2022
Alcanzar tu potencial por medio de la formación académica
Febrero de 2022


Jóvenes adultos

Alcanzar tu potencial por medio de la formación académica

Una joven adulta de Papúa Nueva Guinea demuestra cómo el procurar oportunidades de aprender nos ayuda a alcanzar nuestro potencial.

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smiling young adult woman standing in front of books

Ilustración por Julia Yellow

¿Sabes qué quieres llegar a ser? ¿Sabes qué es lo que te ayudará a alcanzar ese objetivo? El élder Joseph W. Sitati, de los Setenta, enseñó: “Si logran adquirir una visión clara de lo que pueden llegar a ser, el Señor les proveerá las vías”1.

La educación académica ayuda a Christina Augerea, de Hula, Papúa Nueva Guinea, a alcanzar sus metas. Desde que era pequeña, le ha encantado leer y ha tenido la meta de asistir a la universidad. Su amor por la lectura es lo que la condujo a la Iglesia.

“Cuando me hallaba en quinto grado, no teníamos libros en mi escuela”, dice. “Mi maestra era miembro de la Iglesia; no tenía otros libros, de modo que nos dio el Libro de Mormón”.

Años después, Christina sirvió en una misión en Filipinas, y luego comenzó a asistir a la Universidad Brigham Young–Hawái, donde cursa una carrera en la Facultad de Derecho con dos especializaciones principales en Ciencias Políticas y Administración de Empresas, respectivamente, y una especialización secundaria en idioma mandarín.

La historia de Christina volvió al punto de partida tras la pandemia del COVID-19, que la obligó a regresar a casa. Un día, mientras visitaba su aldea, se enteró de que la biblioteca de su escuela primaria estaba infestada de termitas. Con la ayuda de organizaciones locales y de la Iglesia, Christina supervisó la construcción de una biblioteca nueva y de la instalación de sistemas en ella que la mantendrán en funcionamiento durante muchos años.

Aunque es muy feliz por haber podido ayudar a su comunidad, Christina explica que necesitó mucha fe y esfuerzo para llegar al punto en el que se halla ahora. “Sé cómo es no poseer nada y, a pesar de ello, querer estudiar”, dice. Gracias a todas sus vivencias, ha aprendido mucho sobre el valor y el propósito de la educación académica.

Más que tan solo calificaciones

Nuestros líderes de la Iglesia con frecuencia enseñan que es importante procurar cualquier grado de formación que podamos obtener. “El Señor y Su Iglesia siempre han alentado la educación académica para que aumentemos nuestra capacidad de servirle a Él y a los hijos de nuestro Padre Celestial”, enseñó el presidente Henry B. Eyring, Segundo Consejero de la Primera Presidencia2.

No obstante, como dice Christina, la formación es más que simplemente sentarse en el aula. “Uno de mis profesores nos dijo que aprender no se trata solamente de obtener calificaciones, un diploma o, con el tiempo, un empleo. Se trata de comprender conceptos”. Y para que la formación académica en verdad marque una diferencia en nuestra vida, lo que aprendamos debe convertirse en parte de nosotros. “Te tiene que gustar aprender”, agrega Christina.

Existen muchas formas en que podemos instruirnos. “No aprendemos en la escuela solamente”, dice Christina. “También aprendemos en la Iglesia; aprendemos en casa; podemos aprender en todas partes”. Al aprovechar las oportunidades de ensanchar nuestro conocimiento, llegamos a ser más instruidos y el proceso de aprendizaje empieza a ocupar un lugar más preponderante en nuestra vida.

La formación académica nos ayuda a servir

Christina testifica que el conocimiento es clave para ayudar a cada uno de nosotros a “prepararse para comparecer ante Dios” (Alma 34:32). “Podemos progresar y alcanzar nuestro potencial por medio del aprendizaje”, dice. Conforme procuramos conocimiento con humildad, nos volvemos más semejantes a nuestro Padre Celestial y a Jesucristo, y nos preparamos para vivir con Ellos de nuevo.

La educación académica da rienda suelta a nuestro potencial individual y también aumenta nuestra capacidad de servir a los demás. El presidente Nelson dijo: “La educación es la diferencia que existe entre desear poder ayudar a otras personas y el ser capaces de ayudarlas”3.

Esa es una de las bendiciones más grandes que Christina ha recibido mediante la formación académica. “La formación me da la confianza de saber que puedo enseñar conocimientos prácticos a otras personas”, dice. “Incluso el enseñar en la Iglesia es una gran responsabilidad, así que el tener confianza para enseñar a las mujeres jóvenes o a los jóvenes en general es grandioso”.

Dios nos ayudará

El procurar formación académica requiere perseverancia y fortaleza, pero es posible. Al principio, Christina no sabía cómo lograría sus metas. “No sabía cómo conseguiría el dinero”, dice; no obstante, descubrió que cuando confiamos en Dios y buscamos Su ayuda, Él nos ayuda a lograr lo que necesita que hagamos.

“Más allá de todos mis sueños y mis planes, hay dos cosas que siempre pedía al Padre Celestial: que me enseñara lo que podía hacer y cómo podía hacerlo; y jamás me abandonó; Él sabía que existía algo mejor para mí y me guio hacia ello. Durante todo aquel tiempo supe que el Padre Celestial estaba conmigo y que todavía lo hace”.

Y, a medida que procuramos la ayuda del Padre Celestial, Él nos bendecirá con oportunidades de recibir más instrucción y conocimiento.

Christina sabe que vale la pena el esfuerzo de recibir instrucción académica. “A quienes piensen que no pueden lograrlo, les diría que recuerden el enorme potencial que Dios nos ha dado; nosotros podemos dar rienda suelta a dicho potencial si creemos que Él nos lo ha dado”.

Notas

  1. Joseph W. Sitati, en “Education for a Better Life”, ChurchofJesusChrist.org/topics/pef-self-reliance/live.

  2. Henry B. Eyring, “Education for Real Life”, Ensign, octubre de 2002, pág. 17.

  3. Russell M. Nelson, “Juventud bendita: ¿qué es lo que escogerán?” (devocional del Sistema Educativo de la Iglesia para los jóvenes adultos, 6 de septiembre de 2013); broadcasts ChurchofJesusChrist.org.