Voces de los jóvenes
Mi bendición patriarcal salvó mi fe
Ilustración por Katelyn Budge
Hubo una época en la que pensé en dejar la Iglesia. Fue justo antes de ir a mi primera conferencia FSY. Durante ese tiempo, tuve el fuerte sentimiento de preguntar a varias personas sobre cómo podía acercarme más a Cristo y recibir una bendición patriarcal. Un buen amigo mío me dijo que solo tienes que decirle a tu obispo que quieres una bendición, y él te ayudará.
Al principio pensé: “Qué raro es tener una bendición que abarca toda tu vida”, pero sentí que tenía que recibir esa bendición. Estudié las Escrituras con mi papá, hablamos sobre las bendiciones patriarcales y de cuando él recibió la suya.
El sentimiento que experimenté al recibir mi bendición fue muy fuerte. Pude sentir la presencia del Espíritu Santo e incluso de mis abuelos al otro lado. Algo que le diría a mi yo más joven, ahora que tengo mi bendición patriarcal, sería que pensara en la vida con una perspectiva eterna. Si un año, un día o una semana no salen como quieres, no pasa nada; tienes la eternidad por delante. No parece fácil, pero podemos hacerlo todo por medio de Jesucristo y nuestro Padre Celestial. Ellos nos aman de verdad y nos van a ayudar a alcanzar nuestras metas y a convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.
Si no hubiera recibido mi bendición, creo que me habría apartado de la Iglesia. Estaría en lo profundo de las aguas y no estaría pensando en servir en una misión. Para ser sincero, puede que ni siquiera estuviera vivo. La bendición me ha ayudado de muchas maneras. Animo a cualquiera que esté pensando en recibir una bendición patriarcal a que lo haga, porque te ayuda de verdad.
Aatos A., 18 años, Hyvinkää, Finlandia
Le gusta jugar al fútbol americano y hacer breakdance.