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Génesis 3; Moisés 4: La Caída


Génesis 3; Moisés 4

La Caída

¿Qué sucede si siembras semillas de verduras o de hermosas flores en un pedazo de terreno y no las cuidas? ¿Crecerían las verduras y agobiarían a las malas hierbas (maleza, yuyos), desplazándolas? Si no se cuidan, ¿por qué agobiarían y desplazarían las malas hierbas a las plantas que son más hermosas y útiles?

¿Por qué encuentra mucha gente más fácil optar por lo malo en lugar de lo bueno? ¿Por qué hay tanta iniquidad sobre la tierra? ¿Por qué parece que fuera la gente inocente la que pasa por tantas pruebas?

Las respuestas a estas preguntas tienen que ver con ese acontecimiento que llamamos la Caída, la cual tuvo lugar cuando Adán y Eva comieron el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal y fueron expulsados del Jardín de Edén y de la presencia de Dios. Como hijos de Adán y Eva, nosotros heredamos las consecuencias de su decisión que incluye el vivir en un mundo privado de la presencia de Dios, lleno de pecado, pruebas, dificultades y muerte. Sin embargo, aprenderás que si Adán no hubiese caído, no habríamos nacido ni podido progresar con el fin de recibir la plenitud de dicha que el Padre Celestial ofrece a Sus hijos. Es una gran bendición para nosotros tener un relato más completo de la caída de Adán y Eva en Moisés 4 que el que ofrece la Biblia. Además, somos aún más bendecidos al tener el Libro de Mormón, que explica la doctrina de la Caída en forma más completa que ningún otro libro.

La comprensión de las Escrituras

Moisés 4

Redimiré (vers. 1):Salvaré del pecado y de la muerte.

Escuchar (vers. 4):Prestar atención y obedecer.

Astuta (vers. 5):Artera, maliciosa.

Bestias (vers. 5, 20):Animales.

Pondré enemistad entre tú y la mujer (vers. 21):Haré que tú y la mujer se tengan gran aversión y obren uno en contra del otro.

Simiente (vers. 21):Descendientes.

Preñeces (vers. 22):El proceso del comienzo del embarazo y del nacimiento de una criatura.

Sudor de tu rostro (vers. 25):Trabajo pesado.

No sea que (vers. 28):Para que no…

Frustrar (vers. 30):Que no han de quedar sin cumplirse.

Querubines (vers. 31):Una clase de seres celestiales.

Moisés 4:4—¿Puede Satanás engañar, cegar y llevar cautivos?

En Moisés 4:4 se describe la única forma en la cual Satanás puede tener poder sobre nosotros. Si lo deseas, escribe la siguiente explicación en el margen de tu ejemplar de las Escrituras o en el cuaderno: “El diablo no tiene poder sobre nosotros sino hasta donde se lo permitimos. El momento en que nos rebelamos contra cualquier cosa que viene de Dios, el diablo ejerce su dominio” (Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 217).

Moisés 4:12—La decisión

Es importante saber que Adán y Eva no comprendieron completamente la magnitud de su decisión, hasta que tuvieron lugar los acontecimientos que se registran en los primeros versículos del capítulo 5 de Moisés. En otras palabras, la decisión que tomó Adán se basó en la fe que tenía de que estaba haciendo lo que debía. Él nunca había sido un ser mortal ni había estado fuera de la presencia de Dios, y no podía estar seguro de cuáles serían las consecuencias de la decisión que había tomado.

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El árbol de la ciencia del bien y del mal

De comer el frutoDejar el jardín y quedar sujeto a la muerte, pero con la oportnidad de llegar a ser como Dios.

No comer el frutoPermanecer en el jardín sin cambiar, en una condición semejante a la del reino terrestre [pero inalterable], sin posteridad y sin morir jamás.

Moisés 4—La Caída

Es imposible que comprendamos en toda su plenitud la importancia de la Caída en el plan de nuestro Padre Celestial si no entendemos que debido a ella, Adán y Eva murieron tanto física como espiritualmente (véase Moisés 3:17). La muerte espiritual significa ser excluido de la presencia de Dios (véase Moisés 5:4). La muerte física es la separación del espíritu y del cuerpo. A pesar de que Adán y Eva no murieron físicamente enseguida de haber comido el fruto, de todas formas tuvo lugar en ellos un cambio que hizo que, llegado el momento, tuvieran que morir. Tal como Dios lo dijo, finalmente morirían. Adán y Eva no tuvieron el poder de vencer la muerte, ni la física ni la espiritual. El conocer estos principios nos ayuda a entender el por qué, tanto ellos como nosotros al ser sus hijos, necesitábamos un Salvador y una Expiación. Después de la Caída, a Adán y a Eva se les enseñó acerca de la Expiación. En Moisés 5, leemos algunas de esas enseñanzas.

El estudio de las Escrituras

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El plan de nuestro Padre Celestial

Padre Celestial

Satanás

  1. Haz en tu cuaderno una gráfica de dos columnas. A la primera ponle el nombre: “Padre Celestial”, y a la segunda: “Satanás”.

    Debajo de cada columna, escribe palabras y frases específicas de Moisés 4:1–4 que describan al Padre Celestial o a Satanás. Sería conveniente que al hacer este ejercicio tuvieras en cuenta que el Padre Celestial presentó Su plan de salvación a Sus hijos espirituales en el mundo preterrenal, antes de que tuvieran lugar los acontecimientos que se describen en estos cuatro versículos. El Padre Celestial explicó que nos veríamos privados de Su presencia y que se nos proporcionaría un Salvador para nuestra redención.

  2. Escribe un párrafo que explique en qué son diferentes Jesús y Satanás. Por ejemplo, ¿qué diferencia hay entre lo que desea uno y lo que desea el otro?

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Jesus and Lucifer before Heavenly Father’s throne in premortal world

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Escribe una anotación como si fuera en un diario personal

Imagina que eres Eva y que estás viviendo los acontecimientos que se describen en Moisés 4. Escribe una anotación de un diario personal como si tú fueras ella. Describe qué hubieras pensado y sentido al concebir la idea de comer el fruto y cuáles hubieran sido los motivos que finalmente te impulsaran a hacerlo. Después escribe cómo te hubieras sentido después de comer el fruto y acerca de lo que el Señor te dijo sobre las consecuencias de las decisiones que habías tomado.

O

Imagina que eres Adán durante los acontecimientos que se describen en Moisés 4. Escribe lo que hubieras pensado y sentido si te hubieras encontrado en su lugar cuando te enteraste de que Eva había comido el fruto (véase Moisés 2:27–28; 3:23–24). Explica por qué te habrías decidido a comer el fruto, a pesar de conocer las consecuencias (véase Moisés 3:16–17; 4:9) y cómo te habrías sentido acerca de lo que el Señor te dijo sobre las consecuencias de las decisiones que habías tomado. La siguiente cita te resultará útil mientras escribes: “Adán… no fue engañado; al contrario, deliberadamente se resolvió a hacer lo que Eva quería, a fin de llevar a cabo los designios de su Creador” (James E. Talmage, Artículos de fe, pág. 76).

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Asignación optativa

  1. Describe brevemente lo que sucedió a Adán y a Eva cuando fueron expulsados del Jardín de Edén. Lee Alma 12:21–37; 42:2–28 y busca las razones por las cuales el Señor dijo que evitaría que Adán y Eva comieran el fruto del árbol de la vida poco después de haber comido el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal.

  2. ¿Qué nos indican las razones que el Señor dio en cuanto a cuáles son las cosas importantes que debemos hacer en esta vida?