Para la Fortaleza de la Juventud
Hallar felicidad al centrarnos en los demás
Para la Fortaleza de la Juventud, junio de 2025


Hallar felicidad al centrarnos en los demás

Confía en el Señor para encontrar gozo para ti mismo y ayuda a los demás a sentirlo también.

A veces, cuando estamos ansiosos o deprimidos, podríamos sentir que no tenemos energía —o ni siquiera el deseo— para tender la mano y servir, pero el Señor puede bendecirnos cuando lo intentamos. A continuación te damos tres ideas.

una joven

1. Mira hacia el Señor y comparte lo que aprendas

Después de que los hijos de Mosíah se convirtieron al Señor, llegaron a ser grandes misioneros, pero no siempre tuvieron éxito. Como era de esperar, se desanimaron, pero el Señor los consoló diciendo: “Sufrid con paciencia vuestras aflicciones, y os daré el éxito” (Alma 26:27).

¿En qué ocasiones te ha consolado el Señor? Comparte tu experiencia con alguien que pueda necesitar aliento.

un joven

2. Adora en el templo de manera intencional

Cuando necesitamos un estímulo emocional, estar en el templo puede ayudarnos a sentir paz. Después de que la tierra se partió y quedó sumergida en la oscuridad tras la Crucifixión de Cristo, los nefitas se congregaron alrededor del templo. Después de Su Resurrección, Jesús se apareció y les ministró (véase 3 Nefi 11:1–15).

Piensa en alguna experiencia especial que hayas tenido en el templo, cerca del templo o al oír hablar sobre el templo. Cada vez que sirves en el templo o haces la obra de historia familiar, estás ministrando tal como Jesús vivió y enseñó. Estás llevando almas más cerca de Él, una por una.

unas jóvenes hacen repostería

3. Utiliza tus talentos para servir

Cuando Jesús se enteró de que habían matado a su primo, Juan el Bautista, “se apartó […] a un lugar desierto y apartado” (Mateo 14:13). Sin embargo, cuando vio a una multitud que lo había seguido, continuó Su ministerio, sanando a los enfermos, e incluso efectuó el milagro de alimentar a miles multiplicando los panes y los peces (véase Mateo 14:14–21).

El Señor nos ha dado dones para que ayudemos a bendecir a los demás (véase Doctrina y Convenios 46:11, 26). Piensa en algo que te guste hacer y conviértelo en un acto de servicio. Podría ser cualquier cosa, desde hornear algo para alguien hasta pasear a su perro.