2023
Mi esperanza de una vida libre de pornografía
Agosto de 2023


“Mi esperanza de una vida libre de pornografía”, Liahona, agosto de 2023.

Jóvenes adultos

Mi esperanza de una vida libre de pornografía

Tenía una postura del tipo “todo o nada” en cuanto a superar la pornografía, pero un cambio de perspectiva me dio esperanza en mí mismo y en Jesucristo.

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la mano del Salvador extendida hacia la mano de otra persona

Detalle de Christ Walking on the Water [Cristo anda sobre el agua], por Robert T. Barrett

La primera vez que tuve contacto con la pornografía fue cuando tenía ocho años. No tenía idea de que fuera mala, pues nadie me había hablado antes de ello. Pero cuando tenía diecisiete años y comencé a aprender acerca de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, me di cuenta de que ese hábito que había tenido durante años no estaba de acuerdo con los mandamientos ni las normas del Evangelio. Tomé la resolución de dejar mi hábito al investigar más a fondo la Iglesia y, con el tiempo, al llegar a ser miembro.

Al principio, pensaba que sería fácil dejar de buscar pornografía. No tenía problemas para dejar de consumirla un par de días. Pero luego las cosas que me traían estrés llegaban de golpe y volvía a caer en ese hábito. Aquello sucedía mucho. Sentía mucha vergüenza, al temer que la gente pensara que era una persona perversa y horrible, así que lo escondí de todos.

Pedir ayuda

Sin embargo, empecé a sentir la inspiración de pedir ayuda. Por mi cuenta, solo podía reunir la fuerza de voluntad para pasar una pequeña cantidad de tiempo sin pornografía.

Cuando finalmente fui sincero con el obispo y con mi mejor amigo, ellos fueron compasivos y me ayudaron a abstenerme. Salí a servir en una misión y, con la ayuda del presidente de misión, no tuve ningún problema en el campo misional.

Pero una semana después de regresar a casa, comenzó la pandemia del COVID. Solo, ansioso y deprimido, volví a mi antiguo hábito. Tenía dificultades casi todos los días, pero había aprendido a ser sincero al respecto y a buscar la ayuda de mis seres queridos nuevamente.

Comencé a asistir a la Universidad Brigham Young. Sabía que tenía que controlar mi problema, pero incluso cuando me esforzaba al máximo, tenía traspiés cuando estaba solo y estresado. Cada vez que lo intentaba y fallaba, sentía que volvía al punto de inicio. Leía las Escrituras, oraba constantemente y hacía todo lo posible por conectarme con Cristo, pero estaba perdiendo las esperanzas. La pornografía obstaculizaba mi progreso en la vida de muchas maneras, en especial, en lo espiritual.

Entonces descubrí un club de BYU en el que los alumnos que tenían dificultades con la pornografía podían reunirse y apoyarse mutuamente. Las personas con las que me relacioné fueron muy amorosas y comprensivas. Desde el principio, me ayudaron a reavivar la esperanza de tener una vida libre de pornografía.

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La mano del Salvador sosteniendo la mano de otra persona

Detalle de Christ Raising the Daughter of Jairus [Jesús levanta de la muerte a la hija de Jairo], por Greg K. Olsen

Esforzarse es clave

La fe, la esperanza y un grupo al que rendirle cuentas diariamente me ayudaron a comenzar a abstenerme de la pornografía por períodos más largos. Pasaba una semana sin pornografía, luego dos semanas y luego un mes. Estaba logrando alcanzar períodos que anteriormente habían sido inalcanzables. Era un milagro. Aprendí que, para hacer progresos, necesitaba tener metas pequeñas en vez de una postura del tipo “todo o nada”.

Reconozco absolutamente que mi camino para superar la pornografía no ha terminado. La pornografía es complicada y a menudo surge de dificultades no atendidas u otros problemas subyacentes que deben resolverse. Hablando estadísticamente, podría volver a caer, pero mi mentalidad ha cambiado.

Estoy esforzándome. Me esfuerzo cada día por acudir a las fuentes de ayuda temporales y espirituales y a Jesucristo, para que me ayuden a ser mejor. Mi pequeña luz de esperanza crece cada vez que decido apartarme de la pornografía. Lo que siento es asombroso.

Solía pensar que era una persona horrible por tener este problema, pero el hermano Bradley R. Wilcox, Segundo Consejero de la Presidencia General de los Hombres Jóvenes, compartió algunas palabras que me dan esperanza: “Algunos, erróneamente, reciben el mensaje de que no son dignos de participar plenamente en el Evangelio porque no están completamente libres de malos hábitos. El mensaje de Dios es que la dignidad no significa estar libre de mancha; la dignidad consiste en ser sinceros y esforzarse. Debemos ser sinceros con Dios, con los líderes del sacerdocio y con otras personas que nos aman, y debemos esforzarnos por guardar los mandamientos de Dios y nunca darnos por vencidos solo porque cometamos errores”1.

Al igual que el joven del discurso del hermano Wilcox que tenía dificultades con la pornografía, me esfuerzo por lograr “metas pequeñas y alcanzables” y “progreso gradual”, en lugar de “expectativas de tipo todo o nada”2.

He llegado muy lejos en mis esfuerzos por superar la pornografía gracias a la ayuda que he recibido de amorosos líderes de la Iglesia y amigos. Sin embargo, lo que también me ha ayudado han sido los hábitos santos. Cuando tenía más dificultades, a menudo me sentía indigno de participar en prácticas espirituales; creía falsamente que el Padre Celestial y Jesucristo se avergonzaban de mí. Pero aprendí que siempre me invitan amorosamente a acudir a Ellos mediante las Escrituras, la oración y la adoración en el templo para tener acceso a Su poder sanador, en especial, durante mis momentos más oscuros.

No tengo duda de que, a medida que siga esforzándome, un día podré regresar a mi Padre Celestial sabiendo que hice lo mejor que pude. Y derramaré lágrimas a los pies de mi Salvador Jesucristo por haberlo hecho posible. Estoy agradecido en extremo por el don de Su expiación y por todas las oportunidades que Él me da conforme lo sigo intentando.

Fe y esperanza en Cristo

Si estás haciendo frente al hábito de la pornografía, debes saber que no estás solo. No te des por vencido. El camino para superarla requiere tiempo, fe y esfuerzo, pero el hecho de que estés tratando de procurar ayuda significa que estás en el camino correcto. Vuélvete a Dios; acude a quienes te aman; pide ayuda; sé sincero y humilde. Haz saber a tus líderes de la Iglesia que has estado teniendo dificultades.

Jesucristo está contigo conforme te esfuerzas por superarlo, sin importar cuántas oportunidades hagan falta. Él conoce tu buen corazón y tu valor divino. Tus intentos por esforzarte significan todo para Él, y a medida que ejerzas fe, Él te extenderá Su misericordia para ayudarte a vencer tus debilidades (véase Éter 12:27). Tal como prometió el presidente Russell M. Nelson, la “fe en Jesucristo es el poder más grandioso que tenemos a nuestro alcance en esta vida. Todas las cosas son posibles a los que creen”3.