2019
Nuestro espacio
Junio de 2019


Nuestro espacio

¡Corre!

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boy running

Una noche iba caminando hacia mi casa, la cual se encontraba a solo unas pocas calles de donde me había reunido con algunos amigos más temprano, pero ahora estaba completamente oscuro; apenas podía ver por dónde caminaba.

Noté que tres jóvenes me seguían. Comencé a caminar más rápido para distanciarme de ellos, pero continuaron siguiéndome. Sentí una sensación opresiva en mi interior. Entonces acudió a mi mente un pensamiento claro: ¡Corre! Comencé a correr por la colina; era muy empinada, pero sentí una fuerza ajena que sobrepasaba la mía.

Ahora los jóvenes también corrían y me estaban alcanzando. No estaba seguro de lo que debía hacer. Una vez más, acudió a mi mente un claro pensamiento que me indicó que fuera por un estrecho pasaje. Cuando lo hice, para mi sorpresa, vi a un policía. Exhausto por haber corrido toda esa distancia y casi sin aliento, le pedí ayuda. Cuando los jóvenes vieron que hablaba con el policía, dejaron de perseguirme y finalmente se alejaron. Para asegurarse de que estuviera a salvo, el policía me acompañó a casa.

Esa noche seguí pensando en las impresiones que había recibido. Me sentí en paz, sabiendo que mi Padre Celestial me había ayudado. Hice una oración agradeciéndole Su guía. Sé que si obedecemos la voz del Espíritu, estaremos a salvo.

Martín S., Puerto Madryn, Argentina

Levantarme depende de mí

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girl waking up

Los domingos, mi madre solía despertarme para que me preparara para ir a la Iglesia y llegar antes de que comenzaran las reuniones. Pero un domingo, mi madre no me despertó. Me desperté sola y noté que no oía el ruido habitual de mi familia preparándose para ir a la Iglesia. Miré nerviosamente el reloj y me di cuenta de que ya estaba media hora retrasada para la Iglesia. Me había perdido la Santa Cena. Probablemente me perdería la Escuela Dominical también.

Me sentía confundida y abandonada. ¿Por qué no me despertó mi madre esa mañana? Ella siempre lo hacía. Pero luego me di cuenta: No era la responsabilidad de mi mamá despertarme para que llegara a la Iglesia a tiempo; la responsabilidad era mía. Había hecho mis propios convenios con nuestro Padre Celestial y era mi responsabilidad guardarlos.

Más tarde ese día, mi mamá comentó sobre no haberme despertado para ir a la Iglesia. Dijo que no volvería a despertarme; dijo que debía hacer mi propio esfuerzo y obtener mi propio testimonio.

Durante esa semana, estuve pensando que no podía depender para siempre de los testimonios de mis padres y que debía esforzarme más por fortalecer mi propio testimonio. Desde entonces, me he esforzado mucho por levantarme temprano todos los domingos, a fin de poder llegar a la Iglesia a tiempo y tomar la Santa Cena. Estoy aprendiendo a ser espiritualmente autosuficiente.

Lia Alves, Ceará, Brasil

De recibir puntapiés a ser bondadosa

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boy kicking womans heel

Estaba haciendo cola con mi madre para pagar nuestras compras. Había mucha gente en la fila, de modo que para comprar otras cosas, mi madre tuvo que inclinarse por encima de un niño que estaba delante de nosotras. El niño comenzó a darle patadas. La segunda vez que lo hizo, ella retrocedió y dijo: “Por favor, ¿podrías dejar de hacer eso?”.

La madre del niño se dio vuelta y le dijo a mi mamá que era su culpa que le hubieran dado patadas. Nos dijo todo tipo de cosas insultantes. Comencé a mirarla con furia mientras ella se daba vuelta, ¡y también trataba mal a la cajera! Me tranquilicé, pero sentía enojo, lo cual me fastidiaba. Sabía que lo sucedido no había sido culpa de mi madre ni mía, pero todavía me sentía dolida.

Cuando llegamos a casa, me dirigí a mi habitación y saqué mis Escrituras. Después de leer por un momento, sentí la necesidad de orar. No tenía ganas de hacerlo, pero me arrodillé y comencé a orar. Finalmente, empecé a orar por esa mujer que nos había tratado tan mal. Me embargó el sentimiento más grande de paz que jamás he sentido. En mi corazón ya no había lugar para estar enojada con ella; sentí amor.

Teresa G., Idaho, EE. UU.