que puedan ser de buen ánimo o estar contentos (como la bondad de otras personas, la belleza que los rodea, las “buenas nuevas” del sacrificio expiatorio de Jesucristo, los logros de los demás, nuestro potencial como hijos del Padre Celestial, etc.). Señale las palabras escritas en la pizarra y diga a los alumnos: “Ustedes pueden elegir la clase de líderes que deseen ser”.

Divida la clase en grupos pequeños y pídales que piensen en dos o tres cosas que los líderes puedan hacer para cumplir con aún mayor entusiasmo, o ánimo, su liderazgo. Después, pida a cada grupo que explique sus sugerencias al resto de la clase. Entre ellas pueden estar las siguientes:

  • “…cesad de dormir más de lo necesario; acostaos temprano para que no os fatiguéis; levantaos temprano para que vuestros cuerpos y vuestras mentes sean vigorizados” (D. y C. 88:124).

  • Hacer ejercicio apropiado y tener una dieta alimenticia equilibrada.

  • Disfrutar de buena música, que eleve el espíritu.

  • Estudiar las Escrituras y leer otros buenos libros.

  • Aprender a perdonar a la gente que les haya ofendido, y olvidar la ofensa.

  • Practicar la Regla de oro.

  • Ser más agradecido. Contar las bendiciones que tiene y agradecérselas al Padre Celestial.

  • Tratar a los demás con bondad y cortesía.

  • Ser activo en su barrio.

  • Desarrollar un sentido del humor apropiado y saludable.

Aliente a los alumnos a “tener buen ánimo” cuando les toque dirigir.

FUENTES DE RECURSOS PARA EL MAESTRO