Biblioteca
Lección 63: Juan 4


Lección 63

Juan 4

Introducción

Mientras viajaba a Galilea, Jesús pasó por Samaria y enseñó a una mujer en un pozo. La mujer testificó a los demás que Jesús era el Cristo. Más tarde, Jesús sanó al hijo de un noble.

Sugerencias para la enseñanza

Juan 4:1–42

Jesús enseña a una mujer de Samaria

Escriba la siguiente pregunta en la pizarra:

¿Cuál es el recurso natural más valioso sobre la Tierra?

Pida a los alumnos que respondan la pregunta que está en la pizarra. Considere mostrar imágenes de recursos naturales, como tierra, hierro, carbón, petróleo, oro o diamantes.

Invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración del élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles:

Imagen
Elder David A. Bednar

“Inicialmente podríamos pensar que el oro, el petróleo o los diamantes tienen el mayor valor, pero de todos los minerales, metales, joyas y disolventes de la tierra, la sustancia más valiosa es el agua” (“Una reserva de agua viva” [Charla Fogonera del SEI para Jóvenes Adultos, 4 de febrero de 2007] , pág. 1 lds.org/broadcasts).

Muestre un vaso transparente lleno de agua.

  • ¿Por qué es tan valiosa el agua limpia? (Tal vez quiera invitar a uno o dos alumnos a compartir una experiencia que los ayudó a apreciar la importancia del agua).

Invite a los alumnos a que averigüen con qué comparó Jesús el agua a medida que estudien Juan 4 .

Para resumir Juan 4:1–3, explique que Jesús salió de Judea y viajó a Galilea.

Pida a un alumno que lea Juan 4:4 en voz alta, y pida a la clase que busque la región por la que Jesús pasó mientras viajaba a Galilea. Pida a los alumnos que den un informe de lo que encuentren.

Invite a los alumnos a localizar Judea, Samaria y Galilea en el cuadro “Un vistazo a la vida terrenal de Jesucristo” (que se encuentra en la lección 5), o invítelos a buscar en Mapas bíblicos, nro. 11, “La Tierra Santa en los tiempos del Nuevo Testamento” para encontrar las tres regiones.

  • ¿Por qué es significativo que Jesús viajara por Samaria en vez de ir alrededor de ella? (Los judíos generalmente viajaban alrededor de Samaria en vez de atravesarla a causa de la hostilidad que existía entre los judíos y los samaritanos [véase James E. Talmage, Jesús el Cristo, 1964, pág. 182]).

Pida a un alumno que lea Juan 4:6–9 en voz alta, e invite a la clase a seguir la lectura en silencio para saber lo que Jesús le pidió a la mujer cuando se detuvo en Samaria.

  • ¿Qué le pidió Jesús a esa mujer?

  • ¿Por qué se sorprendió la mujer cuando Jesús le pidió agua para beber?

Imagen
Jesus and the Samaritan Woman

Muestre la lámina Jesús y la mujer samaritana (Libro de obras de arte del Evangelio, 2009, nro. 36; véase también LDS.org).

Pida a un alumno que lea Juan 4:10–12 en voz alta, e invite a la clase a seguir la lectura en silencio para determinar cuál fue la respuesta que Jesús dio a la mujer.

  • De acuerdo con el versículo 10, ¿qué le ofreció el Salvador a la mujer? (Explique que la frase “el don de Dios” se refiere a Jesús como el Salvador del mundo).

  • Según el versículo 11, ¿qué le preguntó la mujer a Jesús?

Invite a un alumno a leer Juan 4:13–14 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber lo que Jesús dijo acerca del agua que Él ofrecía.

  • ¿Qué dijo Jesús acerca del agua que Él ofrecía?

Invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración del élder David A. Bednar. Pida a la clase que siga la lectura en silencio para averiguar lo que representa el agua viva.

Imagen
Elder David A. Bednar

“El agua viva a la que se refiere este episodio es una representación del Señor Jesucristo y Su evangelio. Y así como el agua es necesaria para sostener la vida física, también el Salvador, Su doctrina, sus principios y ordenanzas son esenciales para la vida eterna. Necesitamos diariamente su agua viva en grandes cantidades para sostener nuestro crecimiento y desarrollo espiritual” (“Una reserva de agua viva”, pág. 1).

  • De acuerdo con el élder Bednar, ¿qué representa el agua viva?

En el vaso de agua que mostró, coloque una etiqueta que diga: El Salvador y Su evangelio.

  • ¿Por qué el agua es un símbolo apropiado del Salvador y Su Evangelio?

  • ¿Cómo resumirían en un principio las palabras del Señor del versículo 14? (Los alumnos pueden usar diferentes palabras pero deben reconocer el siguiente principio: Si venimos a Jesucristo y participamos fervientemente de Su evangelio, entonces podremos recibir la vida eterna).

Pida a un alumno que lea Juan 4:15–18 en voz alta, e invite a la clase a seguir la lectura en silencio para saber lo que la mujer le pidió a Jesús y cómo respondió el Salvador.

Explique que la respuesta de Jesús ayudó a la mujer a comprender su necesidad del agua viva que Él ofreció.

  • De acuerdo con los versículos 17–18, ¿qué reveló Jesús acerca de esa mujer? (Señale que la respuesta de Jesús indicó que Él sabía que esa mujer había tenido dificultades para encontrar relaciones matrimoniales significativas y duraderas, pero al vivir con un hombre que no era su marido, ella no estaba obedeciendo la ley de castidad).

  • ¿Qué pensamientos o sentimientos pudo haber tenido esa mujer cuando Jesús reveló detalles acerca de ella que un extraño común y corriente no podría haber sabido?

  • ¿Cómo pudieron las palabras del Salvador ayudar a que la mujer se diera cuenta de la necesidad que tenía del agua viva que Él ofrecía?

  • ¿Qué verdad podemos aprender acerca del Salvador en esos versículos? (Después de que los alumnos hayan respondido, anote la siguiente verdad en la pizarra: Jesucristo conoce todos nuestros pecados y nos ofrece Su evangelio para ayudarnos a vencerlos).

  • ¿Por qué es importante comprender esa verdad?

Invite a un alumno a leer Juan 4:19–20 en voz alta, y pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber lo que la mujer le dijo a Jesús.

  • ¿Qué dijo la mujer que demostró que su percepción de Jesús estaba cambiando?

Explique que en Samaria hay un monte llamado monte Gerizim. Siglos antes del ministerio mortal del Salvador, los samaritanos construyeron un templo ahí, como lugar de adoración. Sin embargo, a diferencia de los judíos, los samaritanos no tenían la autoridad del sacerdocio para llevar a cabo ordenanzas y rechazaban muchas enseñanzas de los profetas de Dios.

Invite a varios alumnos a turnarse para leer en voz alta Juan 4:21–23, incluyendo la Traducción de José Smith, Juan 4:26 (en Juan 4:24, nota a al pie de página). Pida a la clase que siga la lectura en silencio para saber lo que Jesús enseñó a la mujer acerca de adorar a Dios.

  • ¿Cómo deben adorar al Padre Celestial los verdaderos fieles?

  • De acuerdo con la Traducción de José Smith, ¿qué bendición se recibe al adorar a Dios “en espíritu y en verdad”?

  • ¿Qué principio podemos aprender de esos versículos? (Los alumnos pueden usar diferentes palabras, pero deben reconocer el siguiente principio: Si adoramos al Padre en espíritu y verdad, Él nos bendecirá con Su espíritu).

Invite a un alumno a leer en voz alta la siguiente declaración del élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles. Pida a la clase que busque y marque lo que significa adorar al Padre en espíritu y en verdad.

Imagen
Elder Bruce R. McConkie

“… nuestro propósito es adorar al Dios verdadero y viviente, y hacerlo mediante el poder del Espíritu y de la manera que Él lo ha ordenado. La adoración aprobada por el Dios verdadero lleva a la salvación; la devoción rendida a dioses falsos y que no están fundados en la verdad eterna, no lleva consigo tal seguridad.

“El conocimiento de la verdad es esencial para la verdadera adoración…

“… La adoración verdadera y perfecta consiste en seguir los pasos del Hijo de Dios; consiste en guardar los mandamientos y obedecer la voluntad del Padre hasta que avancemos, de gracia en gracia, hasta ser glorificados en Cristo como Él es en Su Padre. Es mucho más que la oración, el sermón y el himno; es vivir, hacer y obedecer; es emular la vida del Gran Ejemplo [Jesucristo]” (véase “Cómo adorar”, Liahona, octubre de 1972, págs. 32–33).

  • De acuerdo con el élder McConkie, ¿qué significa adorar a Dios en espíritu y en verdad?

  • ¿Cuándo han sido bendecidos al procurar adorar al Padre en espíritu y en verdad?

Invite a los alumnos a pensar qué pueden hacer para adorar mejor al Padre en espíritu y en verdad.

  • Pida a un alumno que lea Juan 4:25–26 en voz alta, e invite a la clase a seguir la lectura en silencio para averiguar lo que Jesús reveló acerca de Sí mismo a la mujer.

  • ¿Qué reveló Jesús acerca de Sí mismo a la mujer?

Invite a un alumno a leer Juan 4:27–30 en voz alta, y pida a la clase que preste atención a lo que la mujer hizo después de hablar con el Salvador.

  • ¿Qué hizo la mujer después de hablar con el Salvador?

  • ¿Qué dijo ella que indicaba que había obtenido un testimonio de Jesucristo?

  • ¿Qué verdad podemos aprender de ese relato acerca de lo que ocurrirá a medida que obtengamos un testimonio de Jesucristo? (Los alumnos pueden usar diferentes palabras, pero deben reconocer la siguiente verdad: Conforme obtenemos un testimonio de Jesucristo, nos llenamos con un deseo de compartirlo con los demás).

Para resumir los versículos 31–37, explique que los discípulos de Jesús regresaron con alimentos. Cuando le pidieron a Él que comiera, les enseñó que no se sostenía por comer sino al llevar a cabo la voluntad de Su Padre. Después los invitó a ver que las oportunidades para predicar el Evangelio eran abundantes.

Invite a un alumno a leer Juan 4:39–42 en voz alta, y pida a la clase que busque el impacto que tuvo el testimonio de la mujer en la gente de su ciudad.

  • ¿Qué impacto tuvo el testimonio de la mujer en la gente de su ciudad?

  • Según el versículo 42, ¿qué le dijo la gente a la mujer?

Testifique que a medida que llegamos a conocer al Salvador y participamos de Su agua viva, estaremos llenos del deseo de compartir nuestro testimonio de Él con los demás.

Juan 4:43–54

Jesús sana al hijo de un noble

Para resumir Juan 4:43–45, explique que después de que Jesús enseñó a la mujer en Samaria, Él entró en Galilea, donde la gente lo recibió.

Proporcione a los alumnos copias del siguiente volante. Invítelos a leer Juan 4:46–54 en silencio y a responder las preguntas que figuran en el volante.

Imagen
handout, John 4

Juan 4:46–54

Nuevo Testamento: Manual del maestro de seminario—Lección 63

  1. ¿Con quién se encontró Jesús y qué bendiciones procuró él del Salvador?

  2. Basándose en lo que Jesús dijo, ¿por qué se demoró Él en otorgar las bendiciones que ese hombre buscaba?

  3. ¿Cómo demostró ese hombre que no necesitaba una señal para creer?

  4. Según los versículos 51–53, ¿cómo se confirmó la creencia de ese hombre en Jesucristo?

  5. ¿Qué principio podemos aprender de la experiencia de ese hombre?

Después de darles tiempo suficiente, invite a los alumnos a compartir sus respuestas. A medida que den a conocer los principios que aprendieron de la experiencia del noble, ayúdelos a reconocer la siguiente verdad: Al creer en Jesucristo sin necesidad de señales, el Señor confirmará nuestra creencia.

  • ¿Por qué es importante creer en Jesucristo sin necesidad de señales?

  • ¿Cuáles son algunas maneras en las que el Señor confirma nuestra creencia a medida que ejercemos fe en Él?

Para concluir, testifique que al buscar al Señor con fe, Él nos bendecirá con evidencia para sostener nuestras creencias.

Comentarios e información de contexto

Juan 4:4. “Y era menester que pasase por Samaria”

El élder James E. Talmage, del Cuórum de los Doce Apóstoles, proporcionó conocimiento en cuanto a por qué era importante que Jesús pasara por Samaria: “El camino más directo, para ir de Judea a Galilea, pasaba por Samaria; pero muchos judíos, particularmente los galileos, preferían tomar una ruta indirecta, aunque más larga, más bien que atravesar el país de un pueblo tan aborrecido para ellos como lo eran los samaritanos. Hacía siglos que el rencor entre judíos y samaritanos se había estado desarrollando, y en la época del ministerio terrenal de nuestro Señor se había convertido en un odio sumamente intenso” (Jesús el Cristo, 1964, pág. 182).

Juan 4:10–14. El Salvador ofrece agua viva

El élder Joseph B. Wirthlin, del Cuórum de los Doce Apóstoles, citó las palabras del Salvador en Juan 4:14 y enseñó que beber “en abundancia del agua viva” nos traerá gran felicidad. Después preguntó:

“¿Desean participar de esa agua viva y experimentar esa divina fuente de agua dentro de ustedes que salte para vida eterna?

“Entonces, no tengan temor y crean con todo el corazón. Cultiven la fe inquebrantable en el Hijo de Dios y hagan llegar el corazón a Dios en ferviente oración. Llénense la mente de conocimiento de Él. Abandonen sus debilidades. Vivan en santidad y en armonía con los mandamientos” (“La vida abundante”, Liahona, mayo de 2006, pág. 100).

Juan 4:10–14. Las Escrituras son una manera de participar del agua viva de Cristo

El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó que una manera en la que podemos participar del agua viva de Cristo es estudiar las Escrituras:

“Las Escrituras contienen las palabras de Cristo y son una reserva de agua viva a la que tenemos fácil acceso y de la que podemos beber profundamente. Debemos acudir a Cristo y venir a Él, quien es ‘la fuente de aguas vivas’ (1 Nefi 11:25; compárese con Éter 8:26; 12:28), al leer (véase Mosíah 1:5), estudiar (véase D. y C. 26:1), escudriñar (véanse Juan 5:39; Alma 17:2) y deleitarnos (véase 2 Nefi 32:3) en las palabras de Cristo que se hallan en las Santas Escrituras. Al hacerlo, podemos recibir guía y protección espiritual durante nuestra jornada mortal” (véase “Una reserva de agua viva” [Charla Fogonera del SEI para Jóvenes Adultos, 4 de febrero de 2007], pág. 1 lds.org/broadcasts).

Juan 4:46–54. Jesús sana al hijo de un noble

El élder Bruce R. McConkie, del Cuórum de los Doce Apóstoles, recalcó la importancia de ese milagro:

“Ese es el primer milagro de sanación que se describe a detalle en los Evangelios. Aquellos que se efectuaron en la celebración de la Pascua y por toda Judea no se describen ni se explican. Ese milagro —el segundo que tuvo lugar en Caná— añade una nueva dimensión al ministerio sanador de Jesús que hasta este punto no habíamos visto. De hecho, es un milagro dual: uno que sanó el cuerpo de un hijo ausente, y otro que curó la incredulidad y plantó fe en el corazón del padre presente” (The Mortal Messiah: 4 tomos, 1979–1981, tomo II, pág.12).