Al grano
¿Hay cosas por las que no debería orar?
Jeffrey R. Holland, Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, ha dicho: “Si ‘no p[edimos] impropiamente’, no hay límites en cuanto a cuándo, dónde ni sobre qué debemos orar”. Pero ¿qué significa “pedir impropiamente”?
Santiago nos da una pista: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestras concupiscencias” (Santiago 4:3; cursiva agregada). Por lo tanto, tiene menos que ver con qué pedimos y más con el porqué. Si oramos con sentimientos puramente egoístas, es posible que estemos pidiendo impropiamente.
Podemos compartir nuestros sentimientos con nuestro Padre Celestial, incluso nuestros sentimientos de frustración y tristeza. Debemos pedir Su ayuda y, cuando cometamos errores, debemos arrepentirnos. Debemos esforzarnos por ser obedientes y fieles, y procurar la voluntad del Señor en vez de la nuestra. Entonces, cuando oremos, no hay límites en cuanto a sobre qué debemos orar.
Podemos hacer preguntas que ya han sido contestadas y Dios puede guiarnos con amor a las respuestas que ya se han dado. También podemos hacer preguntas que Dios nunca ha contestado y es posible que Él siga sin responder. La clave es procurar Su voluntad y confiar en que Él sabe más que nosotros.