Capítulo 26
El pueblo de Ammón
Esos lamanitas que se unieron a la Iglesia se pusieron el nombre de anti-nefi-lehitas, o pueblo de Ammón; eran personas buenas y trabajadoras.
Los lamanitas que no se arrepintieron se enojaron con el pueblo de Ammón y se prepararon para luchar contra ellos.
El pueblo de Ammón sabía que los lamanitas inicuos irían a matarlos, pero decidieron que no pelearían contra ellos porque ya se habían arrepentido de haber matado.
Enterraron sus armas profundamente en la tierra y prometieron a Dios que nunca volverían a matar.
Cuando los lamanitas inicuos llegaron y empezaron a matarlos, ellos se postraron en la tierra y oraron.
Al ver que el pueblo de Ammón no peleaba en contra de ellos, muchos de los lamanitas inicuos dejaron de matarlos.
Los lamanitas se arrepintieron de haber matado; arrojaron sus armas al suelo y se unieron al pueblo de Ammón. No querían volver a pelear.
Más lamanitas llegaron para destruir a los del pueblo de Ammón, quienes se negaron a pelear y muchos fueron muertos.
Ammón, que no deseaba que el pueblo al que amaba fuese destruido, oró para suplicar ayuda. El Señor le dijo que tomara a su pueblo y saliera de esa tierra.
Los nefitas de Zarahemla dieron a Ammón y a su pueblo la tierra de Jersón y los protegieron. Se hicieron amigos.