El restablecimiento sobre la tierra, por parte de Dios, de las verdades y las ordenanzas de Su Evangelio. El evangelio de Jesucristo fue retirado de la tierra como consecuencia de la apostasía que tuvo lugar después del ministerio terrenal de los Apóstoles de Cristo. Esa apostasía hizo necesario que se restaurara el Evangelio. Mediante visiones, la ministración de ángeles y revelaciones a los hombres sobre la tierra, Dios restauró el Evangelio. La Restauración comenzó con el profeta José Smith (JS—H 1; DyC 128:20–21) y ha continuado hasta el presente mediante la obra de los profetas vivientes del Señor.