2022
La ministración me trajo de regreso
Febrero de 2022


Solo en formato digital: Retratos de Fe

La ministración me trajo de regreso

Regresar a la Iglesia me dio paz y me mostró lo que es verdaderamente importante en la vida.

Imagen
una familia junta, leyendo las Escrituras

Fotografía por Leslie Nilsson

Mi maestro orientador, Val Riggs, fue nuestro obispo y luego nuestro presidente de estaca. Dirigía el Instituto de Religión local. Estaba listo para jubilarse y regresar a su casa en Utah, EE. UU., pero me dijo que no se iría hasta que me casara en el templo.

“Bueno, se quedará para siempre”, le dije. “No sé si eso sucederá algún día”.

“Oh, sí, sucederá”, me respondió.

Él tenía fe en mí y nunca se dio por vencido conmigo. Incluso me llamaba mientras estaba trabajando; yo le decía: “Presidente, ¡ahora estoy en el aire en la radio!”. Y él respondía: “Mi esposa está haciendo galletas, ¡pasaremos a verla esta noche!”.

Se quedó en Baton Rouge durante mi regreso a la Iglesia y veló por mi progreso espiritual. Cuando llegó la recesión en 2008, él fue la primera persona a la que llamé.

“Presidente Riggs”, le dije, “¡perdí mi trabajo en la emisora de radio!”.

“¡Genial!”, respondió.

“¿Genial?”, respondí yo.

“Estará bien”, me dijo.

Cuando llamé a mi maestra visitante, ella también dijo: “¡Genial!”.

¿Por qué estaban entusiasmados de que hubiera perdido mi trabajo? Porque cada vez que hablaban conmigo oían mi lucha: tenía un pie en la Iglesia y otro en el mundo. Perder el trabajo se convirtió en una gran bendición; me ayudó a poner los dos pies en la Iglesia.

Había estado inactiva, había estado en una relación de maltrato, y lo tuve muy difícil cuando era joven. Estaba orando por mi vida y tratando de avanzar.

La gente me decía: “Conoces celebridades, viajas, haces esto, haces lo otro”, pero aquello no era paz; no era éxito.

La paz del Salvador es como ninguna otra. Regresar a la Iglesia es lo que me dio paz, casarme en el templo es tener éxito, tener una familia eterna es vida.

El plan del Señor

Cuando el Señor tiene un plan, Él lo tiene, aunque ese quizás no sea tu plan. Después de perder mi trabajo, se me empezaron a abrir los ojos y las cosas cambiaron para mí. El presidente Riggs se quedó y veló por mi progreso. Mi testimonio de la ministración es muy fuerte. Es importante no darse por vencido con alguien; la ministración es lo que me trajo de regreso.

Conocí a mi esposo, Dustin, en un evento de Gladys Knight en el que ella vino con su coro. Él y sus padres fueron los mejores ejemplos para mí. Me ayudaron a obtener un mejor testimonio y mi suegra me ayudó a forjarme para llegar a ser la persona que soy hoy en día. Ella y mi mamá son mis fuentes de fortaleza. El presidente Riggs tenía razón: mi matrimonio en el templo ocurrió; fue en 2009, en el Templo de Baton Rouge, Luisiana.

Hoy dirijo mi propia organización sin fines de lucro para jovencitas. Solía ser presidenta de las Mujeres Jóvenes, y traje las herramientas, la estructura y todo lo que aprendemos en la Iglesia a mi organización. Permito que el Señor dirija y guíe.

Las jóvenes de mi organización me recuerdan a mí cuando era joven: solo tratan de encontrar el camino en la vida. Son inteligentes, talentosas y un poco toscas. Me siento totalmente identificada con ellas, entiendo lo que dicen, tal vez por eso trabajaba en la industria del hip-hop.

Cada año tenemos una de las conferencias de la juventud más grandes de nuestra zona para las jovencitas. Traemos oradores y utilizo mis contactos para traer celebridades. Asisten más de 800 jóvenes, tenemos lecciones inspiradoras y damos a las jóvenes amor y guía para que tomen decisiones responsables.

Trato de guiarlas con un amor semejante al de Cristo. Conozco sus dificultades. Reímos y lloramos juntas, y servimos a la comunidad juntas. Comparto relatos de mi vida.

“No cometan los errores que yo cometí”, les digo. “Sé por lo que están pasando, pero con fe, oración, amor y guía espiritual, pueden vencer al mundo”.