Otros recursos
Sociedad de Socorro


Sociedad de Socorro

La Sociedad de Socorro fue fundada por el profeta José Smith el 17 de marzo de 1842 en Nauvoo, Illinois. En los días de su fundación, la Sociedad de Socorro tenía dos objetivos principales: dar alivio a los pobres y a los necesitados, y salvar almas. La organización continúa en la actualidad y se mantiene apegada a esos principios que la guiaron originalmente. En todo el mundo, las hermanas de la Sociedad de Socorro colaboran con los poseedores del sacerdocio para llevar a cabo la misión de la Iglesia. Se apoyan unas a otras mientras hacen lo siguiente:

  • Fortalecer su testimonio de Jesucristo por medio de la oración y del estudio de las Escrituras.

  • Procurar adquirir fortaleza espiritual al seguir las impresiones del Espíritu Santo.

  • Consagrarse al fortalecimiento del matrimonio, de la familia y del hogar.

  • Considerar que es noble ser madre y que es un gozo ser mujer.

  • Deleitarse en prestar servicio y en hacer obras buenas.

  • Amar la vida y el aprendizaje.

  • Defender la verdad y la rectitud.

  • Apoyar al sacerdocio como la autoridad de Dios sobre la tierra.

  • Regocijarse en las bendiciones del templo.

  • Comprender su destino divino y esforzarse por alcanzar la exaltación.

Si eres miembro de la Sociedad de Socorro, una manera de contribuir a la misión de la organización es aceptar la asignación de servir como maestra visitante. Al visitar y prestar servicio a las hermanas que se te asignen, dedica tiempo a enseñar el Evangelio y nutrir las amistades; además de rendir servicio a las personas, puedes tener un papel importante en el fortalecimiento de las familias.

Los líderes de los barrios y de las ramas se aseguran de que se asignen maestras visitantes a todas las hermanas de dieciocho años de edad o mayores. Los líderes del sacerdocio y las hermanas líderes de la Sociedad de Socorro se mantienen en contacto con las maestras visitantes para confirmar que hayan quedado satisfechas las necesidades espirituales y temporales de las hermanas.

Como hermana de la Sociedad de Socorro, tú eres miembro de una hermandad mundial, unida en devoción a Jesucristo; y te unes a otras hijas de Dios como mujer de fe, virtud, visión y caridad, y con el conocimiento seguro de que tu vida tiene significado, propósito y dirección. A través de tu participación en la Sociedad de Socorro, tienes oportunidades de disfrutar de la hermandad y el compañerismo, de dar servicio significativo, de compartir tu testimonio y tu talento, y de progresar espiritualmente.