La luz del sol en mis tormentas
Después de la muerte de mi abuela, pensé en acabar con mi vida. Pero el confiar en el plan de felicidad del Padre Celestial me ayudó a seguir adelante.
Fotografías por Niel Kabiling
¡Hola! Me llamo Honey Grace y tengo diecisiete años. ¡Vivo en Iloilo, en Filipinas!
La pérdida de mi abuela
Hace poco, pasé por algo muy difícil. Mi padre y mi madre están separados, y mi madre trabaja en el extranjero. Crecí con mi abuela. Fue ella quien me dio a conocer el Evangelio y la Iglesia, pero este año falleció de manera inesperada.
Nunca pensé que ella se moriría. ¡A veces pensaba que yo moriría antes que ella, porque estaba muy sana! Nunca mostró debilidad y siempre fue fuerte ante mí. Nunca imaginé la vida sin ella.
Comprender el plan
Después de que ella falleció, a veces yo deseaba morir también. Pensé en acabar con mi vida, pero poco después fui a una actividad de estaca para los jóvenes en la que tuvimos una lección sobre el Plan de Salvación.
Conocía el Plan de Salvación, pero tal vez no lo comprendía con claridad debido a lo que le sucedió a mi abuela. Mientras escuchaba, pensé: “He olvidado las bendiciones del sacrificio de Jesucristo por mí”.
Me di cuenta de que Jesucristo murió para salvarme. No debo poner fin a mi vida por los problemas que esté teniendo. El plan de felicidad me infunde esperanza en que algún día podré volver a ver a mi abuela, porque la vida no termina cuando morimos. Debo continuar siguiendo al Salvador para poder verla de nuevo.
Hallar fortaleza en el templo
Después de la muerte de mi abuela, mi prima se mudó conmigo y se convirtió en mi tutora legal. Mis primos son mis mejores amigos pero aún así, el cambio fue muy difícil. Tuve que aprender a hacer todos los quehaceres que solía hacer mi abuela. Tenía que despertarme yo sola para ir a la escuela y ocuparme de la casa.
Mi obispo siempre había hablado de la autosuficiencia, así que busqué información en la Biblioteca del Evangelio y eso me ayudó a aprender a valerme por mí misma.
También sigo en contacto con mi padre. Un día, tuvimos una discusión. Yo lo estaba pasando muy mal, pero de repente surgió la oportunidad de ir al templo con los jóvenes. Mientras estaba en el templo, sentí paz. No pensé en los problemas en casa, no pensé en el enojo que sentía por mi padre. Pensé en cosas que podía hacer para ayudarlo. Pensé en ser un buen ejemplo y en cosas eternas, en ser sellada a mis padres en el templo algún día. Decidí pedirle perdón a mi padre por haber discutido con él.
Savior with Children [El Salvador con niños], por Michael Malm
Confiar en mi Salvador
He aprendido a centrarme siempre en Jesucristo y en el Padre Celestial. Obtengo mi fortaleza de Ellos y recuerdo que cuidan de mí.
Comprender el Plan de Salvación, y en particular la Expiación del Salvador, me ayudó a superar mis pensamientos suicidas. Me ayuda a sentir paz en la vida y me infunde esperanza el hecho de que algún día pueda volver a encontrarme con mi abuela al otro lado del velo.
Jesucristo es la esperanza para seguir viviendo, a pesar de que tengo muchos desafíos. Su amor por mí es infinito. Él es la luz del sol en mi vida. Cuando hay tormenta o llueve, Él está allí. Él es mi Salvador, es mi hogar, es mi vida. Él me ayuda a seguir adelante y es una de las razones por las que me encanta vivir.
La autora vive en Iloilo, Filipinas.