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LECCIÓN 2: HONREMOS EL ALBEDRÍO DE AQUELLOS A QUIENES DIRIJAMOS


LECCIÓN 2

HONREMOS EL ALBEDRÍO DE AQUELLOS A QUIENES DIRIJAMOS

“Anímense, pues, vuestros corazones, y recordad que sois libres para obrar por vosotros mismos, para escoger la vía de la muerte interminable, o la vía de la vida eterna” (2 Nefi 10:23).

PRINCIPIO DE LIDERAZGO

Los líderes deben dirigir de tal manera que permita a las personas ejercer su albedrío.

CONCEPTOS DE LA LECCIÓN

  1. Los líderes de la Iglesia y de la familia deben honrar el albedrío de aquellos a quienes dirijan.

  2. Según lo que corresponda, los líderes deben dirigir y al mismo tiempo permitir que los demás participen en las decisiones.

CONCEPTO 1: LOS LÍDERES DE LA IGLESIA Y DE LA FAMILIA DEBEN HONRAR EL ALBEDRÍO DE AQUELLOS A QUIENES DIRIJAN.

COMENTARIOS

El élder Boyd K. Packer, que es miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo: “El único albedrío de que se habla [en las Escrituras] es el albedrío moral…” (“Nuestro ambiente moral”, Liahona, julio de 1992, pág. 74). Ese albedrío es la habilidad de elegir entre el bien y el mal. Lehi explicó que somos “libres para escoger la libertad y la vida eterna, por medio del gran Mediador de todos los hombres, o escoger la cautividad y la muerte, según la cautividad y el poder del diablo” (2 Nefi 2:27). Jesucristo respetó siempre el albedrío de aquellos a quienes enseñó durante Su ministerio terrenal y nunca los obligó a obedecerle. (Véase Mateo 22:15-22; Lucas 18:18-30; Juan 6:28-71.)

El plan de nuestro Padre Celestial nos permite tener albedrío, pues es un importante elemento para que lleguemos a ser como Él. Ése es el motivo por el que Lucifer trató de destruir nuestro albedrío y Dios hizo “que fuese echado…

“y llegó a ser Satanás, sí, el diablo…” (Moisés 4:3-4).

Lehi enseñó que para que podamos ejercer el albedrío, “es preciso que haya una oposición en todas las cosas” (2 Nefi 2:11). Adán y Eva emplearon su albedrío en el Jardín de Edén a fin de que tuviera efecto la Caída. Si ejercemos el albedrío para optar por el bien, tendremos más rectitud; si lo ejercemos para optar por el mal, nos volveremos más inicuos. Somos responsables de nuestras decisiones siempre que las tomemos libremente; sin albedrío no pueden existir la rectitud ni la iniquidad.

Los líderes deben dirigir con rectitud y alentar a los demás a emplear su albedrío en la causa de la rectitud.

IDEAS PARA LA ENSEÑANZA

Analicen el significado de la palabra albedrío según la forma en que se emplea en el Evangelio. Trate de que los alumnos comprendan por qué es importante que los líderes entiendan ese principio.

Analice con los alumnos Doctrina y Convenios 121:41 y ayúdeles a entender el significado de las palabras persuasión, longanimidad, benignidad, mansedumbre y amor sincero. Dígales que busquen en las Escrituras ejemplos de personas que hayan demostrado esas cualidades en su función de líderes, y que hablen de ellos a la clase

Pregúnteles en qué casos podrían tener los líderes la tentación de no respetar el albedrío de los demás. Puede emplear preguntas como las siguientes:

  • Si un líder emplea el sentido de culpabilidad para motivar a alguien a hacer algo, ¿se puede decir que honra el albedrío de esa persona? Expliquen la respuesta.

  • El motivar a las personas valiéndose de su deseo natural de superar a los demás, ¿en qué sentido se relaciona con el respeto al albedrío? Por ejemplo, ¿sería una buena idea instar a los élderes y a los sumos sacerdotes a competir a fin de ver quiénes logran el porcentaje más alto en la orientación familiar? ¿Por qué o por qué no?

  • ¿En qué se relaciona el ofrecimiento de una recompensa por hacer lo bueno con el respeto por el albedrío? (Por ejemplo, un padre o una madre que ofrezcan dinero a su hijo para que tenga buenas notas.)

CONCEPTO 2: SEGÚN LO QUE CORRESPONDA, LOS LÍDERES DEBEN DIRIGIR Y AL MISMO TIEMPO PERMITIR QUE LOS DEMÁS PARTICIPEN EN LAS DECISIONES.

COMENTARIOS

Las Escrituras nos enseñan la manera de comportarnos sin infringir el albedrío de los demás. Cuando se encontraba en la cárcel de Liberty, el profeta José Smith fue inspirado para escribir estas palabras: “…cuando intentamos encubrir nuestros pecados, o satisfacer nuestro orgullo, nuestra vana ambición, o ejercer mando, dominio o compulsión sobre las almas de los hijos de los hombres, en cualquier grado de injusticia, he aquí, los cielos se retiran, el Espíritu del Señor es ofendido, y cuando se aparta, se acabó el sacerdocio o autoridad de tal hombre…

“Ningún poder o influencia se puede ni se debe mantener en virtud del sacerdocio, sino por persuasión, por longanimidad, benignidad, mansedumbre y por amor sincero” (D. y C. 121:37, 41).

El élder Vaughn J. Featherstone, miembro de los Setenta, hizo este comentario con respecto a esos versículos: “Cuando analizamos los principios de este admirable consejo, vemos que hace un gran contraste con el punto de vista que tiene el mundo en general en cuanto al liderazgo. Dirigir a la gente por medio de la persuasión es un orden santo de Dios. La persuasión implica una regeneración, un cambio de corazón, una convicción o renovación; la persuasión conduce a aquellos a quienes dirigimos al mismo nivel de comprensión que nosotros tengamos; no obliga a las personas en contra de su voluntad, sino que ayuda a cambiar a los discípulos bien dispuestos. De ese modo, la voluntad del que persuade y la del persuadido llegan a ser una sola.

“La longanimidad indica que Dios quiere que nos demos cuenta de que Su manera, en lo referente al liderazgo, no es dar una solución rápida y al azar. Enseñamos, capacitamos y volvemos a capacitar, y después esperamos pacientemente los resultados deseados. La longanimidad es más profunda que el simple hecho de ser pacientes; exige que nos indentifiquemos con los demás y que comprendamos que toda persona es diferente; algunas pueden no ser capaces de entender un concepto o un principio; otras pueden no estar de acuerdo y por eso necesitan persuasión; y hay quienes carecen de motivación. El líder que dirige con longanimidad tiene más interés en el desarrollo y la capacitación de las almas que en llevar a cabo la tarea de la forma más rápida o de otra manera, o en emplear a otra persona para hacerla.

“El presidente Harold B. Lee nos llamó la atención muchas veces a una expresión de la admonición del Señor de que ‘aprenda todo varón su deber’ [o, como dice en inglés, ‘déjese que todo varón aprenda su deber’] (D. y C. 107:99). La expresión es déjese que. Una vida que emule a la de Cristo exige una búsqueda y un progreso constantes” (The Incomparable Christ: Our Master and Model, 1995, págs. 125-126).

Neal A. Maxwell, que más tarde fue llamado al Quórum de los Doce Apóstoles, escribió diciendo que los líderes siguen básicamente uno de tres estilos de liderazgo: manipulador, dirigente y de participación. En el liderazgo manipulador, el líder manipula a las personas y las circunstancias para alcanzar la meta del grupo; en el dirigente, el líder toma las decisiones teniendo o no en cuenta las opiniones del grupo; en el liderazgo de participación, el grupo tiene igual responsabilidad en tomar las decisiones. Lea en la sección de recursos para el maestro, que está más adelante, el análisis que hace el élder Maxwell de estos principios. Fíjese en que el élder Maxwell recomienda para el liderazgo una combinación de los estilos dirigente y de participación.

IDEAS PARA LA ENSEÑANZA

Analicen los tres estilos de liderazgo a los que se refiere el élder Maxwell (manipulador, dirigente y de participación) y escríbalos en la pizarra; debajo de cada uno, haga una lista de los puntos fuertes y de los débiles de los respectivos estilos. Lea a la clase las siguientes palabras del élder Maxwell:

“Tanto la experiencia como las Escrituras indican que es necesario combinar los estilos de liderazgo dirigente y de participación; de ese modo, éstos se emplean de acuerdo con las circunstancias en las cuales sean más apropiados. En la Iglesia tenemos esa combinación única de los estilos dirigente y de participación en los que todos los que participan progresan y avanzan hacia sus metas eternas” (…A More Excellent Way: Essays on Leadership for Latter-day Saints, 1967, pág. 26).

Pida a los alumnos que piensen en buenos líderes de la Iglesia o de la familia que conozcan, y pregúnteles qué características tienen que hacen que tengan éxito. Analicen la forma en que esos líderes combinan los dos estilos de liderazgo mencionados por el élder Maxwell.

FUENTES DE RECURSOS PARA EL MAESTRO