Seminario
Introducción al programa de estudio individual supervisado de seminario


Introducción al programa de estudio individual supervisado de seminario

El programa de estudio individual supervisado de seminario se ha creado para ayudarte a fortalecer tu comprensión del evangelio de Jesucristo y a aplicar sus enseñanzas a la vida cotidiana mediante el estudio de las Escrituras. En el estudio de este curso, en primer lugar tendrás que realizar asignaciones de lectura del texto de las Escrituras de este curso —el Libro de Mormón— y, posteriormente, tendrás que realizar las lecciones completas. Una vez a la semana, te reunirás con un maestro de seminario para presentar el trabajo que hayas realizado y participar en una lección semanal.

El seminario es un programa diario de educación religiosa. El estudio de las Escrituras con espíritu de oración debería ser una costumbre diaria. Tendrás que realizar tus asignaciones de seminario todos los días escolares, aunque no asistas a clases de seminario todos los días. Durante el curso tendrás que estudiar 32 unidades. El cuadro de lectura de la página VIII (00) indica lo que debes estudiar para cada unidad. Tu maestro te ayudará a entender cuándo debes estudiar cada unidad. Las lecciones de esta guía de estudio deben realizarse aproximadamente en 30 minutos, además de tu estudio diario de las Escrituras.

Debes tener dos diarios de estudio de las Escrituras (o dos cuadernos), además de tu diario personal, en los que tendrás que escribir las asignaciones de las actividades de la guía de estudio. Cada semana que te reúnas con el maestro debes entregar el diario de estudio de las Escrituras con las asignaciones de las actividades de la guía de estudio que hayas llevado a cabo durante esa semana. El maestro leerá y comentará las asignaciones y te devolverá el diario de estudio de las Escrituras a la semana siguiente. También puedes escribir las respuestas en una hoja de una carpeta que te permita sacar las hojas para entregar las que hayas hecho durante esa semana. Posteriormente, cuando el maestro te devuelva las hojas, puedes volver a colocarlas en la carpeta.

Uso de este manual en un programa de seminario diario

Los maestros y alumnos de un programa de estudio diario de seminario pueden emplear este manual para ampliar las lecciones o para realizar trabajos de recuperación. No obstante, no está diseñado para que se entregue a todos los alumnos del programa de estudio diario de seminario. Si un alumno tiene que recuperar una lección para obtener créditos, el maestro puede asignarle la lección de estudio individual supervisado que corresponda a la lección que le falte.

Uso del manual del alumno del curso de estudio individual supervisado de seminario

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guía de estudio página 17

Cuadro de lectura del Libro de Mormón

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Book of Mormon Reading

Bienvenido al Libro de Mormón

¿Qué es el Libro de Mormón?

El Libro de Mormón es otro testamento de Jesucristo. Contiene los escritos de antiguos profetas, que reflejan la relación de Dios con una rama de la casa de Israel en el continente americano. Para los Santos de los Últimos Días, el Libro de Mormón se considera Escritura sagrada, junto con la Biblia, Doctrina y Convenios y la Perla de Gran Precio. El Libro de Mormón es un registro de las grandes civilizaciones americanas de la antigüedad.

Desde que se publicó por primera vez en 1830, el Libro de Mormón se ha traducido a muchas lenguas y se han impreso más de 150 millones de copias. Ha sido descrito por los profetas de Dios y constituye “la piedra angular” de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

¿Por qué es importante para mí el estudio del Libro de Mormón?

El presidente Ezra Taft Benson enseñó que la bendición de acercarte a Dios estará a tu alcance a medida que vayas estudiando el Libro de Mormón con un corazón sincero:

“¿No hay algo profundo en nuestro corazón que añora acercarse más a Dios, ser más como Él en nuestra vida diaria, sentir Su presencia constantemente? Si es así, el Libro de Mormón nos ayudará a lograrlo más que ningún otro libro.

“No es sólo que el Libro de Mormón nos enseña la verdad, aunque en realidad así lo hace; no es sólo que el Libro de Mormón da testimonio de Cristo, aunque de hecho también lo hace; hay algo más que eso. Hay un poder en el libro que empezará a fluir en la vida de ustedes en el momento en que empiecen a estudiarlo seriamente. Encontrarán mayor poder para resistir la tentación, encontrarán el poder para evitar el engaño, encontrarán el poder para mantenerse en el camino estrecho y angosto. A las Escrituras se las llama ‘las palabras de vida’ (véase D. y C. 84:85), y en ningún otro caso es eso más verdadero que en el caso del Libro de Mormón. Cuando ustedes empiecen a tener hambre y sed de esas palabras, encontrarán vida en mayor abundancia” (“El Libro de Mormón: La [piedra] clave de nuestra religión”, Liahona, octubre de 2011, págs. 56-57).

El Libro de Mormón fue escrito para nosotros hoy. Mormón, el antiguo profeta cuyo nombre lleva el libro, y su hijo Moroni, resumieron siglos de registros cuando compilaron las planchas de oro a partir de las cuales el profeta José Smith tradujo el Libro de Mormón. Dios, que conoce el fin desde el principio, inspiró a Sus profetas a incluir en el resumen lo que íbamos a necesitar en nuestra época. Moroni, que fue el último de los profetas en escribir en el Libro de Mormón, vio nuestra época: “He aquí, os hablo como si os hallaseis presentes, y sin embargo, no lo estáis. Pero he aquí, Jesucristo me os ha mostrado, y conozco vuestras obras” (Mormón 8:35).

El presidente Benson también enseñó que el estudio del Libro de Mormón te ayudará a diferenciar el bien del mal:

“El Libro de Mormón lleva a los hombres a Cristo por conducto de dos medios fundamentales: Primero, habla con sencillez de Cristo y Su evangelio; da testimonio de la divinidad del Señor Jesucristo, de la necesidad de que hubiera un Redentor y de la urgencia de depositar nuestra confianza en Él. Da testimonio de la Caída y de la Expiación y de los primeros principios del Evangelio, e incluso de nuestra obligación de tener un corazón quebrantado y un espíritu contrito, así como de tener un renacimiento espiritual. Proclama que tenemos que perdurar hasta el fin siendo rectos y llevando la vida moral de un santo.

“Segundo, el Libro de Mormón pone al descubierto a los enemigos de Cristo; confunde las falsas doctrinas y pone fin a las contenciones. (Véase 2 Nefi 3:12.) Fortalece a los humildes seguidores de Cristo contra los designios malignos, las artimañas y las doctrinas del diablo en nuestra época. La clase de apóstatas que se describe en el Libro de Mormón es muy parecida al tipo de apóstatas que se manifiestan actualmente. Dios, con su presciencia infinita, inspiró la formación del Libro de Mormón de manera que nosotros pudiéramos ver el error y supiéramos combatir los falsos conceptos educacionales, políticos, religiosos y filosóficos de nuestra época” (“El Libro de Mormón es la palabra de Dios”, Liahona, mayo de 1988, pág. 3).

Acerca del Libro de Mormón

El Libro de Mormón está compuesto por 15 libros más pequeños. Ocho de estos libros empiezan con un encabezado escrito en las planchas de oro originales y traducido por el profeta José Smith: 1 Nefi, 2 Nefi, Jacob, Alma, Helamán, 3 Nefi, 4 Nefi y Éter. Algunos de los capítulos del Libro de Mormón también van precedidos de un encabezado incluido en las planchas de oro originales (excepto las frases relativas a los capítulos inclusivos): Mosíah 9, Mosíah 23, Alma 5, Alma 7, Alma 9, Alma 17, Alma 21, Alma 36, Alma 38, Alma 39, Alma 45, Helamán 7, Helamán 13, 3 Nefi 11 y Moroni 9.

Al principio de cada capítulo del Libro de Mormón hay un breve resumen del capítulo que aparece en cursiva. Estos resúmenes de los capítulos se redactaron y añadieron bajo la supervisión de la Primera Presidencia y no formaban parte del texto original del Libro de Mormón que aparecía en las planchas de oro.