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Convenio


Convenio

Un convenio es un acuerdo sagrado entre Dios y una persona o un grupo de personas. Dios fija condiciones específicas y promete bendecirnos si obedecemos esas condiciones. Cuando decidimos no guardar los convenios, no podemos recibir las bendiciones y, en algunos casos, sufrimos un castigo como consecuencia de nuestra desobediencia.

Todas las ordenanzas salvadoras del sacerdocio van acompañadas de convenios. Por ejemplo, al bautizarte, hiciste un convenio y lo renuevas cada vez que tomas la Santa Cena (véase Mosíah 18:8–10; D. y C. 20:37, 77, 79). Si has recibido el Sacerdocio de Melquisedec, has entrado en el juramento y convenio del sacerdocio (véase D. y C. 84:33–44). La investidura del templo y la ordenanza del sellamiento también incluyen convenios sagrados.

Siempre recuerda y honra los convenios que hagas con el Señor; entonces no tendrás que ser compelido(a) en todo lo que hagas (véase D. y C. 58:26–28); además recibirás la inspiración del Espíritu Santo y la conducta cristiana será parte de tu naturaleza. Como lo ha prometido el Señor, recibirás “revelación tras revelación, conocimiento sobre conocimiento, a fin de que conozcas los misterios y las cosas apacibles, aquello que trae gozo, aquello que trae la vida eterna” (D. y C. 42:61). La máxima esperanza que debes tener es la de disfrutar de la santificación que se recibe de esa guía divina; y el temor más grande que debes sentir es el perder el derecho a esas bendiciones.