2019
Creemos en ser perfectos… en Cristo
Junio de 2019


Lo que creemos

Creemos en ser perfectos… en Cristo

Imagen
Image of Christ

Quédate conmigo, por Del Parson.

Durante Su sermón del monte, Jesús nos dio el difícil mandato de ser perfectos (véase Mateo 5:48), pero, ya que todos estamos sujetos a cometer errores, ¿cómo espera Dios que cumplamos con ese mandamiento? Al adquirir un conocimiento correcto de lo que Dios espera de nosotros, podemos llegar a saber lo que el profeta Moroni quiso decir cuando afirmó que podemos llegar a ser “perfectos en Cristo” (véase Moroni 10:32–33).

¿Qué significa ser perfecto?

“La palabra griega para perfecto se puede traducir como ‘completo, íntegro y plenamente desarrollado’ (en Mateo 5:48, nota b al pie de página). Nuestro Salvador nos pide que seamos completos, íntegros y plenamente desarrollados, a fin de ser perfeccionados en las virtudes y los atributos que Él y nuestro Padre Celestial manifiestan”1.

“La perfección que el Salvador espera de nosotros es mucho más que actuar sin errores. Es la expectativa eterna, tal como lo expresó el Señor en Su extraordinaria oración en la que intercedió por nosotros ante Su Padre, de que fuésemos perfectos para que de esa forma pudiéramos morar con ellos en las eternidades venideras”2.

“… yo creo que Jesús no tenía la intención de que Su sermón sobre este tema fuera un martillo verbal para castigarnos por nuestras debilidades. No, creo que pretendía que fuera un tributo a quién y qué es Dios, el Eterno Padre, y a lo que nosotros podemos lograr con Él en la eternidad”3.

Imagen
Élder Gerrit W. Gong

“El comprender el amor expiatorio que el Salvador da sin reserva nos puede librar de las expectativas incorrectas y poco realistas que nosotros mismos nos imponemos de lo que es la perfección”.

Véase élder Gerrit W. Gong, del Cuórum de los Doce Apóstoles, “Llegar a ser perfectos en Cristo”, Liahona, julio de 2014, pág. 42.

Notas

  1. Gerrit W. Gong, “Llegar a ser perfectos en Cristo”, Liahona, julio de 2014, pág. 45.

  2. Russell M. Nelson, “La inminencia de la perfección”, Liahona, enero de 1996, pág. 100.

  3. Jeffrey R. Holland, “Sed, pues, vosotros perfectos… con el tiempo”, Liahona, noviembre de 2017, pág. 41.