2023
Ministrar mediante el servicio
Agosto de 2023


“Ministrar por medio del servicio”, Liahona, agosto de 2023.

Principios de ministración

Ministrar mediante el servicio

Podemos llegar a ser más semejantes al Salvador conforme aprendemos a ministrar como Él lo hizo. Podemos marcar una enorme diferencia al servir con sinceridad y de maneras naturales.

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Jesús tiende la mano a un hombre con una discapacidad

Jesús “no vino para ser servido, sino para servir” (Mateo 20:28). El servicio es parte de la ministración, porque servir es lo que hacía el Salvador. Una y otra vez, se detenía a escuchar, sanar, enseñar, y orar por quienes lo rodeaban, e incluso trabajar por tales personas, a pesar del agotamiento, de las muchas exigencias de Su ministerio o del clamor de las multitudes.

El Nuevo Testamento también menciona a otras personas que trabajaban desinteresadamente para edificar la Iglesia primitiva, entre ellas, Febe, que “ha[bía] ayudado a muchos” (véase Romanos 16:1–2); Priscila y su esposo, Aquila (véanse Hechos 18:1–3; Romanos 16:3–5); y muchos más (véase Romanos 16:6–15). Aunque no se registraron los detalles de gran parte de su servicio, esos primeros santos vieron necesidades y las atendieron.

A veces, el servicio es un sacrificio, implica horas, días o incluso años dedicados a alguna causa; otras veces, es tan sencillo como ofrecer una oración a favor de un amigo. A veces no es lo que hacemos lo que marca la diferencia en la vida de los demás, sino el mero hecho de que estuvimos a su lado.

La clave de servir como lo hizo el Salvador, aun cuando no nos resulte cómodo, es servir con sinceridad, ternura y de todo corazón.

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Un hombre saliendo por una puerta, con otras personas de pie detrás de él

Cultivar un corazón dedicado al servicio

Conforme llegamos a conocer al Salvador, sabemos mejor lo que podemos hacer para ministrar en Su nombre. ¿Cómo podemos cultivar el atributo cristiano de servir de buena voluntad?

  1. Considere lo que significa servir como lo hacía Jesucristo. ¿Qué hacía? ¿Cómo lo hacía? ¿Cómo podemos poner en práctica esas verdades en nuestro servicio?

  2. Hay muchas bendiciones que provienen del servicio desinteresado, incluso el no estar centrados en nuestras propias cargas y preocupaciones, aunque sea momentáneamente. Pero Jesús servía por amor y nosotros esperamos servir del mismo modo también.

  3. Servir a los demás es servirle a Él (véase Mateo 25:40).

  4. Nunca somos demasiado importantes como para no servir: “El que es el mayor entre vosotros será vuestro siervo” (Mateo 23:11).

  5. Podemos buscar la guía del Espíritu Santo por medio de la oración. Si nos acude a la mente la idea de hacer algo bueno, es inspirada (véase Moroni 7:13). “… nunca dejemos pasar una inspiración” (Thomas S. Monson, “El Espíritu vivifica”, Liahona, julio de 1985, pág. 67).

  6. “… los hombres [y las mujeres] deben estar anhelosamente consagrados a una causa buena, y hacer muchas cosas de su propia voluntad y efectuar mucha justicia” (Doctrina y Convenios 58:27).

  7. No tenga miedo de prestar servicio valiéndose de su creatividad, talentos e intereses personales.

  8. El servicio no tiene que ser algo extraordinario necesariamente. Recuerde que incluso las cosas sencillas, como estar dispuesto a ayudar a un amigo, ya sea con una comida caliente, una nota manuscrita o incluso un mensaje de texto, marcan la diferencia. Lo importante es ser las manos del Salvador aquí en la tierra.

Aunque ofrecer servicio a veces puede hacer que nos sintamos incómodos, con la práctica y con oración mejoraremos nuestra capacidad de servir de las mejores maneras. Con el tiempo, el servicio puede convertirse en una de las partes más naturales y placenteras de nuestra vida diaria.