¡Hablemos de dinero!
Más concretamente, leamos acerca de las enseñanzas de Jesús acerca del dinero.
Ilustraciones por Alyssa Petersen
Jesús habla sobre el dinero en varias ocasiones en las Escrituras.
¿Te suena lo de “tesoros en el cielo” (Mateo 6:20), la parábola de los talentos (Mateo 25:14–30) o “traed todos los diezmos al alfolí” (Malaquías 3:10)? ¡Repasemos!
Necesidades o deseos
Jesús sabe que hay muchas cosas que necesitas (por ejemplo, comida) y que quieres (por ejemplo, juegos). Él enseña: “Haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen” (véase Mateo 6:19–21). Una gran parte de lo que se compra con dinero solo se desgasta, así que piensa en lo que compras.
Puedes estar atento al dinero si diferencias entre tus necesidades y tus deseos. Piensa para ti mismo: “¿Voy a comprar esto porque lo necesito o porque lo quiero?”. Si no estás seguro, prueba a esperar un mes; y pasado ese tiempo, vuelve a hacerte las mismas preguntas. Al hacerlo, puedes evitar comprar cosas por impulso y para tratar de impresionar a los demás. Por el contrario, tomarás decisiones inteligentes sobre cuándo debes ahorrar y cuándo debes gastar dinero.
Utilizar el dinero para bendecir a los demás
En la parábola de los talentos, Jesús describe a un señor que entrega diferentes cantidades de dinero (llamadas “talentos”) a tres siervos. Dos de los siervos duplican el dinero que se les dio, y uno lo entierra. Cuando el señor regresa, está contento con los dos siervos que aumentaron sus talentos, y descontento con el siervo que no lo hizo (véase Mateo 25:14–30).
Así como el señor de la parábola dio talentos a sus siervos, cuando Dios te bendice con dinero, espera que utilices tus finanzas para bendecirte a ti mismo y bendecir a los demás. Al cuidar de los demás, cumples el mandamiento de Jesús de “[amar] a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:31).
Está bien comprar cosas lindas, pero debes reflexionar sobre tus necesidades y las de los demás antes de hacer una compra. Al pensar en las necesidades de los demás, Dios te ayudará a saber cómo utilizar el dinero para bendecir a las personas de tu vida.
Las bendiciones de pagar el diezmo
Si te preocupa no tener suficiente dinero porque pagas el diezmo, lee estas reconfortantes palabras de Dios: “Traed todos los diezmos al alfolí […]; y probadme ahora en esto […], si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10). Si pagas tus diezmos, ¡Dios te bendecirá más de lo que puedas imaginar!
Es posible que no seas bendecido temporalmente —tal vez no tengas el dinero que desees para comprar una camisa cara que te guste—, por lo que tal vez tengas que postergar la gratificación inmediata, pero el Señor te bendecirá. Con el tiempo, te resultará más fácil pagar el diezmo y tu espíritu se volverá más resiliente ante las preocupaciones económicas que tengas.
Dios te ayudará
Confía en las palabras del presidente Russell M. Nelson: “La capacidad del Salvador para ayudarlos no tiene límites” (Conferencia General de octubre de 2024; Liahona, noviembre de 2024, pág.122). Si utilizas tu dinero de forma consciente para satisfacer tus necesidades, cuidar de los demás y pagar el diezmo, descubrirás un amor más profundo por Dios y por los demás, y también valorarás lo que tienes.