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Palabra de Sabiduría


Palabra de Sabiduría

La Palabra de Sabiduría es una ley de salud revelada por el Señor para nuestro beneficio físico y espiritual. En esa revelación, la cual está registrada en la sección 89 de Doctrina y Convenios, el Señor nos indica qué alimentos son buenos para comer y qué substancias no son buenas para nuestro cuerpo. Él promete bendiciones espirituales y físicas si obedecemos la Palabra de Sabiduría.

En la Palabra de Sabiduría, el Señor nos manda no ingerir las siguientes substancias:

  • Bebidas alcohólicas (véase D. y C. 89:5–7).

  • Tabaco (véase D. y C. 89:8).

  • Té y café (véase D. y C. 89:9; los profetas de los últimos días han enseñado que el término “bebidas calientes” se refiere al té y al café).

Cualquier cosa dañina que se ingiera a propósito no está de acuerdo con la Palabra de Sabiduría. Esto es verdad especialmente en el caso de las drogas ilegales, que pueden destruir a los que queden adictos a ellas. Mantente totalmente alejado de ellas. No experimentes con ellas. El abuso de las drogas de prescripciones médicas también conduce a una adicción destructiva.

El Señor declara que los siguientes alimentos son buenos para nuestro cuerpo:

  • Verduras y frutas, que deben usarse “con prudencia y acción de gracias” (véase D. y C. 89:10–11).

  • La carne “de las bestias y de las aves del cielo”, que debe “usarse limitadamente” (véase D. y C. 89:12–13).

  • Los granos como el trigo, el arroz y la avena, que son como “sostén de vida” (véase D. y C. 89:14–17).

Bendiciones de guardar la Palabra de Sabiduría

A los que guarden la Palabra de Sabiduría, el Señor promete:

“Y todos los santos que se acuerden de guardar y hacer estas cosas, rindiendo obediencia a los mandamientos, recibirán salud en el ombligo y médula en los huesos;

“y hallarán sabiduría y grandes tesoros de conocimiento, sí, tesoros escondidos;

“y correrán sin fatigarse, y andarán sin desmayar.

“Y yo, el Señor, les prometo que el ángel destructor pasará de ellos, como de los hijos de Israel, y no los matará.” (D. y C. 89:18–21).

Cómo vencer la adicción

El mejor camino es evitar completamente las substancias prohibidas por el Señor en la Palabra de Sabiduría. Pero si eres adicto(a) a cualquiera de esas substancias, puedes librarte de esa adicción mediante tu esfuerzo personal, el poder habilitador de la gracia del Señor, la ayuda de familiares y amigos, y la guía de los líderes de la Iglesia.

Ora pidiendo ayuda, y haz todo lo que esté de tu parte por resistir las tentaciones que tengas por causa de tu adicción. Nuestro Padre Celestial quiere que recibas las bendiciones que trae aparejada la obediencia a la Palabra de Sabiduría, y Él te fortalecerá en tus esfuerzos sinceros por hacerlo.