Protege tu templo
Tu cuerpo es sagrado. Estas son algunas cosas que debes tener en cuenta al procurar tratarlo así.
Ilustraciones por Toby Newsome
Se te ha enseñado que tu cuerpo es un don sagrado de Dios, como un templo (véase 1 Corintios 6:19). Se te ha aconsejado: “Haz cosas que fortalezcan tu cuerpo, nada que lo lastime ni lo dañe” (Para la Fortaleza de la Juventud: Una guía para tomar decisiones, 2022, pág. 25).
De acuerdo. Entonces, ¿qué significa eso para ti en el día a día?
Por supuesto que orarás, meditarás y deliberarás con tus padres y otras personas para responder esa pregunta por ti mismo, pero al hacerlo, estas son algunas cosas que debes tener en cuenta. Sí, estas son cosas que tal vez ya te hayan dicho tus padres, líderes de la Iglesia, expertos en salud y otros, pero esas personas se preocupan de verdad por ti y quieren que seas feliz. Y se preocupan por estas cosas en lo que respecta a cómo los jóvenes tratan su cuerpo.
La falta de sueño
El Señor ha aconsejado: “Acostaos temprano para que no os fatiguéis; levantaos temprano para que vuestros cuerpos y vuestras mentes sean vigorizados” (Doctrina y Convenios 88:124). Los expertos dicen que los adolescentes necesitan de ocho a diez horas de sueño cada noche. Tal vez pienses: “Sí, eso no estaría mal”. Sigue intentándolo, merece la pena. Aunque algunas cosas, como la escuela, estén fuera de tu control, céntrate en lo que sí puedes controlar. Por ejemplo, limita el tiempo que pasas frente a las pantallas, sobre todo por la noche. No lleves tu dispositivo a tu habitación por la noche,
Saltarse el desayuno
Desayuna: tu cuerpo y tu cerebro te lo agradecerán. En serio, hay demasiados adolescentes que podrían desayunar y que no lo hacen. Esto les genera apatía y desconcentración. Dedica tiempo a desayunar algo —cualquier cosa— que te nutra, lo que tengas: pan, queso, arroz, fruta, cereales, huevos, yogur, katogo, etc. Simplemente, come.
La inactividad extrema
Levántate y muévete. Es así de sencillo, pero hay demasiados jóvenes que no lo hacen. El realizar algún tipo de actividad física todos los días te ayudará a evitar muchos problemas de salud ahora y más adelante, y te sentirás mejor. No tiene por qué ser una actividad intensa ni sistemática: camina al aire libre o baila solo en tu habitación. Da igual lo que hagas, pero muévete.
La actividad extrema
Se puede llegar a exagerar. Lo de “no se gana sin sufrir” tiene sus límites. Hay ciertos tipos de dolor que indican que debes detenerte. Algunos jóvenes se exigen demasiado en el deporte, el estado físico u otras actividades físicas, y hacen daño a su cuerpo. (Y a veces son los adultos los que los presionan demasiado). Mantente saludable y presta atención a las señales que tu cuerpo te da.
El sexting [sexteo]
El Señor ha enseñado que no es correcto despertar de manera deliberada los pensamientos lujuriosos (véase Doctrina y Convenios 63:16). No te tomes ni envíes fotografías sin ropa (ni escribas mensajes sexuales) a personas a través de una aplicación de mensajería. Cualquiera que te envíe tales cosas o te pida que las envíes no es amigo tuyo. Si una relación o conversación comienza a tomar ese rumbo, ¡eso es una señal de PELIGRO grande, de color rojo y brillante! El sexteo no está bien, es degradante. Es una falta de respeto por el cuerpo de las personas, y además, nunca se sabe dónde puede terminar una imagen digital una vez que se ha enviado.
El vapeo
El Señor ha prohibido ciertas sustancias, como el tabaco (véase Doctrina y Convenios 89:8). La nicotina (una droga que hay en el tabaco) es extremadamente adictiva (algunas personas que han dejado de consumir drogas dicen que dejar de fumar fue mucho más difícil). Los vapeadores que se utilizan en los cigarrillos electrónicos suelen contener nicotina, y aunque no la contengan, tienen otras sustancias químicas nocivas. (Además, ¿has oído decir que las baterías de los cigarrillos electrónicos a veces explotan? Esa es una razón más para no vapear).
Los desafíos insensatos en línea
No tienes por qué hacer el último desafío que se difunde a través de las redes sociales. Algunos de esos desafíos conllevan un riesgo de daños físicos y otros son perjudiciales para la propiedad de otras personas. Casi todos ellos son simplemente tontos, y tú no eres tonto. Claro que puedes divertirte, pero hazlo con inteligencia. Ya lo dijo el profeta Jacob: “¡Oh, sed prudentes; ¿Qué más puedo decir?” (Jacob 6:12).