“Recordatorio para ser puros”, Para la Fortaleza de la Juventud, abril de 2022.
Firmes cimientos
Recordatorio para ser puros
Ilustración por Corey Egbert
La mayoría de las personas de mi escuela no tiene las mismas normas que yo, y eso, a veces, puede ser muy difícil. Muchos de mis amigos usan un lenguaje grosero y se visten de manera inmodesta. Hubo ocasiones en las que hice lo mismo que ellos y tomé decisiones de las que no estoy orgullosa.
Entonces, en Navidad, mi madre me regaló lo que ella llamó un anillo de pureza. Me dijo que el anillo podía ayudarme a recordar que debía seguir al Salvador y ser pura en mis pensamientos y acciones. Me puse el anillo y decidí que iba a cambiar. Empecé a tener más cuidado con las palabras que decía y con mi forma de vestir. Leía las Escrituras, iba a Seminario con más frecuencia y me esforzaba aún más por ser un ejemplo para mis amigos.
A veces, las personas de la escuela me preguntaban acerca de mi anillo. Al principio me sentía un poco infantil al explicarlo, pero he comenzado a sentirme segura cuanto más hablo de mis normas. Nunca me he quitado el anillo y me aseguro de que la gente sepa que lo tengo. Más de mis amigos han comenzado a fijarse en mi ejemplo porque se han dado cuenta de cómo he cambiado.
El mirar mi pequeño anillo me ayuda a volver al sendero estrecho y angosto, a recordar al Salvador y a llegar a ser una persona de la que puedo estar orgullosa. Sé que el Señor estará con nosotros y podremos sentir Su presencia al vivir el Evangelio, cumplir nuestras normas y esforzarnos por ser más puros cada día.
Jessie L., Misuri, EE. UU.