2007
Un libro excepcional, una respuesta excepcional
Octubre de 2007


Un libro excepcional, una respuesta excepcional

Cuando me preparaba para ser bautizado y confirmado miembro de la Iglesia, estaba muy preocupado pensando si habría elegido el camino correcto. Los misioneros de nuestra rama de Gyumri, Armenia, se dieron cuenta de que tenía dudas acerca del Libro de Mormón y de unirme a la Iglesia, por lo que me invitaron para ir con ellos mientras enseñaban algunas de las charlas misionales.

Al llegar a la primera casa, el élder Perrin preguntó a Anichka si había leído los capítulos que le habían asignado, y ella respondió que no, que se le había olvidado; así que leímos juntos 2 Nefi 29–33. Mientras leíamos en el capítulo 29, estudiamos las profecías sobre el Libro de Mormón y el rechazo de los gentiles en los últimos días, diciendo: “¡Una Biblia! ¡Una Biblia! ¡Tenemos una Biblia, y no puede haber más Biblia!” (vers. 3). Aquel capítulo causó en mí una impresión que me dejó pensando durante toda la lección.

Después fuimos a otra casa; mientras estábamos leyendo en el Libro de Mormón, el padre de la mujer a la que enseñábamos preguntó: “¿Qué libro es ése?”.

Le expliqué que se trataba del Libro de Mormón: Otro testamento de Jesucristo; al oírlo, se enojó y dijo: “Ya tenemos una Biblia y no puede haber otra”.

Eso me hizo recordar el capítulo que habíamos leído con Anichka hacía apenas diez minutos.

El élder Perrin habló, diciendo: “Ustedes tienen una Biblia, que es del antiguo pueblo del convenio de Dios”. Luego continuó: “Dios creó a todos los seres humanos y revela Sus palabras a Sus hijos, que quiere decir a todas las personas de esta tierra. Aun cuando ustedes tienen una Biblia, ¿no creen que Dios daría Su palabra a otras personas también?”.Y siguió hablando de esa manera y explicando el origen del Libro de Mormón.

Me sentí asombrado por lo que acababa de suceder. Me pareció que no podría haber un testimonio más fuerte para resolver mis dudas acerca del Libro de Mormón que el hecho de ver cumplirse sus profecías.

Ahora puedo decir con sinceridad de corazón que el Libro de Mormón es el más verídico de todos los libros. Sé que Dios nos ama a todos y que no nos olvidará. Me he dado cuenta una y otra vez de que el Libro de Mormón es, ciertamente, una posesión excepcional.