2020
La importancia de la dignidad ante un llamado inesperado
Julio de 2020


Páginas Locales

La importancia de la dignidad ante un llamado inesperado

A menudo he pensado en las significativas ocasiones y oportunidades en las que se me ha pedido hacer algo de forma inesperada en cuanto a las cosas que requieren de dignidad personal, ya sea hacer una ordenanza vicaria, oficiar un bautismo de vivos, dar una bendición de salud o servir en algún llamamiento de mucha responsabilidad.

Pero de lo que deseo testificar en esta oportunidad es sobre la importancia de ser bendecidos al guardar los mandamientos del Señor para responder un “SÍ” ante algún llamado inesperado.

En junio de 2019 fui a pasar entrevista en la estaca por un asunto sobre una misión de servicio que deseaba prestar para mi estaca. Ese día, para mi sorpresa, después de conversar algunas palabras con mi presidente de estaca, recuerdo que me dijo lo siguiente, algo que marcó en mí: “Luis Fernando, siento que debo invitarte a cumplir un llamamiento muy diferente por el cual tú has venido hoy”. A mí me tomó por sorpresa y continuó diciendo: “Luis Fernando, siento que debes servir como obrero del templo, y no solo que seas un voluntario, sino que sirvas como un obrero de las ordenanzas en la Casa del Señor en Su santo templo aquí en Trujillo”.

Recuerdo ver pasar mi vida en ese instante y lo inexperto que me podía sentir en ese momento para la condición de tan noble llamamiento. Reconocía que habría que sacrificar tiempo, pasajes y algunas otras actividades personales, pero respondí lleno de gozo en mi corazón con un “SÍ, acepto y deseo servir en esta obra”.

Recuerdo que para tales fechas yo había ahorrado dinero para una convención JAS a la que deseaba ir, pero mi amor a Dios y a Su obra requirieron ciertos sacrificios, para lo cual usé ese dinero ahorrado de la convención para comprar mi ropa de obrero, ya que convenciones JAS hay muchas, pero ocasiones de hacer algo santo por el Señor a veces solo se presentan de manera única en la vida. Cada momento es único, maravilloso y especial desde mi estadía como obrero en el Templo de Trujillo en Perú. Muchas experiencias sagradas y personales quedan conmigo para siempre; cada oportunidad de ir al Templo es muy diferente y única.

Puedo testificar de la cierta promesa del Señor de que, si estamos preparados, podremos sentir, oír o hasta verlo caminar en Su santa casa. Él vive, Él es real, Él pagó el precio más alto de nuestra Salvación con Su expiación al poder arrepentirnos de nuestros pecados y hacer convenios sagrados con Él y solo para que nosotros podamos regresar nuevamente con nuestro Padre Celestial.

Lo invito a que también pueda disfrutar de las más sublimes y elevadas experiencias que se viven en la Casa del Señor. No necesita ser perfecto, solo necesita ser digno de tan bellas experiencias. Sé que el templo es un lugar de instrucción donde podemos recordar siempre la frase: “Santidad al Señor, La Casa del Señor”. Confío plenamente en que Él está preparando todo para Su regreso a la tierra en Su segunda venida.