2015
Esta obra maravillosa
Enero de 2015


Esta obra maravillosa

Imagen
Official portrait of David L. Beck (president), Larry M. Gibson (first counselor), and Randall L. RIdd (second counselor) of the Young Men general presidency, 2013.

Cuando escuchan la palabra embarcarse, ¿en qué piensan? ¿Un barco que zarpa? ¿Unirse a una gran causa? ¿El comienzo de un viaje?

Cuando se “[embarcan] en el servicio de Dios” comienzan la travesía más extraordinaria del mundo; ayudan a Dios a apresurar Su obra; y es una experiencia grandiosa, gozosa y maravillosa.

No se fíen sólo de nuestra palabra. El año pasado, en una pequeña comunidad de Utah, EE.UU., los jóvenes de un quórum de maestros fueron al sitio de actividades para la juventud en internet (lds.org/youth/activities) a fin de buscar ideas para una actividad. Les llamó la atención una en particular: “Siete días de servicio”.

Esos jóvenes decidieron hacer algo aún más grande: prestarían servicio todos los días durante una semana a cualquier miembro del barrio que lo solicitara. Cuando se anotaron diecinueve familias, los jóvenes estaban un poco sorprendidos, y quizás un poco abrumados. ¿Cómo prestarían tanto servicio en tan poco tiempo? Pero, se habían comprometido, así que decidieron prestar servicio a todas las familias.

En una semana, prestaron más de 250 horas de servicio combinadas, realizando proyectos como mover rocas, excavar para construir un arenero de juegos para niños, limpiar alcantarillas y apilar leña. Y eso también cambió a los jóvenes.

Se quedaron maravillados de la fuerza que sentían y las bendiciones que recibieron. Dijeron que se habían sentido unidos como quórum y que recibieron ayuda divina para completar sus tareas escolares y otras responsabilidades. Ahora, cuando los miembros del barrio necesitan un servicio, el quórum de maestros responde con entusiasmo. No sólo sirvieron esa semana; tratan de prestar servicio todos los días.

Prestar servicio y edificar el reino de Dios es realmente una obra maravillosa; hizo felices a esos hombres jóvenes y los hará felices a ustedes a medida que levanten el ánimo de otras personas y vean sus vidas cambiar mediante el empeño sincero y honrado. Como lo indica la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes en la página 48, es un privilegio servir a Dios.

Embárquense ahora mismo en el servicio a Dios “con todo [el] corazón, alma, mente y fuerza” (D. y C. 4:2). ¡Queremos saber acerca de sus experiencias al prestar servicio! Hagan videos o saquen fotos del servicio que presten, súbanlos a las redes sociales, compártanlos con su familia y sus amigos, y mándenlos por correo a liahona@ldschurch.org. También pueden escribir sobre sus experiencias en el sitio web de actividades para la juventud. Inviten a otros jóvenes a participar de esta obra maravillosa y veamos cuánto podemos cambiar al mundo.