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LECCIÓN 7: APRENDAMOS A DIRIGIR CON CARIDAD


LECCIÓN 7

APRENDAMOS A DIRIGIR CON CARIDAD

“Pero la caridad es el amor puro de Cristo, y permanece para siempre; y a quien la posea en el postrer día, le irá bien.

“Por consiguiente, amados hermanos míos, pedid al Padre con toda la energía de vuestros corazones, que seáis llenos de este amor que él ha otorgado a todos los que son discípulos verdaderos de su Hijo Jesucristo” (Moroni 7:47-48).

PRINCIPIO DE LIDERAZGO

El liderazgo semejante al de Cristo está motivado por la caridad.

CONCEPTOS DE LA LECCIÓN

  1. La caridad es el motivo más elevado de un líder para prestar servicio.

  2. Podemos desarrollar y ampliar nuestra capacidad de dirigir con caridad.

CONCEPTO 1: LA CARIDAD ES EL MOTIVO MÁS ELEVADO DE UN LÍDER PARA PRESTAR SERVICIO.

COMENTARIOS

La caridad es “el amor puro de Cristo el amor más fuerte, más noble y más elevado, y no tan sólo un sentimiento de afecto” (Guía para el Estudio de las Escrituras, pág. 31). “Nunca se emplea en las Escrituras para referirse a limosnas, buenas obras ni benevolencia” (Diccionario bíblico en inglés, “charity””, pág. 632).

El apóstol Pablo enseñó que la caridad [la Biblia en español dice “amor”] es superior a cualquier acto de servicio o don espiritual: “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.

“Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.

“Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve…

“El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.

“Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;

“mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es parte se acabará…

“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (1 Corintios 13:1-3, 8-10, 13).

El élder Dallin H. Oaks, miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó esto: “No sólo debemos hacer lo correcto, sino que debemos hacerlo movidos por las razones correctas. El término moderno que se utiliza es ‘buena motivación’. Las Escrituras se refieren a veces a esa actitud mental apropiada con las palabras ‘con íntegro propósito de corazón’ o ‘verdadera intención’…

“…Si no hacemos las cosas por los motivos correctos, nuestras acciones no se considerarán de rectitud…

“Las acciones aparentemente buenas que sean motivadas por razones incorrectas no traerán bendiciones” (Pure in Heart, 1988, págs. 15, 33; véase también Moroni 7:6-11).

En otra oportunidad, el élder Oaks mencionó seis razones que motivan a las personas a prestar servicio:

  1. “Por causa de riquezas y los honores”.

  2. “Por un deseo de contar con buenas compañías”.

  3. “Por temor a ser castigados”.

  4. “Por un sentido del deber o por lealtad”.

  5. “Por la esperanza de un galardón eterno”.

  6. “Por el amor a Dios y a nuestros semejantes”.

Esta última razón, la caridad, dice el élder Oaks, es “la mayor de todas es lo que las Escrituras llaman ‘un camino más excelente’ (1 Corintios 12:31)” (“¿Por qué servimos?”, Liahona, enero de 1985, págs. 10-11).

Los líderes de la Iglesia y de la familia necesitan la guía, la visión y la fortaleza que sólo el Espíritu del Señor puede impartir, y restringimos ese Espíritu cuando no tenemos motivos puros para prestar servicio. Los líderes deben servir por caridad y no por razones menos encomiables.

IDEAS PARA LA ENSEÑANZA

Pregunte a los alumnos qué es más importante: los motivos, las acciones o los resultados, y analicen las respuestas que den. Explíqueles que las personas tienden a evaluar el mérito de sus acciones de acuerdo con los resultados (por ejemplo, “¿Cuánto dinero ganaste?”, “¿A cuántas personas bautizaste?”). Pero el Señor mira el corazón, o sea, el motivo de nuestras acciones (véase D. y C. 137:9). El élder Neal A. Maxwell, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó: “…todo depende de nuestros deseos, los cuales dan forma a los pensamientos. Por eso, los deseos preceden a las acciones y están en el fondo mismo de nuestra alma…” (véase “…‘absorbida en la voluntad del Padre’ “, Liahona, enero de 1996, pág. 26).

Definan lo que es la caridad y explique que es el motivo más elevado para que un líder preste servicio (véase la sección “Comentarios”). Analice con toda la clase preguntas como las siguientes o divídala en grupos para hacerlo:

  • ¿Cuáles son algunas razones por las cuales prestamos servicio como líderes en la Iglesia o en la familia? ¿Son todas ellas igual de válidas?

  • ¿Qué debo hacer si no es la caridad lo que me motiva a prestar servicio como líder?

  • ¿Cómo puedo aprender a amar a quienes presto servicio?

CONCEPTO 2: PODEMOS DESARROLLAR Y AMPLIAR NUESTRA CAPACIDAD DE DIRIGIR CON CARIDAD.

COMENTARIOS

El élder Dallin H. Oaks escribió lo siguiente: “El requisito de que nuestras buenas acciones vayan acompañadas de buenos motivos es sutil y difícil de practicar…

“A fin de llegar a ser puro de corazón —de alcanzar la exaltación— debemos cambiar nuestras actitudes y nuestro orden de prioridad para lograr una condición de espiritualidad, debemos controlar nuestros pensamientos, reformar nuestros motivos y perfeccionar nuestros deseos. ¿Cómo?

“El primer paso para alterar nuestras actitudes y nuestro orden de prioridad es enfrentar nuestras imperfecciones y reconocer la necesidad de cambiar…

“Empezamos por hacernos preguntas introspectivas. Nos despojamos de los fingimientos y de las falsas apariencias, y, sondeando sincera y profundamente nuestro ser íntimo, procuramos reconocer nuestras verdaderas actitudes y el orden de prioridad que damos a las cosas…

“Buscamos la espiritualidad por medio de la fe, el arrepentimiento y el bautismo; por medio de perdonarnos los unos a los otros; por el ayuno y la oración; por los deseos justos y los pensamientos y acciones puros. Procuramos la espiritualidad prestando servicio a nuestros semejantes, adorando al Señor, deleitándonos en la palabra de Dios que encontramos en las Escrituras y en las enseñanzas de los profetas de la actualidad. Logramos la espiritualidad haciendo convenios con el Señor y manteniéndolos, esforzándonos conscientemente por obedecer todos los mandamientos de Dios. La espiritualidad no se logra súbitamente, sino que es la consecuencia de una serie de decisiones correctas. Es la cosecha de una vida de rectitud…

“Para lograr la espiritualidad, reformar nuestros motivos y perfeccionar nuestros deseos, debemos aprender a controlar los pensamientos. El profeta Alma enseñó esto a su fiel hijo Helamán: ‘deja que todos tus pensamientos se dirijan al Señor; sí, deja que los afectos de tu corazón se funden en el Señor para siempre’ (Alma 37:36)…

“El buen motivo más elevado de cualquier acto es la caridad, o sea, el amor puro de Cristo. Ese motivo se logra de dos maneras: (1) orando para sentir amor; y (2) poniendo en práctica el servicio.

“Podemos alterar nuestros motivos por medio de la oración…

“A fin de aprender a prestar servicio motivados por el amor puro de Cristo, debemos poner en práctica el servicio a Dios y a nuestros semejantes” (Pure in Heart, págs. 18, 140-141, 144-145, 148).

IDEAS PARA LA ENSEÑANZA

Analice con los alumnos lo que podemos hacer para desarrollar la pureza de corazón y la caridad para ser mejores líderes. Anote las respuestas en la pizarra. (Entre éstas se pueden incluir el cambio de actitud, el control de nuestros pensamientos y el reconocimiento de nuestras imperfecciones. Véase la sección “Comentarios”.)

Considere la idea de invitar a los alumnos a organizar un proyecto de servicio a favor de algún conocido de la escuela o de sus vecindarios, teniendo presente la importancia de la caridad en sus acciones.

FUENTES DE RECURSOS PARA EL MAESTRO