2019
Emotivo reconocimiento a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días por su ayuda humanitaria en Magdalena, Colombia
Abril de 2019


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Emotivo reconocimiento a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días por su ayuda humanitaria en Magdalena, Colombia

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de Los Últimos Días efectuó la entrega de sillas de ruedas, bastones, caminadores y otros artículos de apoyo para personas con discapacidad a los representantes de la Oficina de Gestión Social de la Gobernación de Magdalena. Dicho acontecimiento se realizó en un centro de reuniones del departamento de Magdalena, Colombia, el viernes 7 de diciembre de 2018. La Dra. Luz María Cotes, gestora social del departamento de Magdalena, asistió a la ceremonia, así como representantes de la Oficina de Bienestar de la Iglesia.

Minutos antes de la entrega de las donaciones, el élder Enrique R. Falabella, presidente del Área Sudamérica Noroeste de la Iglesia de Jesucristo, recibió la condecoración Honor al Mérito de la Gobernación de Magdalena de manos de la Dra. Rosa Cotes, gobernadora de Magdalena. El acontecimiento se describe en el certificado que acompañó la entrega de la medalla: “Honor al Mérito de la Gobernación del Magdalena, como reconocimiento a la labor humanitaria y el trabajo altruista en pro de los ciudadanos más vulnerables del Departamento del Magdalena”.

“Estamos conmovidos por el corazón de las personas de esta religión”, dijo la doctora Rosa Cotes. “No hay palabras para agradecer todo lo que han hecho en beneficio de los pobres y necesitados del Magdalena”, añadió.

Por su parte, el élder Falabella, representante de la Iglesia en esta parte de Sudamérica, agradeció a la gobernación por aceptar la ayuda ofrecida por la Iglesia.

Asimismo, agregó: “Una de las labores del Señor Jesucristo cuando estuvo aquí fue la de buscar a los necesitados. Quizás Él no repartía sillas de ruedas, pero hacía acciones todavía más valiosas… El Salvador, con el poder que tenía, realizaba milagros precisamente para aquellos que más lo necesitaban”.

Luego, la gobernadora expresó:

“Para nosotros es una bendición y una alegría poder participar junto con ustedes, de darle a las personas que más necesitan una oportunidad de recibir esa autoestima, esa independencia que necesitan en su vida, que son capaces de hacer muchas cosas, a veces mucho más grandes que las que nosotros hacemos, pero que no tienen la oportunidad porque no pueden movilizarse como quisieran.

“En mi gestión, hemos querido priorizar la ayuda a los necesitados y convertir nuestra gobernación en una institución de servicio a la comunidad. Tenemos muchos casos de personas necesitadas que, con un poco de ayuda, salen adelante y tornan sus vidas en productivas, independientes y autosuficientes. Estoy muy agradecida a la Iglesia de Jesucristo por ser una de esas instituciones que nos han permitido servir y ayudar a los necesitados”.

La gobernación también reconoció la labor de los misioneros mayores: el élder Ostos y su esposa, quienes han coordinado los esfuerzos de ayuda de la Iglesia en ese sector del país.

En la ceremonia, se entregó personalmente algunas donaciones. Era muy notoria la alegría de los beneficiarios y de sus familiares al recibirlas.

Al final de la ceremonia y en representación de los beneficiarios, un joven profesional se dirigió muy agradecido a la gobernación y a la Iglesia. Sentado en su nueva silla de ruedas, expresó: “No hay mayor discapacidad en el ser humano que la falta de actitud”. Hubo otras frases para recordar, pero esta resume el verdadero sentido del éxito y aclara, sabiamente, el sentido real de la palabra ‘discapacidad’.

Es muy conmovedor pensar que algunas acciones tan simples y naturales para el común de las personas, como movilizarse o asearse, resulta para algunos un verdadero desafío. Es aquí donde se requiere de la alianza de instituciones estatales y privadas.