Ocurre cuando el Espíritu del Señor efectúa un gran cambio en el corazón de una persona, de manera que ya no tiene más deseos de obrar mal, sino de seguir las vías de Dios.
Los que creyeron en el nombre de Cristo no fueron engendrados de sangre, sino de Dios, Juan 1:12–13 .
El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios, Juan 3:3–7 .
Podemos renacer por la palabra de Dios, 1 Pe. 1:3–23 .
Todo aquel que es nacido de Dios, no persevera en el pecado, TJS, 1 Juan 3:9 .
Todo lo que es nacido de Dios vence al mundo, 1 Juan 5:4 .
Los que nacen de Cristo conciertan un convenio con Dios, Mos. 3:19 ; 5:2–7 .
Todo el género humano debe nacer otra vez; sí, nacer de Dios, Mos. 27:25–26 (Alma 5:49 ).
¿Habéis nacido espiritualmente de Dios? Alma 5:12–19 .
Si no nacéis otra vez, no podéis heredar el reino de los cielos, Alma 7:14 .