2023
¿Tu forma de afrontar las dificultades te ayuda o te perjudica?
Agosto de 2023


“¿Tu forma de afrontar las dificultades te ayuda o te perjudica?”, Liahona, agosto de 2023.

Jóvenes adultos

¿Tu forma de afrontar las dificultades te ayuda o te perjudica?

Aunque pensaba que mis malos hábitos me ayudaban, me impedían seguir adelante en la vida.

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retrato de Jesucristo

No Harm Can Befall with My Comforter Near [El mal no me hiere, ni penas habrá], por Michael Malm, prohibida su reproducción

Crecí pensando que las emociones incómodas, como la tristeza y la frustración, eran algo que había que temer, combatir y evitar; pero en realidad, todas nuestras emociones son un conjunto que aceptamos como parte de nuestra experiencia terrenal. Son maestras perspicaces y grandes catalizadoras para ayudarnos a crecer. El élder Neal A. Maxwell (1926–2004), del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “La vida terrenal nos ofrece innumerables oportunidades de llegar a ser más semejantes a Cristo: primero, al tener que hacer frente con éxito a [las] dificultades de la vida…”1.

Todos necesitamos herramientas que nos ayuden a afrontar las pruebas de la vida y las emociones que las acompañan. Los mecanismos para afrontar las dificultades son modelos de conducta que utilizamos para ayudarnos a hacer frente a situaciones estresantes y sentimientos desagradables. Pueden incluir cosas como distraerte de tus problemas o hablar de alguna dificultad con un amigo2.

Durante gran parte de mi vida, trataba de controlar mis sentimientos distrayéndome de las emociones difíciles o alejándolas para evitar afrontarlas. A lo largo de la adolescencia, desarrollé mecanismos negativos para hacer frente a situaciones difíciles como, por ejemplo, aferrarme al perfeccionismo, porque pensaba que si nunca cometía errores, evitaría salir herida. Además, tampoco pedía ayuda por temor a agobiar a otras personas.

Sin embargo, con el tiempo, aprendí que los hábitos que había adoptado durante tanto tiempo para lidiar con el estrés o la ansiedad me perjudicaban en vez de ayudarme. Me di cuenta de que tenía que aprender a hacer frente a las dificultades y a afrontarlas de manera más saludable.  Fue necesario mucho tiempo de autorreflexión, mucha investigación y mucha práctica para dejar de lado las estrategias negativas que había utilizado en el pasado. He logrado una mayor comprensión de cómo la expiación de Jesucristo puede ayudarme a cambiar y llegar a ser una “nueva criatura” (2 Corintios 5:17), con la ayuda de Cristo. Ahora estoy aprendiendo a afrontar las emociones difíciles de maneras que me ayudan a utilizar mis desafíos para llegar a ser más como Cristo.

Desarrollar formas saludables de afrontar las situaciones difíciles

El problema de los métodos de afrontar las dificultades poco sanos es que pueden proporcionar alivio a corto plazo, pero pueden empeorar los problemas a largo plazo. Los comportamientos evasivos pueden convertirse en adicciones y distracciones que dificulten aún más el hacer frente a los problemas.

Los mecanismos para hacer frente a las dificultades no deben consistir en apartarse de la realidad ni evitar el problema que afrontamos. Más bien, deben ayudar a renovarnos, concentrarnos, recordar nuestra identidad individual y lograr el sentido de autocontrol necesario para afrontar las situaciones y los sentimientos que se nos presenten3.

En el ámbito de la salud mental, por lo general, hay dos tipos de mecanismos saludables para hacer frente a los problemas: los que se basan en los problemas (actuar para resolver nuestros problemas) y los que se basan en las emociones (cambiar la mentalidad antes de abordar los problemas para evitar reacciones impulsadas por el temor). El método de afrontar las dificultades basándose en los problemas se asemeja a elaborar un presupuesto cuando se tienen inconvenientes económicos. El método de afrontar las dificultades basándose en las emociones puede ser dedicar tiempo a hacer ejercicio o escuchar música tranquila para recuperarse de un día difícil.

Como seguidora de Cristo, me doy cuenta de que confío más en los métodos para afrontar las dificultades con base en lo espiritual. Cuando llegan los momentos difíciles, mantener la perspectiva eterna, recurrir a material edificante y confiar en la fe en Jesucristo es tan importante para darte la fortaleza de hacer frente a los desafíos como los demás mecanismos para afrontar dificultades.

Todos los tipos son útiles para diferentes circunstancias e incluso se pueden combinar.

A continuación se ofrecen algunos ejemplos de sanos mecanismos para afrontar problemas que puedes probar:

Métodos basados en lo espiritual:

  • Recurrir a material edificante que te acerque a Cristo, como, por ejemplo, las Escrituras, los discursos de la conferencia y los himnos.

  • Leer la bendición patriarcal para lograr una mayor perspectiva eterna.

  • Orar y meditar en cuanto a lo que Dios podría estar tratando de ayudarte a aprender.

  • Servir a los demás al efectuar ordenanzas del templo, llevar una comida a un vecino o hacer la obra de historia familiar.

Métodos basados en los problemas:

  • Hacer una lista de tareas pendientes y realizar las tareas una a la vez.

  • Fijar límites saludables, como, por ejemplo, decir “no” cuando te pidan algo que te cause un estrés innecesario.

  • Administrar mejor el tiempo al hacer listas de tareas, programar alarmas o poner límites al uso de tus dispositivos.

  • Pedir apoyo a tus seres queridos, compañeros de trabajo, líderes de la Iglesia y amigos de confianza.

Métodos basados en las emociones:

  • Tener rutinas de cuidado personal que te brinden calma como hacer ejercicio, pasar tiempo con tus seres queridos o tomar un baño de tina [bañera].

  • Practicar la autocompasión recordándote a ti mismo que todos tenemos días malos y luchamos con emociones difíciles.

  • Practicar la conciencia plena [atención plena] al meditar, al hacer listas de las cosas que agradeces o escribir en tu diario personal.

  • Llamar a un amigo para que hable contigo y te ayude a ver las cosas desde otra perspectiva.

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íconos de una persona caminando, leyendo y orando

Cambiar de hábitos

El cambio de hábitos no se produce de la noche a la mañana, pero vale la pena aprender maneras nuevas y saludables de hacer frente a los desafíos. Cada vez que eliges una reacción más sana, la vida se hace más fácil y tú te vuelves más emocionalmente resiliente, más capaz y más semejante a Cristo.

Estas son algunas sugerencias que me han ayudado a desarrollar mejores hábitos y que podrían ser útiles para ti:

Confía en el Padre Celestial y en Jesucristo para recibir ayuda. La hermana Rebecca L. Craven, Segunda Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes, dijo: “Mediante Jesucristo se nos da fortaleza para hacer cambios duraderos. A medida que nos volvamos a Él con humildad, Él incrementará nuestra capacidad para cambiar”4. Dios quiere ayudarnos a aprender. Aun cuando volvamos a los viejos hábitos o cedamos a las tentaciones, podemos recibir consuelo al saber que Él no nos dejará solos en la lucha.

Podemos superar nuestros malos hábitos y lograr un cambio duradero por medio de nuestro Salvador. El presidente Russell M. Nelson enseñó:

“Ahora bien, vencer al mundo ciertamente no significa llegar a ser perfectos en esta vida, ni significa que sus problemas se esfumarán como por arte de magia, porque no lo harán. Y no significa que no seguirán cometiendo errores. Sin embargo, vencer al mundo sí significa que la resistencia de ustedes al pecado aumentará. Su corazón se ablandará a medida que su fe en Jesucristo aumente [véase Mosíah 5:7] […].

“Cada vez que procuran las impresiones del Espíritu y las siguen, cada vez que hacen algo bueno, cosas que ‘el hombre natural’ no haría, están venciendo al mundo”5.

Recuerda que has adoptado hábitos por alguna razón. No te aferrarías a los malos hábitos si no te sirvieran de alguna manera, aun cuando ese “servicio” sea una falsa sensación de gozo o seguridad. Por ejemplo, mis tendencias perfeccionistas solían ayudarme a evitar afrontar mis temores a no cumplir con las expectativas de los demás.

Pero cuando dejé de lado esas expectativas, ¡me sentí mucho más aliviada! Cuando reconoces conscientemente el problema que estás evitando mediante tus mecanismos negativos para lidiar con los problemas, puedes trazar de forma deliberada un plan más saludable para aclarar tus sentimientos.

El hacerte las siguientes preguntas puede ayudarte a ser consciente de tus emociones y reaccionar de modo diferente:

  • ¿Qué necesidad intenta satisfacer este hábito negativo?

  • ¿Qué emoción me ayuda a evitar este hábito?

  • ¿Qué opción más sana puedo probar para satisfacer esa necesidad?

Haz que los buenos hábitos te resulten más cómodos; haz que el método de afrontar las dificultades de modo más sano sea la opción más fácil de tomar al eliminar otras tentaciones u obstáculos. El profesor Jason Whiting, de la Universidad Brigham Young, cierta vez compartió la historia de un joven a quien atendía que tenía una adicción a la pornografía, la cual había desarrollado como mecanismo para afrontar las dificultades. El hombre sabía que era más susceptible a la tentación cuando estaba solo, estresado o cansado, así que evitaba los dispositivos electrónicos en esos momentos y, en su lugar, se esforzaba por llevar un diario personal, dormir bien, leer las Escrituras y hacer ejercicio6. Busca lo que te ayude a ti y pon mejores opciones al alcance de tu mano.

Sé paciente contigo mismo. Parte de ser humano es que puede que fallemos, aun cuando hagamos todo lo que podamos. No tienes que perfeccionar los métodos que usas para afrontar las dificultades en un día. ¡Todo es cuestión de práctica! Podemos ser como Nefi, que dijo, en referencia a sus esfuerzos por escribir las sagradas Escrituras: “Ahora bien, si yerro […] por motivo de la debilidad que hay en mí, según la carne, quiero disculparme” (1 Nefi 19:6).

El cambio lleva tiempo; yo aún estoy aprendiendo a afrontar los desafíos de manera saludable. Sin embargo, por medio de la fe, la paciencia y la práctica, ya he visto grandes mejoras en la forma en que manejo las dificultades. Sé que acudiendo a Cristo y creyendo en tu capacidad de crecer, puedes desarrollar mejores hábitos que te ayudarán a vivir una vida más apacible y llena de propósito.

Notas

  1. Véase Neal A. Maxwell, “Aplica la sangre expiatoria de Cristo”, Liahona, enero de 1998, pág. 26.

  2. Allaya Cooks-Campbell, “How Coping Mechanisms Help Us Manage Difficult Emotions and Situations”, BetterUp, 22 de febrero de 2022, betterup.com/blog/coping-mechanisms.

  3. Amy Morin, “Healthy Coping Skills for Uncomfortable Emotions”, Verywell Mind, 6 de septiembre de 2022, verywellmind.com/forty-healthy-coping-skills.

  4. Rebecca L. Craven, “Quédense con el cambio”, Liahona, noviembre de 2020, págs. 58–59.

  5. Russell M. Nelson, “Vencer al mundo y hallar descanso”, Liahona, noviembre de 2022, págs. 96–97.

  6. Véase Jason Whiting, “Cómo podemos vencer un mundo lleno de lujuria”, Liahona, junio de 2022, págs. 18–19.