El qué, el porqué y el cómo: Un análisis de la Restauración
Para enseñar el Evangelio, tendrás que ser capaz de explicar lo que son la apostasía, las dispensaciones y la Restauración. Este cuadro te puede ser útil.
Imagina que has ido una semana de viaje a la playa con la familia de un amigo. Te has divertido mucho, pero comienzas a extrañar a tu familia. Entonces tu padre te envía un mensaje de texto para saber cómo van las cosas; es exactamente lo que necesitas para sentir que te aman y se acuerdan de ti.
La vida en la tierra es un poco como eso. Dios no nos envía mensajes de texto, pero estamos lejos de nuestro hogar celestial, por lo que una manera en que el Padre Celestial expresa Su amor por nosotros es enviando profetas.
Dispensación
Ilustraciones por Ben Simonsen
Los profetas están a la cabezade lo que se llaman dispensaciones, períodos de tiempo en los que (1) Dios tiene por lo menos un líder autorizado del sacerdocio sobre la tierra y (2) este líder, un Profeta, aprende directamente de Dios acerca del Plan de Salvación. Luego el profeta enseña, o dispensa, el Evangelio a la gente.
Gracias a las Escrituras, sabemos de muchas de las dispensaciones. Algunas importantes fueron las de Adán, Enoc, Noé, Abraham, Moisés, Jesucristo y José Smith. El Señor dio comienzo a una dispensación por medio de cada uno de esos profetas.
Apostasía
Apostasía = iniquidad. Cuando una persona o un grupo de personas se apartan de las verdades del evangelio de Jesucristo, rechazan a los profetas y caen en el pecado, se hallan en apostasía.
Cómo sucede la apostasía
Dios llama a un profeta, el cual enseña el evangelio verdadero de Jesucristo.
Las personas que siguen las enseñanzas de los profetas son bendecidas.
Algunas personas se vuelven orgullosas y rechazan al profeta.
El señor a menudo retira a Su profeta de entre el pueblo que rechaza los principios del Evangelio.
A su debido tiempo, Dios llama a un nuevo profeta que restaure la verdad, el sacerdocio y la Iglesia.
Restauración
Restauración es el acto de devolver algo a su estado original. No es una reforma, la cual altera algo que existe para crear algo nuevo. Por ejemplo, si quisieran restaurar una casa antigua, la reedificarían con el mismo diseño que tenía originalmente. Tal vez querrían añadir una nueva chimenea, pero entonces estarían transformando la casa, no restaurándola.
El evangelio de Jesucristo debía ser restaurado porque se perdió durante la Gran Apostasía. La gente había vivido durante siglos sin la Iglesia verdadera, de manera que el Señor restauró Su Iglesia y Su evangelio por medio de José Smith, tal como los profetas de la antigüedad habían profetizado (véanse Isaías 2:1–3; 29:13–14; Hechos 3:19–21; Apocalipsis 14:6–7; 2 Nefi 3:3–15).
El verdadero evangelio de Jesucristo está aquí para permanecer, así que, ¿permanecerás tú en él? Aun cuando el mundo aumente más y más en iniquidad, la Iglesia de Jesucristo permanecerá hasta el fin.
Tú debes tomar una decisión, la misma decisión que ha afrontado todo ser humano desde el principio de los tiemos: ¿seguirás al profeta? Si lo haces, serás bendecido y tendrás el Espíritu para que te guíe.
Adán
Adán fue un verdadero pionero: ¡fue el primer hombre sobre la tierra y el primer profeta! Enseñó el Evangelio a su familia pero, incluso en el principio, muchos “[buscaron] sus propios consejos en las tinieblas” y rechazaron la verdad (Moisés 6:28).
Enoc
¿Alguna vez has escuchado que una ciudad entera fuera llevada al cielo? Bueno, la ciudad de Sion —que Enoc estableció— era tan justa que la gente fue a morar con Dios (véase Moisés 7:23).
Noé
Ya conoces el arca de Noé; solamente ocho personas —la familia de Noé— sobrevivieron al Diluvio porque escucharon las advertencias de Noé (véanse Génesis 7; Moisés 8). Pero ¿sabías que él recibió el sacerdocio cuando tenía diez años de edad (véase D. y C. 107:52) y que hubo “gigantes… [que] buscaron a Noé para quitarle la vida”? (Moisés 8:18).
Abraham
Abraham casi fue sacrificado por sacerdotes inicuos, pero un ángel lo salvó (véase Abraham 1). Él recibió revelaciones maravillosas, incluso una visión de la vida preterrenal. Los miembros de la Iglesia somos sus descendientes, y el convenio de Abraham recibe de él su nombre. (Véase Abraham 2–5).
Moisés
Moisés sacó a los israelitas de Egipto y les ayudó a obtener la libertad. Él “procuró diligentemente santificar a los de su pueblo, a fin de que vieran la faz de Dios; mas endurecieron sus corazones y no pudieron aguantar su presencia” (D. y C. 84:23–24). De hecho, por causa de su apostasía, ¡anduvieron errantes en el desierto cuarenta años!
Jesucristo
Jesucristo no solo enseñó el Evangelio y obró muchos milagros, sino que también estableció Su Iglesia sobre la tierra. Él expió nuestros pecados y fue crucificado, y resucitó para que nosotros pudiéramos vencer la muerte física y espiritual. Está a la cabeza de la Iglesia hoy en día, y Él y el Padre Celestial son la fuente de la autoridad del sacerdocio.
La Gran Apostasía
Después de la resurrección del Salvador, Sus apóstoles y otros líderes de la Iglesia trataron de propagar el Evangelio, pero las personas rechazaron sus enseñanzas e incluso mataron a la mayoría de los apóstoles. Por causa de la iniquidad de la gente, la plenitud del Evangelio se perdió en la tierra y el mundo cayó en tinieblas espirituales (véase Isaías 60:2).
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Durante más de mil años, la gente no tuvo acceso a las ordenanzas de salvación, ni a las bendiciones del templo, ni a la guía de un profeta.
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Se perdieron preciosas verdades de la Biblia.
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Se enseñaron ideas falsas sobre la verdadera naturaleza de Dios.
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Algunas de las ordenanzas de salvación se modificaron o se enseñaron de manera incorrecta (véase Isaías 24:5).
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Al final, esa apostasía condujo a la formación de muchas iglesias.
La Reforma
Durante la Gran Apostasía, algunas personas de convicciones religiosas en Europa se dieron cuenta de que el evangelio de Jesucristo no se estaba enseñando correctamente. Esos reformadores no eran profetas, pero hicieron todo lo posible por enseñar la verdad tal como ellos la entendían. Ayudaron a que la Biblia estuviera al alcance de más personas. Muchos lucharon por la libertad religiosa y prepararon el camino para la restauración del Evangelio.
José Smith
Pero, ¿se había perdido para siempre la plenitud del Evangelio? ¡No! Dios volvió a revelar importantes verdades a José Smith. Mensajeros celestiales le restauraron todas las llaves necesarias del sacerdocio (véanse D. y C. 27:8–13; 110; 128:18–21), haciendo de esta la “dispensación del cumplimiento de los tiempos” (D. y C. 138:48). También se conoce como los últimos días, porque es la última dispensación antes de la segunda venida de Jesucristo.
La Restauración
¿Sabes una cosa? TÚ tienes las bendiciones de la Restauración. ¡Sí, tú!
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La Iglesia de Jesucristo fue restaurada con un profeta y apóstoles que la guían.
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El Libro de Mormón, Doctrina y Convenios, La Perla de Gran Precio y otras revelaciones de nuestros días restauraron verdades preciosas que se habían perdido (véase 2 Nefi 27).
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José Smith recibió el Sacerdocio Aarónico de manos de Juan el Bautista (véase D. y C. 13), y el Sacerdocio de Melquisedec de los apóstoles Pedro, Santiago y Juan (véase D. y C. 128:20).
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Poseedores autorizados del sacerdocio efectúan correctamente las ordenanzas de salvación.
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Y sabemos que la verdad nunca se perderá de nuevo por causa de una apostasía (véase Daniel 2:44).