Para la Fortaleza de la Juventud
Tesoros escondidos
Para la Fortaleza de la Juventud, agosto de 2025


Ven, sígueme

Doctrina y Convenios 84; 87; 93

Tesoros escondidos

Mira la riqueza de conocimiento que puedes encontrar si profundizas en las Escrituras.

iglesia con engranajes dentro y personas en los engranajes

Ilustración por Tim Bradford

La Iglesia necesita la contribución de todos

Doctrina y Convenios 84

Si la Iglesia fuera una máquina, sería enorme y con muchas partes; algunas serían más visibles y parecerían más “importantes” que otras, pero incluso los pequeños engranajes y tornillos ocultos tendrían una función.

El Señor dijo: “Por tanto, ocupe cada hombre su propio oficio, y trabaje en su propio llamamiento; y no diga la cabeza a los pies que no tiene necesidad de ellos; porque sin los pies, ¿cómo podrá sostenerse el cuerpo? También el cuerpo tiene necesidad de cada miembro, para que todos se edifiquen juntamente, para que el sistema se conserve perfecto” (Doctrina y Convenios 84:109–110).

Nuestros barrios y ramas necesitan personas que sean buenas oradoras, así como personas que sepan escuchar. Necesitamos obispos y presidentas de la Sociedad de Socorro, así como secretarios de la Escuela Dominical y líderes de guardería. Necesitamos personas tranquilas, personas audaces, personas divertidas, personas taciturnas; introvertidos, extrovertidos, ingenieros, artistas… La Iglesia necesita los diferentes talentos y fortalezas de todos.

No importa cuán “prestigioso” sea el trabajo; cada responsabilidad en la Iglesia es importante para el Señor.

equipo deportivo

¿Dónde están los “lugares santos” en los que debemos permanecer?

Doctrina y Convenios 87

Cuando el Señor reveló que “se derramar[ía] la guerra sobre todas las naciones” (Doctrina y Convenios 87:3), también dijo a los santos lo que debían hacer al respecto:

“Permaneced en lugares santos y no seáis movidos” (Doctrina y Convenios 87:8).

¿Cuáles son los “lugares santos”? Los templos, por supuesto (si asistimos dignamente). Lo mismo se aplica a las capillas. Nuestros líderes también nos han dicho que hagamos de nuestros hogares un lugar santo. Lo hacemos al mostrar amor y armonía en el hogar, al estudiar el Evangelio y al invitar al Espíritu.

Sin embargo, el Señor no quiere que nos escondamos en nuestros hogares, capillas y templos todo el tiempo. Él quiere que salgamos al mundo para difundir gozo y servir a los demás.

Es por eso por lo que tenemos el Espíritu Santo: casi cualquier lugar puede ser un “lugar santo” si el Espíritu puede morar allí.

Eso incluye los salones de clase, campos de juego, oficinas, automóviles, salas de espera y gimnasios; cualquier lugar al que vayas puede ser un lugar de inspiración si eres humilde, fiel y sincero.

Por supuesto, debemos ser prudentes y no buscar entornos negativos o peligrosos, pero el mensaje central del Señor es que no tenemos que preocuparnos demasiado por los desastres de los últimos días; podemos ocuparnos de nuestros asuntos (la escuela, el trabajo, la recreación, la vida) y aun así estar protegidos si seguimos la guía del Espíritu.

Un poco más de amor mejora el momento de reprender

Doctrina y Convenios 93

¿Alguna vez has tenido que regañar a alguien a quien amabas? ¡Es difícil! Como con la mayoría de las cosas, podemos fijarnos en el ejemplo del Salvador. El Señor reprende bastante en Doctrina y Convenios, pero siempre con amor.

Por ejemplo, tenemos la sección 93: José Smith, Frederick G. Williams y Sidney Rigdon necesitaban ser corregidos en algunas cosas. El Señor se dirige a ellos como “siervos” (versículos 41, 44, y 45), pero luego aclara: “En otras palabras, os llamaré amigos, porque sois mis amigos, y tendréis una herencia conmigo” (versículo 45). Más adelante, el Salvador llama a todo el grupo Sus “amigos” (en el versículo 51).

¿Por qué es importante esto? Bueno, duele ser reprendido, ¿verdad? El Señor muestra mayor amor al recordarle a José y a los demás que, a pesar de sus errores y debilidades, ellos son, después de todo, Sus amigos.

¡Sus amigos! ¡Personas que le agradan y con las que desea estar! Él también siente lo mismo por ti; todos somos Sus amigos.