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LECCIÓN 11: HONREMOS EL SACERDOCIO Y LA CONDICIÓN DEL SER MUJER


LECCIÓN 11

HONREMOS EL SACERDOCIO Y LA CONDICIÓN DEL SER MUJER

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9).

PRINCIPIO DE LIDERAZGO

Los líderes de la Iglesia y de la familia deben actuar en armonía con los principios del sacerdocio.

CONCEPTOS DE LA LECCIÓN

  1. El reino de Dios está gobernado por el sacerdocio.

  2. Debemos honrar el sacerdocio y honrar a la mujer.

  3. Los líderes deben respetar a los que han sido llamados a presidir en el reino del Señor.

CONCEPTO 1: EL REINO DE DIOS ESTÁ GOBERNADO POR EL SACERDOCIO.

COMENTARIOS

El presidente David O. McKay enseñó lo siguiente: “La mayor garantía de unidad y fortaleza en la Iglesia se encuentra en el sacerdocio, cuando éste se honra y se respeta. ¡Ah!, mis hermanos —presidentes de estaca, obispos de barrio y todos los que poseen el sacerdocio—, que Dios los bendiga en su liderazgo, en su responsabilidad de guiar, bendecir y consolar a aquellos a quienes se les ha asignado presidir y visitar. Guíenlos para que vayan ante el Señor y busquen inspiración para vivir de tal manera que se eleven por encima de la bajeza y la mezquindad, y moren en un ambiente espiritual” (en “Conference Report”, oct. de 1967, pág. 6).

El élder M. Russell Ballard, integrante del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó: “…poseer el sacerdocio es más que una gran bendición; lo acompañan enormes responsabilidades tales como velar por la Iglesia; honrar a todas las mujeres, especialmente a nuestra esposa, a nuestra madre, a nuestras hijas y a nuestras hermanas; visitar el hogar de cada miembro, exhortando a cada uno de ellos a ‘orar vocalmente, así como en secreto, y a cumplir con todos los deberes familiares’ [D. y C. 20:47] y a ‘ser testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar [Mosíah 18:9]” (“En defensa de la verdad y la rectitud”, Liahona, enero de 1998, pág. 43).

El élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles, testificó de esta manera: “…proclamamos a todo el mundo estas eternas verdades: ‘El Sacerdocio de Melquisedec posee el derecho de presidir, y tiene poder y autoridad sobre todos los oficios en la Iglesia en todas las edades del mundo’ (D. y C. 107:8). Ese poder tiene ‘las llaves de todas las bendiciones espirituales de la iglesia’ (D. y C. 107:18). Ruego que honremos ese sacerdocio…” (véase “Honremos el sacerdocio”, Liahona, julio de 1993, pág. 47).

IDEAS PARA LA ENSEÑANZA

Llame a dos o tres alumnos que trabajen en alguna organización (una tienda o una compañía) y pídales que describan la forma en la que están organizados. ¿De dónde sacan la autoridad para hacer su trabajo los empleados de la compañía?

Pregunte cómo está estructurada la Iglesia y de dónde ha recibido la autoridad.

Podría pedir a un voluntario que dibujara un diagrama de la organización de un barrio, una rama o una estaca, y que explique el diagrama. O puede invitar a un ex misionero para que describa la forma en que está estructurada una misión y las ventajas que esa organización ofrece para llevar a cabo la obra del Señor.

Pregúnteles:

  • ¿Cómo velan por los miembros los líderes de los diversos oficios del sacerdocio?

  • ¿Cómo marcharía la Iglesia si de pronto se quitara la autoridad del sacerdocio? ¿Por qué?

Explíqueles que, de cuando en cuando, el Señor inspira a los líderes de la Iglesia para que hagan algunos cambios en la organización a fin de resolver las exigencias del crecimiento de la Iglesia.

CONCEPTO 2: DEBEMOS HONRAR EL SACERDOCIO Y HONRAR A LA MUJER.

COMENTARIOS

El élder Russell M. Nelson explicó esto: “Ésta es La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Él está a la cabeza de Su Iglesia restaurada y estableció Su sacerdocio para ‘que todo hombre hable en el nombre de Dios el Señor, el Salvador del mundo’ (D. y C. 1:20). ¡Eso es algo maravilloso! Él decidió honrarnos con Su sacerdocio. Del mismo modo, nosotros le honramos a Él al honrar ese sacerdocio, tanto su poder como a aquellos que lo posean. Y al hacerlo, reciben bendiciones los hombres, las mujeres y los niños de todo el mundo. Cuando se honra el sacerdocio, se fomenta el respeto, el respeto fomenta la reverencia y la reverencia fomenta la revelación” (véase “Honremos el sacerdocio”, Liahona, julio de 1993, pág. 44).

El presidente N. Eldon Tanner, cuando era consejero de la Primera Presidencia, dijo: “…Ningún hombre, joven o anciano, que posea el Sacerdocio de Dios puede honrar ese sacerdocio sin honrar y respetar a la mujer. Todo hombre joven debe prepararse para proteger la virtud de una mujer con su vida si es necesario, y no ser jamás culpable de codiciar a una mujer ni de hacer cosa alguna que pudiese degradarla o llevarla a perder su virtud. Toda señorita tiene el perfecto derecho de sentirse segura al salir con un joven que tenga el sacerdocio sabiendo que él la respetará y la protegerá en todas las formas” (véase “Las responsabilidades del sacerdocio”, Liahona, dic. de 1973, pág. 41).

El presidente Spencer W. Kimball nos hizo reflexionar sobre lo siguiente: “Esta noche hablaré a los hermanos del sacerdocio, reunidos en cientos de lugares por todo el mundo, y les recordaré que ‘hemos sido bendecidos con mujeres especiales, que tienen una profunda y duradera influencia sobre nosotros. Sus contribuciones han sido y son importantes, y serán de valor imperecedero para nosotros’ (véase “Nuestra mayordomía terrenal”, Liahona, enero de 1980, pág. 73). Quisiera dar énfasis a estas palabras ahora también. Nunca sería demasiado lo que dijera para recordarnos a todos el alto lugar de honor y respeto que tienen las esposas, madres, hermanas e hijas en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días” (“La voluntad de Dios”, Liahona, enero de 1980, pág. 8).

IDEAS PARA LA ENSEÑANZA

Pregunte a las hermanas qué deben hacer los hombres para honrar el sacerdocio que poseen y después analicen las respuestas que den. Pregunte a los hermanos cómo deben honrar a la mujer los poseedores del sacerdocio.

¿Qué bendiciones recibe la mujer gracias a la autoridad del sacerdocio? (Entre las respuestas deben mencionarse las ordenanzas del Evangelio.)

Pida a los alumnos que lean D. y C. 121:34-46 y que nombren los principios de liderazgo que se aplican a todos los líderes de la Iglesia y de la familia.

CONCEPTO 3: LOS LÍDERES DEBEN RESPETAR A LOS QUE HAN SIDO LLAMADOS A PRESIDIR EN EL REINO DEL SEÑOR.

COMENTARIOS

El presidente David O. McKay aconsejó lo siguiente: “Reconozcan a los que los presiden y, cuando sea necesario, busquen sus consejos. El Salvador mismo reconoció esa autoridad en la tierra. Recordarán la experiencia de Pablo cuando se dirigía a Damasco llevando papeles para arrestar a todos los que creían en Jesucristo. De pronto, lo rodeó una luz y oyó una voz que le decía: ‘…Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?’

“Y Saulo le preguntó: ‘…Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer’ (Hechos 9:4, 6).

“Él podría haberle dicho lo que tenía que hacer, pero había una rama de la Iglesia en Damasco, que presidía un hombre humilde llamado Ananías, y Jesús reconoció su autoridad…

“En esos hechos hay una lección para nosotros, los miembros de la Iglesia. También nosotros debemos reconocer a las autoridades locales. Puede que el obispo sea un hombre humilde y que algunos piensen que son superiores a él, y tal vez lo sean; pero él ha recibido la autoridad directamente de nuestro Padre Celestial. Reconózcanlo así. Busquen sus consejos y los del presidente de la estaca. Si ellos no pueden resolver sus dificultades o problemas, escribirán a las Autoridades Generales y obtendrán el consejo que haga falta. El reconocimiento de la autoridad es un principio muy importante” (en “Conference Report”, oct. de 1967, págs. 6-7).

IDEAS PARA LA ENSEÑANZA

Pregunte a los miembros de la clase si hay entre ellos alguno que haya asistido a una conferencia general; si hay, pregunte a esa persona qué hace la congregación cuando entra al recinto el Presidente de la Iglesia. (Se pone de pie en silencio, hasta que él tome asiento.) ¿Por qué hace eso la congregación?

Analicen las siguientes preguntas:

  • ¿Por qué no sería apropiado pedir consejo a un amigo que sea líder del sacerdocio en otro barrio o estaca, en lugar de pedirlo a alguien de su propia unidad?

  • ¿Qué lecciones aprendemos de la experiencia de Pablo que se relata en Hechos 9:6? (véase la sección “Comentarios”).

  • El presidente de la estaca anuncia que el domingo se sostendrá a un nuevo obispo del barrio. Ustedes conocen a varios miembros del barrio que serían obispos excelentes, pero para su gran sorpresa, el presidente de estaca ha llamado a un hombre al cual ustedes no consideraban buen líder. ¿Qué deben hacer? ¿Por qué es importante que siempre sostengamos a aquellos a quienes el Señor ha llamado?

  • Un amigo tiene una duda doctrinal y piensa escribir a una Autoridad General para que se la aclare, porque cree que sería la persona más indicada para darle la respuesta. ¿Qué error hay en esa manera de pensar?

  • ¿Por qué es verdad que “un gran líder es también un gran seguidor”?

FUENTES DE RECURSOS PARA EL MAESTRO