Para la Fortaleza de la Juventud
¿Cómo puedo superar el miedo y la incertidumbre?
Para la Fortaleza de la Juventud, junio de 2025


Solo para la versión digital: Respuestas de un apóstol

¿Cómo puedo superar el miedo y la incertidumbre?

Permitan que el conocimiento de quiénes son realmente y de quién está de su lado extinga todos sus temores.

De un discurso pronunciado en una ceremonia de graduación en la Universidad Brigham Young—Idaho, el 8 de abril de 2021.

Una joven de pie frente a un portal y una escalera

Me faltaba un mes para cumplir diecinueve años cuando llegué a casa con grandes expectativas. Había un sobre con mi nombre, procedente de las Oficinas Generales de la Iglesia, esperando a que lo abriera.

El corazón me dio un vuelco de emoción y ansiedad cuando leí: “Se lo ha asignado a la Misión Japón Fukuoka”. Regresé al trabajo y anuncié la buena noticia: me iba a Japón.

“¿A qué misión?”.

Podría haber dicho Tokio, podría haber dicho Osaka, pero no podía recordar el nombre de la misión, y cuando lo hice, no sabía cómo pronunciarlo.

Eso me atormentó durante las siguientes semanas al compartir la buena nueva con amigos y familiares. Un amigo de la familia que acababa de regresar de su misión en Japón trató de ayudarme a memorizar un breve testimonio en japonés, pero simplemente no conseguía hacerlo.

Mi entusiasmo por el servicio misional ahora se unía a la ansiedad por aprender el difícil idioma japonés. Mentalmente, el desafío se estaba volviendo muy difícil. Mi ansiedad se estaba convirtiendo en un miedo que me paralizaba, en un compañero constante.

Me pareció que ese temor voló conmigo hasta el campus de la Universidad Brigham Young—Hawái, donde se encontraba el centro de capacitación misional (CCM) para idiomas asiáticos. Mi temor se estaba convirtiendo en un obstáculo y era tan grande que casi me consumía.

Me levantaba a las cuatro de la mañana para tratar de estudiar varias horas antes de la hora habitual de despertarse, las seis de la mañana. El adversario comenzó a utilizar en mí una de sus sofisticadas herramientas: la comparación. Otros estaban aprendiendo japonés y yo me estaba quedando atrás. Me sentí totalmente perdido.

El temor es algo que todos sentimos. Permítanme presentar un par de temores específicos que todos enfrentamos en un grado u otro, y algunos antídotos que pueden ayudarnos: la fe y la esperanza.

1. Temor al rechazo

El temor al rechazo puede ser tan paralizante que nos impida tomar las medidas audaces necesarias para tener éxito. Todos estamos sujetos al miedo relacionado con el rechazo o el fracaso.

Recuerden: esto no los define. Esfuércense por superar esa gravedad natural que provoca el miedo al fracaso o al rechazo, y que les impide seguir adelante para encontrar oportunidades. “No temas, cree solamente” (Marcos 5:36).

2. Temor al matrimonio y la familia

Satanás entiende que la familia es fundamental en el plan de felicidad del Señor. Se está esforzando por sembrar las semillas oscuras del temor en su corazón, cualquier cosa que les impida experimentar la parte más gloriosa y gratificante de la vida terrenal: la brillante santidad y felicidad que provienen de encontrar un compañero eterno y de traer a los hijos del Padre Celestial a este mundo.

Sean considerados y dedicados a la oración. Consulten al Señor y a otras personas en las que confíen y que también tengan una perspectiva del Evangelio, pero no se dejen aconsejar por sus temores.

3. Temor a sobresalir

Así como es importante encontrar puntos en común, es igual de importante compartir las verdades del Evangelio que son exclusivas de la Iglesia de Jesucristo. Me esfuerzo por hacer ambas cosas. Piensen en las verdades singulares de las que podemos testificar:

  • Dios el Padre y Jesucristo se aparecieron a José Smith exactamente como él dijo que lo hicieron.

  • Hay un profeta viviente sobre la tierra en la actualidad.

  • La autoridad del sacerdocio que Cristo utilizó para establecer Su Iglesia en el Nuevo Testamento ha sido restaurada en estos últimos días.

  • Los templos dedicados son la Casa del Señor. En ellos se hacen convenios sagrados y se efectúan ordenanzas sagradas, personales y por representante.

  • El Libro de Mormón es la palabra de Dios.

  • Dios el Padre, Jesucristo y el Espíritu Santo son reales.

  • Jesucristo es nuestro Salvador y Redentor.

El antídoto contra el temor

Permítanme volver al tiempo que pasé en el CCM de Hawái. Recuerdo que después de que pasara casi la mitad de mi tiempo en el CCM, algo cambió. Recuerdo que ajustaba mi tiempo de estudio cada mañana para incluir más tiempo leyendo y estudiando el Libro de Mormón, en lugar de estudiar solo japonés.

Sabía que mi asignación misional era del Señor, así que decidí que me esforzaría al máximo y me pondría en las manos del Señor.

Dejé de preocuparme por lo bien que les iba a los demás. Me fijé metas y empecé a lograrlas.

El temor y la incertidumbre disminuyeron, y dieron paso a la fe y la esperanza. Como consecuencia, el estudio del japonés se convirtió en una pasión con la que disfrutaba mucho. En definitiva, he pasado nueve años de mi vida en Japón, por lo que estoy profundamente agradecido.

Al esforzarnos por seguir adelante con fe y esperanza, habrá fracasos. Van a tener algunos rasguños y moretones. Habrá zonas oscuras en el camino, pero ustedes son hijos e hijas de Dios y, como tales, tienen una fuente divina e inagotable de fortaleza que arde en su interior.

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder […] y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7).

“Sed de buen ánimo, pues, y no temáis, porque yo, el Señor, estoy con vosotros y os ampararé” (Doctrina y Convenios 68:6).

La promesa que el Señor nos hace es cierta: “El que persevere con fe y haga mi voluntad, vencerá”(Doctrina y Convenios 63:20).

Siempre hay esperanza. Permitan que el conocimiento de quiénes son realmente y de quién está de su lado extinga todos sus temores.