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LECCIÓN 17: CÓMO DIRIGIR LAS REUNIONES PARA QUE TENGAN ÉXITO


LECCIÓN 17

CÓMO DIRIGIR LAS REUNIONES PARA QUE TENGAN ÉXITO

“Y los de la iglesia dirigían sus reuniones de acuerdo con las manifestaciones del Espíritu, y por el poder del Espíritu Santo; porque conforme los guiaba el poder del Espíritu Santo, bien fuese predicar, o exhortar, orar, suplicar o cantar, así se hacía” (Moroni 6:9).

PRINCIPIO DE LIDERAZGO

El propósito de las reuniones que se realizan en la Iglesia y con la familia debe ser ayudar a las personas a parecerse más a Cristo.

CONCEPTOS DE LA LECCIÓN

  1. Tenemos reuniones en la Iglesia y con la familia para ayudar a las personas a alcanzar metas de valor y venir a Jesucristo.

  2. Podemos aprender a planear y a dirigir reuniones que den buenos resultados.

CONCEPTO 1: TENEMOS REUNIONES EN LA IGLESIA Y CON LA FAMILIA PARA AYUDAR A LAS PERSONAS A ALCANZAR METAS DE VALOR Y VENIR A JESUCRISTO.

COMENTARIOS

Durante Su ministerio terrenal, Jesucristo se reunía a menudo con Sus discípulos y con otras personas (véase Mateo 5:1; Marcos 2:2; Lucas 4:14-15; Juan 6:3). También se reunió con Sus seguidores en las tierras del Libro de Mormón después de resucitar (véase 3 Nefi 12). En nuestra dispensación, enseñó a José Smith que los santos debían reunirse “con frecuencia” (D. y C. 20:55).

El obispo Robert L. Simpson, cuando era Consejero del Obispado Presidente, dijo: “Mientras nos esforzamos por conocer a Dios el Padre y a Su Hijo, Jesucristo, debemos familiarizarnos con las obras canónicas de la Iglesia; debemos asistir a las reuniones designadas por los profetas de nuestros días a fin de llenar la mente y el corazón con las enseñanzas de la verdad y con el espíritu del testimonio que expresan los demás, y, de vez en cuando, si nos llaman a hacerlo o así lo sentimos, del propio. De ese modo, desarrollamos el testimonio, o sea, la convicción de que Dios existe” (The Power and Responsibilities of the Priesthood, “Speeches of the Year”, Universidad Brigham Young, 31 de marzo de 1964, pág. 3).

El presidente Spencer W. Kimball enseñó lo siguiente: “Eviten la tendencia a llevar a cabo demasiadas reuniones en el día domingo. Al tener sus reuniones regulares, háganlas lo más espirituales y eficaces que sea posible. No deben apurarse para terminar las reuniones pronto, sino que deben planearlas de manera tal que permita lograr sus sagrados propósitos sin mayores dificultades” (véase “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos…”, Liahona, agosto de 1981, pág. 74).

IDEAS PARA LA ENSEÑANZA

Pregunte a los alumnos: ¿Por qué tenemos tantas reuniones en la Iglesia y con la familia? ¿En qué sentido son algunas reuniones más eficaces que otras?

Léales las siguientes palabras del presidente Ezra Taft Benson: “…la asistencia fiel a las reuniones de la Iglesia acarrea consigo bendiciones que no podemos recibir de ninguna otra manera” (véase “Para la ‘juventud bendita’ “, Liahona, julio de 1986, pág. 41). Pida a los alumnos que anoten algunas de las reuniones importantes de la Iglesia y que expliquen cómo nos trae bendiciones la asistencia a ellas.

Dígales que hay reuniones que son imprescindibles y otras que son provechosas pero no indispensables. Hay reuniones en las que adoramos al Señor y otras en las que planeamos actividades; hay reuniones formales y otras que no lo son; hay reuniones a las que el público puede asistir y otras a las que asisten sólo los que cumplen con ciertas normas de dignidad. Explíqueles que los líderes que dirijan cualquiera de esas reuniones podrían emplearlas para ayudar a otras personas a alcanzar metas de valor y a venir a Cristo (véase la sección “Comentarios”). Al planear y llevar a cabo las reuniones y las actividades, los líderes deben tener en cuenta no estorbar la vida del hogar, que es el lugar más eficaz para enseñar y aprender el Evangelio.

CONCEPTO 2: PODEMOS APRENDER A PLANEAR Y A DIRIGIR REUNIONES QUE DEN BUENOS RESULTADOS.

COMENTARIOS

Los líderes de la Iglesia planean y dirigen diversas reuniones, que pueden ser para adorar al Señor, para dar y recibir instrucción y para planificar. Los profetas de los últimos días enseñan que las familias deben reunirse semanalmente en una noche de hogar, en la cual padres e hijos se alienten mutuamente a vivir de acuerdo con los principios del Evangelio y traten asuntos de interés familiar.

Uno de los primeros pasos para programar una buena reunión es entender qué propósito tiene. Por ejemplo, al programar la reunión sacramental, el obispo debe entender que el propósito de esa reunión es tomar la Santa Cena, adorar al Señor, aprender el Evangelio, llevar a cabo ordenanzas como las confirmaciones, tratar asuntos del barrio y fortalecer espiritualmente a los miembros. Una vez que los líderes entiendan el propósito de una reunión, podrán ver cuál es la mejor manera de lograrlo.

El élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce Apóstoles, dio los siguientes consejos con respecto a las reuniones en general:

  • “Asegúrense de que haya una agenda escrita y que… se concentre principalmente en las personas y no en los programas”.

  • “Los propósitos de la reunión deben ser claros, y se debe empezar y terminar a tiempo”.

  • “Dispongan del tiempo necesario para analizar lo que le haga falta a la gente”.

  • “Después de escuchar atenta y sinceramente las recomendaciones de los presentes, tomen una decisión o hagan una asignación que dé como resultado un curso de acción determinado y que se pueda verificar”.

  • “Tomen esas decisiones valiéndose de la oración”.

  • Pidan a alguien “que se responsabilice de las asignaciones y que dé un informe al respecto en una fecha fijada de antemano”.

  • “Cuando se delega una asignación, generalmente se debe expresar con términos de ‘lo que’ se requiere más bien que de ‘cómo’ llevarla a cabo; es decir, la persona que la recibe debe ser responsable del resultado que se obtenga sean cuales sean los métodos que se empleen para lograrlo”.

(Counseling with Our Councils: Learning to Minister Together in the Church and in the Family, 1997, págs. 124-125.)

IDEAS PARA LA ENSEÑANZA

Emplee el material que se encuentra en la sección “Comentarios” y su propia experiencia para analizar la forma de programar y de dirigir reuniones eficaces de la Iglesia y con la familia. Divida la clase en grupos pequeños y pida a cada grupo que haga un bosquejo, de una sola hoja de largo, de la forma de programar y dirigir reuniones. Luego, pida a los grupos que expliquen el bosquejo que hayan hecho.

FUENTES DE RECURSOS PARA EL MAESTRO