Para la Fortaleza de la Juventud
La castidad es algo más que la pureza sexual
Para la Fortaleza de la Juventud, junio de 2025


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La castidad es algo más que la pureza sexual

Estas son algunas razones que explican por qué la castidad está relacionada con el propósito espiritual de la vida.

El sol en el horizonte

Una vez pregunté a una clase de adolescentes Santos de los Últimos Días por qué debían obedecer la ley de castidad, que los profetas definen así:

  • “Abstenerse de las relaciones sexuales fuera del matrimonio legal entre un hombre y una mujer.

  • “Fidelidad en el matrimonio”.

Un alumno dijo que era para evitar enfermedades; otra dijo que era para no quedarse embarazada fuera del matrimonio. Les dije que esas eran respuestas sabias y lógicas. “Pero supongamos que no pudieran quedarse embarazadas o contraer una enfermedad”, respondí. “¿Por qué deberían seguir siendo castos?”. De repente, se hizo el silencio. La clase no ofreció razones más allá de lo que habían aprendido en las clases de salud: no tenían ninguna razón espiritual.

Quisiera hablar de algunas razones que explican por qué la castidad está relacionada con el propósito espiritual de la vida, que es llegar a ser más semejantes a nuestro Padre Celestial.

El carácter de Dios

La vida eterna significa vivir una vida como la de Dios, y la vida creativa de Dios se centra en Su familia. Como Padre Celestial, Él es coherente en Su carácter y no varía en Su propósito. Dios usa Su poder con rectitud, abnegadamente, con amor y con moderación o autodominio justo.

Esas características divinas forman parte de lo que le permite a Dios crear y mantener una familia eterna, y a nosotros, como Sus hijos, confiar plenamente en Él. Imagínate por un momento que Dios estuviera fuera de control, incoherente en Su carácter y errático en Su comportamiento, y no controlara Su poder, sino que lo usara de manera egoísta y sin restricciones. ¿Te imaginas cómo sería tratar de tener fe en un Dios inmoral?

Razones para la castidad

Tal vez te preguntes: “¿Qué tiene que ver esto con la ley de castidad?”. ¡Todo! Porque la ley de castidad es algo más que la pureza sexual. La ley de castidad tiene que ver con ganarse la confianza, con el uso recto del poder, con la lealtad abnegada, con la creación y con la familia del convenio.

Aunque el deseo humano innato de crear hijos, formar familias y tener intimidad con un cónyuge es un regalo del cielo, ese deseo divino se corrompe cuando es desenfrenado, orgulloso, dominante, manipulador, grosero o egoísta.

El poder de crear vida es uno de los poderes más grandiosos que Dios ha dado a Sus hijos en la tierra. Las personas castas saben cómo cuidar ese inmenso poder y lo utilizan de manera apropiada.

Aunque a algunas personas en las sociedades modernas no les gusta que se tracen líneas alrededor de la sexualidad humana, olvidan que el poder sin límites es la base tanto de la corrupción como del caos. Recuerda: incluso Dios tiene límites que no cruzará; de lo contrario, “dejaría de ser Dios” (Alma 42:22, 25).

A medida que aprendemos a controlar adecuadamente el poder y a mantenernos dentro de los límites de los convenios, aprendemos las características que nos ayudan a llegar a ser más semejantes a Dios.

Así que, además de los embarazos no deseados y las enfermedades, ¿por qué debemos guardar la ley de castidad? Necesitamos ojos para ver que el convenio de la castidad no solo tiene que ver con lo que se debe y no se debe hacer en las relaciones sexuales, sino con aprender a desarrollar un carácter en el que se pueda confiar, que ejerza moderación, que respete los límites, que no abuse del poder de manera egoísta y que pueda crear y mantener una familia por convenio, al igual que Dios. Tiene que ver con amar como Él ama, crear como Él crea y sentir el gozo que Él siente.