2022
7 maneras en que el Señor puede librarte
Abril de 2022


“7 maneras en que el Señor puede librarte”, Para la Fortaleza de la Juventud, abril de 2022.

Ven, sígueme

Éxodo 7–20

7 maneras en que el Señor puede librarte

Conoce siete de las muchas maneras en que el Señor puede librarnos de nuestros desafíos diarios.

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una joven

Cuando te enfrentas a un desafío que no parece tener solución, ¿qué haces?

Cuando los israelitas de la antigüedad estaban en Egipto, se enfrentaron a enormes dificultades. Eran esclavos, eran obligados a trabajar arduamente; no tenían la esperanza de una vida mejor. ¿Y qué es lo que hicieron? Clamaron a Dios pidiendo ayuda (véase Éxodo 2:23).

Y el Señor respondió. Recordó a Su pueblo del convenio y envió a Moisés para ayudar a liberarlos. Por medio de Moisés, el Señor les dio señales e hizo prodigios, plagas y milagros. Faraón endureció su corazón durante mucho tiempo, pero, después de terribles plagas, finalmente dejó ir a los israelitas (véase Éxodo 2–12).

Sin embargo, aun después de haber sido liberados, los problemas de los israelitas no habían terminado. Se enfrentaron a una prueba tras otra, a un problema tras otro.

A lo largo de todo aquello, el Señor trató, una y otra vez, de enseñar una sencilla lección: Si confías en Él, Él te librará.

Diferentes tipos de liberación

El Señor tiene el poder para librarnos de los desafíos y los problemas que enfrentamos, pero Él tiene muchas maneras diferentes de librarnos, y a veces quizás no sean lo que esperamos. Podemos aprender de las Escrituras cuáles son algunos de esos diferentes tipos de liberación.

Aquí mencionamos siete maneras diferentes en que el Señor libró a Moisés y a su pueblo, y cómo Él puede librarte.

1
Ablandar tu corazón

Quizás no fue fácil para los israelitas creer que Moisés había sido enviado por el Señor, pero para aquellos que ejercieron la fe, el Señor pudo ablandar sus corazones para recibir el mensaje de Moisés (esto es muy similar a lo que Él hizo por Nefi para que creyera en las palabras de su padre [véase 1 Nefi 2:16]).

Es posible que a veces te resulte difícil creer, comprender o aceptar algo que los siervos del Señor han dicho; pero si eres humilde y sincero, el Señor puede librarte de la confusión, la amargura y la frustración ablandando tu corazón.

2
Ablandar el corazón de los demás

Después del nacimiento de Moisés, el faraón declaró que todos los niños israelitas nacidos en esa época debían morir. Pero Moisés se salvó porque su madre lo metió en una cesta que dejó flotando por el río. La hija de Faraón encontró a Moisés y se conmovió, así que decidió criarlo como si fuera suyo. Su corazón se ablandó (véase Éxodo 2:1–10).

A veces, aquellos que podrían hacerte daño abren su corazón lo suficiente como para que la voz del Señor se abra paso y los impulse a tener misericordia. El Señor puede librarte de los problemas al ayudar a ablandar el corazón de los demás.

3
Darte fortaleza

Cuando Moisés le pidió por primera vez a Faraón que dejara ir a los israelitas, Faraón respondió dándoles cargas mayores de las que tenían antes. Muchos de los israelitas se quejaron, pero soportaron esas cargas.

El Señor quiere que pongas tus cargas sobre Él. Si confías en Él, el Señor puede hacer que las cargas te parezcan más ligeras (véase Mosíah 24:13–15). Él puede librarte del sufrimiento físico, mental o emocional al fortalecerte para que soportes tus cargas.

4
Darte una forma de escapar

Después de las plagas, Faraón por fin accedió a dejar ir a los israelitas. Cuando estaban de camino, Faraón cambió de opinión y envió carros de combate tras ellos. En el mar Rojo, los carros de Faraón los alcanzaron y el Señor le dijo a Moisés que separara las aguas. Los israelitas cruzaron el mar sobre tierra seca (véase Éxodo 14).

En las situaciones difíciles, el Señor puede darte una forma de escapar. Esto es especialmente cierto en lo que respecta a la tentación: Él te ayudará si oras (véanse 1 Corintios 10:13; Doctrina y Convenios 95:1; Alma 13:28).

5
Inspirarte para encontrar una solución

Mientras los israelitas andaban errantes por el desierto, a menudo acudían a Moisés para resolver sus problemas; pero parece que Moisés a veces deseaba que pudieran aprender a recibir inspiración del Señor por su cuenta (véase Números 11:29). Nefi dio un buen ejemplo de ello. Cuando el Señor no le dio instrucciones detalladas sobre cómo resolver un problema, Nefi tomó la iniciativa, hizo lo que pudo, buscó la guía del Señor y encontró soluciones inspiradas durante ese proceso (véase 1 Nefi 16:18–32).

El Señor puede librarte de los problemas al inspirarte con soluciones.

6
Inspirar a otras personas para que te ayuden

Después de que los israelitas salieron de Egipto, Moisés recibió la visita de Jetro, su suegro. Jetro vio cómo el pueblo acudía a Moisés con cada pregunta y disputa, y dijo que eso agotaría a Moisés. Le aconsejó que delegara autoridad en otros hombres que pudieran ayudarlo. Moisés siguió ese consejo y fue bendecido por ello (véase Éxodo 18:13–24).

Con frecuencia, el Señor inspira a familiares, maestros, líderes, profetas y apóstoles, o amigos, para que te ayuden con los desafíos. El Señor puede librarte de tus problemas al inspirar a otras personas para que te ayuden (y tú también puedes ser inspirado a ser esa ayuda para los demás).

7
Satisfacer tus necesidades mediante milagros

En el desierto, los israelitas tenían muchas necesidades, incluyendo la falta de alimentos y agua. El Señor suplió sus necesidades de maneras milagrosas. Por ejemplo, les dio maná para comer, el cual aparecía cada mañana (véase Éxodo 16). Cuando necesitaron agua, el Señor le dio a Moisés el poder para darles agua milagrosamente, obteniéndola incluso de una roca (véanse Éxodo 15:23–26; 17:1–7).

Si confías en Él, el Señor puede obrar milagros y proporcionarte lo que necesitas. Él puede librarte de la incertidumbre, la preocupación y el temor por medio de Su milagroso poder.

Nuestro Libertador

El Señor tiene el poder para librarnos de los problemas y las dificultades del día a día. A medida que experimentamos Su liberación diariamente, aumentamos nuestra fe en Su poder supremo para librarnos de nuestros mayores desafíos: el pecado y la muerte.

Cuando recordamos al Señor y Su liberación, Él se acuerda de nosotros. Él nos ofrece convenios que nos unen a Él y nos bendicen con ayuda y fortaleza todavía mayores por medio de Su Espíritu. Él es realmente nuestro Libertador.