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Conciencia


Conciencia

Todas las personas nacen con la facultad de distinguir entre el bien y el mal; dicha facultad, que se conoce como la conciencia, es una manifestación de la Luz de Cristo (véase Moroni 7:15–19).

La conciencia es una defensa que te ayuda a mantenerte alejado de situaciones que sean espiritualmente dañinas. Cuando obedeces los mandamientos y tomas decisiones correctas, tienes paz de conciencia.

Si pecas, sentirás remordimiento o culpa, tal como se siente el dolor físico de una herida. Ésa es la respuesta natural de tu conciencia al pecado, lo que puede conducirte al arrepentimiento.

El arrepentimiento y el perdón te devolverán la paz de conciencia; por otro lado, si haces caso omiso de la conciencia y no te arrepientes, tu conciencia quedará afectada como si hubiera sido “cauterizada” (1 Timoteo 4:2).

Aprende a escuchar y seguir a tu conciencia, puesto que es una parte importante de ejercer el albedrío. Cuanto más sigas lo que tu conciencia te dice, más fuerte llegarás a ser. Una conciencia sensible es señal de un espíritu sano.