“Encontrar esperanza y amor al luchar contra la pornografía”, Liahona, agosto de 2023.
Encontrar esperanza y amor al luchar contra la pornografía
Siempre hay esperanza cuando sabemos con claridad qué pasos dar en el camino hacia la recuperación.
The Hand of God [La mano de Dios], por Yongsung Kim, prohibida su reproducción
Como investigador profesional de los efectos del consumo de pornografía y como profesor de vida familiar en la Universidad Brigham Young, se me acercan muchas personas que luchan con el consumo de pornografía o que buscan ayuda para sus seres queridos. A veces me hacen preguntas como: “¿Alguna vez superaré mi problema con la pornografía?”, o incluso: “En verdad importa si veo pornografía?”. Esas preguntas muestran lo complejo que es tratar de abordar el consumo de pornografía.
Las Escrituras y los profetas de los últimos días enseñan que Jesucristo ofrece esperanza y amor a todas las personas, sin importar sus aflicciones o pecados actuales. El profeta Éter enseñó que “los que creen en Dios pueden tener la firme esperanza de un mundo mejor, sí, aun un lugar a la diestra de Dios; y esta esperanza viene por la fe” (Éter 12:4). Esa esperanza certera, nacida de la fe, promete un futuro mejor para todos los que ejerzan su fe en el Padre Celestial y en Jesucristo.
También es cierto que los líderes de la Iglesia a lo largo de los años han advertido de forma repetida sobre los riesgos de consumir pornografía1. Del mismo modo, las investigaciones empíricas sugieren que ver pornografía puede hacer daño a las personas y debilitar las relaciones interpersonales2. Aunque esas son verdades básicas, la realidad de abordar o superar la pornografía en ocasiones puede ser difícil.
Dado que he dedicado años a tratar de entender los efectos de la pornografía, me queda claro que el hecho de ver material pornográfico de manera intencional tiene graves efectos perjudiciales en las personas y las familias. También es evidente para mí que a muchos se les dificulta hallar maneras de apartarse del consumo de pornografía y de escapar de la oscuridad que siempre les roba gradualmente la felicidad. Podría ser difícil encontrar esperanza sin conocer algunos pasos claros a dar en el camino a la recuperación. Por ese motivo, a continuación describo algunos pasos específicos que se podrían dar para apartarse de la pornografía.
Si bien existen patrones comunes hacia la recuperación —incluyendo la fe en Dios, la franqueza y la búsqueda de ayuda—, los pasos específicos para recuperarse podrían ser diferentes según el grado de consumo de pornografía de la persona. El presidente Dallin H. Oaks, Primer Consejero de la Primera Presidencia, describió cuatro grados de participación en la pornografía: (1) el consumo compulsivo o adictivo, (2) el consumo intensivo o habitual, (3) el consumo ocasional y (4) la exposición involuntaria3. En el caso de los tres primeros grados de participación, sugeriré algunos pasos positivos que usted y sus seres queridos podrían dar en su camino hacia solucionar el consumo de pornografía.
1. Cómo abordar el consumo compulsivo (adicción)
A menudo, el consumo de pornografía con el tiempo provoca fuertes impulsos compulsivos internos de ver o escuchar más material pornográfico y de consumirlo con mayor frecuencia. La adicción a la pornografía limita su libertad de escoger. Si usted tiene una adicción, es probable que se le dificulte pensar o participar en otras actividades o relaciones interpersonales importantes, incluso con familiares y amigos. Aunque el arrepentimiento y el regreso a la senda de los convenios siempre son posibles, la adicción a la pornografía puede ocasionar que se sienta sin esperanza, con depresión y con ansiedad.
Pasos útiles
Céntrese en su identidad divina. El centrarte en su identidad como hijo o hija de Dios puede ayudarle a volver a creer que es capaz de hacer grandes cosas, incluyendo superar el consumo de pornografía. Aunque muchas de las personas que luchan con la adicción a la pornografía sienten desesperanza, al recordar su identidad y propósito divinos le será menos difícil hallar la fortaleza para tener fe en el Señor y para actuar (véase Filipenses 4:13).
Hable con otras personas acerca de este problema. El sentir la tentación y la compulsión de ver pornografía puede producir un profundo sentimiento de soledad. Una de las mejores maneras de evitar que las compulsiones permanezcan ocultas y empeoren es hablar de forma franca sobre su consumo de pornografía. Busque el apoyo de familiares, amigos y líderes de la Iglesia, así como de fuentes de ayuda profesionales, para que su batalla no sea en soledad.
Busque algún terapeuta local que se especialice en adicciones sexuales. Los profesionales de la salud mental podrían ayudarle a entender las razones por las que recurre a la pornografía. Podrían ayudarle a tratar los patrones de conducta compulsiva que quizás estén limitando su capacidad de usar el albedrío para hallar gozo y felicidad.
Únase a algún grupo para recuperarse de adicciones. Las sesiones grupales de los grupos para recuperarse de las adicciones y otras fuentes de ayuda de la comunidad pueden contribuir a conectar entre sí a quienes buscan recuperarse, y ofrecerle mentores, mensajes de esperanza y ejemplos positivos4. Las circunstancias de la adicción son diferentes en cada persona, pero al escuchar las historias y la lucha de los demás, sabrá que no debe atravesar las pruebas solo y el saber que otras personas han estado en situaciones similares le animará y alentará.
2. Cómo abordar el consumo intensivo y habitual
No todas las personas que caen presas de la trampa de la pornografía son adictas a ella. Quizás usted se encuentre atrapado en una conducta repetitiva de consumo de pornografía, pero no le corresponda la definición clínica de adicción. Podría considerarlo como un “mal hábito” recurrente de consumo de pornografía. Aunque las consecuencias relacionadas con este grado de consumo de pornografía puedan ser menos graves que las de la adicción, aun así tendrá efectos negativos en su vida.
Por ejemplo, consumir pornografía con regularidad afecta su capacidad de sentir caridad y puede generarle actitudes poco realistas hacia la intimidad sexual y el amor. Podría ocasionar que sus pensamientos y sentimientos en cuanto a la intimidad se vuelvan más egoístas, haciéndole más difícil sentir y expresar el tipo de amor que profundiza y fortalece las relaciones interpersonales. Eso se debe a que incluso el consumo ocasional de pornografía fomenta la lujuria, la cual es un sustituto del amor basado en deseos y conductas egoístas y contrarios a la voluntad de Dios5. El Señor enseñó: “Y el que mirare a una mujer para codiciarla negará la fe, y no tendrá el Espíritu” (Doctrina y Convenios 42:23).
Alguno pasos útiles
Pida ayuda. Sentirse atrapado en una conducta de consumo frecuente de pornografía puede ser frustrante. Tal vez sienta que su nivel de consumo de pornografía no justifica buscar la intervención de profesionales de salud mental, o quizás sienta temor de acudir a sus amigos y familiares para pedirles apoyo o ayuda. Cabe recordar que procurar esas fuentes de ayuda constituye un importante primer paso. Es posible que sus seres queridos puedan ayudarle a supervisar el uso del teléfono o de internet, y a cultivar el sentido de la responsabilidad de dar cuentas en su vida. Tener conversaciones con regularidad con algún familiar o amigo afectuoso para dar cuenta de cómo marchan sus esfuerzos es otra forma en que el apoyo social puede ayudar a interrumpir el consumo intensivo de pornografía.
Averigüe qué acontecimientos o emociones desencadenan su deseo de ver pornografía. Para muchas personas, el estrés, el rechazo u otras emociones negativas pueden desencadenar dicho deseo. Podría resultarle útil determinar las situaciones en las que es probable que sienta deseos de ver pornografía. Una vez que las determine, ese dato ayudará a las personas de su entorno a saber qué situaciones evitar y en qué momentos usted podría necesitar más apoyo y aliento.
Disfrute de actividades recreativas sanas. Debido a que a menudo son las emociones negativas lo que desencadena el consumo intensivo de pornografía, otro paso útil es centrarse en participar de actividades recreativas o pasatiempos positivos que liberen el estrés y renueven sus energías. Aunque esas actividades no eliminarán por sí solas la tentación de ver pornografía, el dedicar esfuerzo a actividades positivas puede ayudar a disminuir la cantidad de situaciones en que surja el impulso de ver pornografía. Tales actividades pueden brindar felicidad y relajación a su vida.
Invite la luz de Dios a su vida. Considere combinar pasatiempos positivos con una mayor atención a la luz espiritual que puede provenir de la participación en el Evangelio. Dicha luz del Evangelio puede recibirse al leer las Escrituras, orar a diario y, si es posible, asistir al templo. El élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, declaró: “Dios promete la esperanza de Su luz; Él promete iluminar el camino que tenemos por delante y mostrarnos la manera de salir de la oscuridad”6.
3. Cómo abordar el consumo ocasional
Para algunos, el consumo de pornografía no es un hábito frecuente ni una adicción. Tal vez mire pornografía de vez en cuando, pero no de manera constante. Aunque quizás sienta la tentación de considerar el consumo infrecuente como algo poco preocupante, el presidente Oaks enseñó: “… como ocurre con cualquier conducta pecaminosa, el uso deliberado de la pornografía aleja al Espíritu Santo”7. Esa erosión de la sensibilidad espiritual tiene un efecto negativo considerable, incluso con el consumo ocasional de pornografía. Satanás quiere valerse de la pornografía para destruir su conexión con el amor y el poder espiritual que brinda el Espíritu Santo.
Alguno pasos útiles
Procure el Espíritu. Un paso clave para superar el consumo ocasional de pornografía es esforzarse por mantenerse cerca del Espíritu de Dios cada día. Debido a que su Padre Celestial le conoce de forma perfecta, Él sabe cómo ayudarle de manera perfecta. Si siente que ha perdido contacto con el Espíritu, comprométase hoy mismo a centrarse en Cristo, a recordar y guardar sus convenios, y a comenzar el proceso de arrepentimiento para que el Espíritu Santo pueda volver a brindarle guía y sostén. El escuchar las impresiones diarias del Espíritu Santo, y el sentir a diario el amor de Jesucristo y del Padre Celestial pueden ayudarle a reaccionar mejor ante las tentaciones o los deseos de ver pornografía que pudieran aparecer.
Establezca y mantenga límites claros en lo que respecta a su acceso a la pornografía. Dejar los teléfonos celulares [móviles] lejos de la cama por la noche, o utilizar filtros u otros programas de software en los dispositivos electrónicos que impliquen tener que dar cuentas colocará barreras entre usted y el mar de material pornográfico que hay en internet. Aunque por lo general esos límites no son suficientes para cambiar el consumo habitual de pornografía, podrían ayudar a limitar los traspiés y reducir la tentación.
Esperanza en Cristo
Independientemente de dónde se halle en el espectro del consumo de pornografía, siempre hay pasos que puede dar y decisiones que puede tomar para fortalecerse contra la pornografía y, con el tiempo, superarla. Puede devolver la esperanza a su vida al utilizar el albedrío para tomar decisiones certeras, no solo a fin de evitar la pornografía, sino también para realizar acciones proactivas que aumenten su resiliencia personal.
El Evangelio nos promete maravillosas bendiciones cuando ponemos nuestra esperanza en Jesucristo. El élder Uchtdorf testificó: “No obstante lo miserable que parezca el capítulo de nuestra vida hoy día, gracias a la vida y al sacrificio de Jesucristo, tendremos la esperanza y la seguridad de que el final del libro de nuestra vida excederá nuestras más grandes expectativas”8. Y el presidente M. Russell Ballard, Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “Cuando tenemos esperanza en Cristo, llegamos a saber que a medida que hacemos y guardamos convenios sagrados, nuestros deseos y sueños más preciados pueden cumplirse a través de Él”9.
¿Tiene un efecto negativo en nuestra vida el ver pornografía de manera deliberada? Las respuestas dadas por nuestros profetas modernos y la ciencia actual concuerdan: sí. ¿Significa eso que los que luchan con la pornografía están destinados a una vida horrible y de insatisfacción? No. La belleza del Evangelio se halla en la promesa de que siempre podemos arrepentirnos, progresar en la senda de los convenios, y volver a disfrutar del Espíritu Santo y del amor de Dios en nuestra vida. Se nos promete que “[t]odo lo p[odemos] en Cristo que [nos] fortalece” (Filipenses 4:13). La pornografía puede destruir mucho de lo que es sagrado y bueno, pero podemos erradicarla de nuestra vida al confiar en Jesucristo y en Su poder sanador, y al poner en práctica las sugerencias que se brindan en este artículo.