2022
¿Realmente le importamos a Dios?
Junio de 2022


Mensaje del Área

¿Realmente le importamos a Dios?

Estamos hechos para progresar, y puedo testificar que nuestro Dios se encarga de ponernos en situaciones que lo permitan. A Él le gusta sacarnos de nuestra zona de confort. Lo he visto por mí misma y sigo viéndolo hoy. Él nos da situaciones en nuestras profesiones, nuestra familia, nuestros llamamientos, para que así podamos aprender, cambiar y ser mejores. En nuestro aprendizaje nos enfrentamos a diferentes dificultades que nos podrían llevar a dudar de Su amor por nosotros.

Pero como mencionó tan acertadamente el élder Jeffrey R. Holland en su discurso en la Universidad Brigham Young, el 18 de enero de 2022:

“Dios está perfecta e intensamente dedicado, por siempre y para siempre, y todo lo que hace es para nuestro bien. Les prometo que Dios no se queda despierto por la noche tratando de encontrar formas de decepcionarnos o dañarnos, o aplastar nuestros sueños, o nuestra fe”1.

Él verdaderamente nos ama y quiere nuestra felicidad y no nuestra destrucción. Nos invita a confiar en Él. No contaré los desafíos difíciles de mi vida. Quiero compartir una experiencia que demuestra que Él se preocupa por nosotros en todos los sentidos.

Cuando mi esposo tenía su negocio, a principios de la década del 2000, me llamó un día y me pidió que le preparara un documento administrativo muy importante, que era necesario para él y que tenía que encontrar rápidamente. Sabía que había visto este papel en una de las bandejas. Miré por toda la oficina, pero no estaba allí. Busqué varias veces, pero no funcionó. Oré, pero no una simple oración. Oré con toda la energía de mi corazón y la fuerza de mi alma; cuando hago este tipo de oración, estoy casi exhausta, mientras pongo mi fe en acción, expresando al Señor que sé que Él puede ayudarme y guiarme para encontrar lo que busco, afirmando que creo en Su poder. Continué buscando y, mientras me apoyaba en el marco de la puerta de la entrada de la oficina, observé la habitación; miré la bandeja que estaba cerca de la ventana y entonces comprendí lo que había sucedido. Era como si me estuvieran mostrando la historia de esta hoja. El documento había volado por la ventana. Bajé corriendo las escaleras; debo decir que mi fe fue probada. Un papel que vuela desde una ventana del segundo piso puede ir a cualquier parte.

Rodeé el edificio; las hojas de los árboles esparcidas por el suelo. Sin documentos a la vista. Seguí buscando, sin embargo, temiendo que se perdiera.

Vi un pequeño trozo de papel sucio debajo de las hojas, y casi lo pierdo porque apenas se podía ver. Lo recogí, y ¡Oh, qué gozo sentí al ver que efectivamente era él, ese precioso documento por el cual había gastado tantas energías buscando, implorando e importunando a mi Padre Celestial para que me ayudara a encontrarlo! Me tomé el tiempo para agradecerle sinceramente.

Estaba tan agradecida de que me ayudara y especialmente de que conservara este documento para nosotros, porque noté, con la suciedad, que había estado afuera durante varias horas, o tal vez por uno o dos días. Dios había allanado el camino antes de que yo lo supiera.

Dios nos ama y toma en consideración nuestras necesidades. Podemos preguntarle cualquier cosa, podemos confiar en Él. Él no nos pedirá que hagamos nada que no podamos hacer. Nefi tenía esa confianza. Él dijo: “Iré y haré lo que el Señor ha mandado, porque sé que Él nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin prepararles una vía para que cumplan lo que les ha mandado” (1 Nefi 3:7).

Sin embargo, a menudo dudamos y nos preocupamos de que no estemos a la altura. Nos ponemos una increíble presión a nosotros mismos para tratar de hacer las cosas a la perfección. Una hermana me dijo esto: “Nos presionamos a nosotras mismas para tener siempre nuestras interacciones como una ‘actuación’ cuando tenemos llamamientos, pero creo que eso es un error. Nuestras tendencias perfeccionistas entran en juego. Claro, algunas presentaciones serán más formales, pero creo que la mayoría se trata simplemente de escuchar, amar, animar, edificar y dar testimonio de Cristo. Conoce a las personas a las que sirves, ámalas. TODOS aprendemos sobre la marcha”.

Trabajo duro para aprender a confiar en Él, para poner a Sus pies mis temores y sentimientos de insuficiencia, mis temores de sufrimiento. Quiero aprender a dar lo mejor de mí, a pesar de mis imperfecciones, dejar que Él me capacite, que me moldee a través de las experiencias que Él me da. Que mis debilidades se fortalezcan, siendo humilde y acercándome al Salvador.

¿Le importamos a Dios? Sí, a Él le importamos, y Él está en cada detalle de nuestras vidas.

Nota

  1. Jeffrey R. Holland, “A Saint Through the Atonement of Christ the Lord,” devotional, Jan. 18, 2022, 2, speeches.byu.edu.